Santiago Álvarez resume, con Juan Martín Rinaldi, lo que puede sintetizar un capitán. Hay cuatro años que se fueron en siete minutos. Primer tiempo: 21 a 0, múltiplo de siete y a cobrar. El Seven (único rugby olímpico) es así, dirán los que saben. “Me quedo -dice igualmente- con todo lo que conseguimos durante el año”.

En mayo de este año, en la fase regular del Circuito Mundial de Seven, luego de la victoria 14 a 10 contra Sudáfrica, Argentina se convirtió en la selección número 1 del mundo en el ranking.

Isgró dice que está contento. Duro, admite, pero está contento porque no hay nada más grande que vestir la camiseta celeste y blanca en un juego olímpico.

“Cuánto más grande es la ilusión, más grande es la caída”, comenta al pasar Santiago Gómez Cora, el técnico, que hoy cumplió 46 años. El tatuaje de los cinco anillos de su pierna derecha es una confesión involuntaria: hoy la selección es candidata, antes no era nada. ¿No ganaron nada? Es cierto. Pero no pueden seguir siendo nada. “Estamos vivos”, dijo, y conquistó.

El Seven es un juego dinámico, como el fútbol 5 pero olímpico y con ovalada. Un punch. Estamos afuera y ni siquiera empezaron los Juegos Olímpicos. Los partidos son rápidos, relámpago, se juegan dos por día.

Los Pumas eran una de las ilusiones de medalla de oro. Francia es quinto del ranking, pero le ganó hace poco la final de Madrid del Circuito Mundial (19 a 5, el pasado 2 de junio). Podría haber ganado, pero no lo hizo. Todo tan efímero como es este deporte. La ilusión del Seven se esfumó en siete minutos.

“Gracias a ustedes por cubrirnos”, dice el DT al periodista, sin llorar, sin dejar de garpe la conferencia de prensa, sonriendo como si el deporte no fuera solamente ganar. Ahora a descansar, comenta,  y define que lo mejor está por venir. “Empezamos a preparar Los Ángeles 2028”. Mañana será la ceremonia inaugural de París 2024. No hay sueño que entre en siete minutos.

Santiago Núñez
Twitter: @SantiNunez

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