Hoy se cumplen 11 años de la recordada editorial de Fernando Niembro en el estadio Brigadier López de Santa Fe después de la eliminación Argentina por penales contra Uruguay en la Copa América 2011. La transcribimos para incluirla en nuestra sección que toma una frase dicha por el periodista en cancha de Colón.
Caída por penales de Argentina contra Uruguay, en lo que muchos hablaban de una final anticipada. Y realmente lo fue así porque el tamaño del partido quizás no tuvo las características que puedan dejar satisfecho a los puristas. Pero aquellos que no lo son y gozan del fútbol de todas maneras, se tienen que haber dado cuenta que estuvimos ante un partido de trascendencia realmente muy importante.
Fue un partido con mucha tensión, con nervios, jugadores expulsados, no violento. Yo no vi un partido en el que haya que haber lesionados importantes y si alguno lo fue es porque el esfuerzo lo sobrepasó, como el caso de Gago. Ahora, la Argentina tuvo un buen primer tiempo con un Messi muy inspirado y con las chances de aumentar la ventaja, aunque Uruguay lo sorprendió.
Vimos en el segundo (tiempo) cuando las cosas se emparejaron, porque se fue Mascherano, a un Uruguay con un gran temple y jugando por momentos muchos mejor que la Argentina, con algunos valores altísimos como Muslera, Lugano, Álvaro Pereira y, fundamentalmente, Suárez arriba. Alguien podría decir “estas cometiendo una injusticia Fernando, hubo otros jugadores uruguayos que se destacaron más o a la par” y es cierto, puede ser. Pero me parece que puntualizando individualidades estas son las que habría que destacar.

Los argentinos, lo que quieren saber es qué pasa con su seleccionado. Y con su seleccionado pasa que, por más que tenga figuras de nivel internacional que se destacan por el mundo y que llegan por aquí tratando de cumplir con este compromiso, no termina de armar un buen equipo. Y no termina de armar un buen equipo porque me parece que tomamos estas decisiones de constituir una formación muy a la ligera.
Primero, con decisiones muy apresuradas, como haber echado a Maradona. Hoy alguno se debe estar lamentando haber echado a Maradona. Aquel conflicto que tuvieron con Diego. Lo que pasa es que cuando se interponen los problemas personales, se terminan en estas cuestiones. Maradona ya tenía una base, tenía un trabajo.
¿A quién había que descartar? ¿A los colaboradores? Se los descartaba a los colaboradores, si a Maradona le dijeron: “Vos, sí; el resto, no”. Entonces, debieron convencerlo a Maradona para un equipo en el que Messi rindió mucho más en aquel campeonato que en este, haberlo convencido a Maradona para que siguiera.

¿Y qué se hizo rápidamente cuando Maradona se fue? Muy rápidamente se eligió un técnico como Batista. Alguien que había fracasado con los juveniles. Realmente, un inexperto. Alguien que no tiene conocimientos del ABC de la dirección técnica. Alguien que podría ser, por allí, por allí, eh, un buen ayudante de campo y le dieron la responsabilidad de conducir la Selección Argentina.
Es mucha tarea, es mucha responsabilidad. Uno no puede chocar autos lujosos como acaba de chocar el técnico de la selección argentina, cayendo de contradicción en contradicción. Pero bueno, esto ya pasó, esto ya pasó. Y como siempre, los argentinos, desde 1990, seguimos acumulando experiencias. Lo que pasa es que las experiencias no sirven de nada.
Cuando el técnico de la Selección Argentina decía “por suerte yo tengo la capacidad de pedir disculpas cada vez que me equivoco”, yo le decía: “suerte que es entrenador y no cirujano porque cada vez que corte y mate a alguien va a pedir disculpas, pero el paciente que llegó al quirófano se murió”. Bueno, con el seleccionado argentino no es tan dramático.

Se podrá armar otra selección rápidamente sin él, sin él, sin él, sin él, sin él. Él no puede ser entrenador de la Selección Argentina así tenga contrato hasta el día de la muerte final. No está capacitado, es analfabeto desde el punto de vista futbolístico, no tiene condiciones y no es una cuestión que yo diga en este momento: quienes me siguen, quienes me conocen. No es que estoy poniendo el cuchillo sobre la herida, es que estas advertencias fueron hechas antes.
Alguien que cae en las contradicciones de decir que Tevez no estaba para el seleccionado argentino porque no le llegaba ni a la punta del zapato a Messi, y después lo incorpora; para decir que no había que jugar con nueve porque Messi era el nueve de la Argentina, para darse cuenta luego que Higuaín era el nueve de la selección. Y para decir un poco más tarde que Tevez iba a terminar siendo el nueve de la selección argentina. No se puede cambiar permanentemente, no se puede ser tan contradictorio, no se puede ser un hombre de tan pocos principios.
Alguien así no puede estar al frente de la selección argentina. No hay vuelta que darle. Entonces, ¿qué es lo que conviene? Porque seguramente mucha leche se va a derramar, muchas lágrimas van a caer y todas van a pasar por los mismos lugares. Y aquí hay que saber que la Selección Argentina tiene que tener un conductor serio, ¡Serio!, maduro, responsable. Usted póngale el nombre que quiera. Póngale el nombre que quiera.

Algunos seguramente van a direccionar hacia un sólo lugar, y está bien si direccionan hacia ese lugar. No se pueden hacer más aventuras, no se puede traer técnicos que, como dicen que como ven 100 partidos, Bielsa, ya tienen el resumen del mundo. ¡Nos fuimos de la Copa de Corea y Japón en la primera ronda!
Y les digo, en esta Copa América no nos fuimos en la primera ronda porque nos tocó Costa Rica, y Costa Rica fue un rival de ribetes menores. Si ese tercer partido, la Argentina lo tenía que jugar en una competencia de alta escuela, de alta altura, como era un campeonato mundial, nos íbamos de la Copa América antes. Nos fuimos ahora y está bien.
Otro tema a rever es el tema de la preparación física. Estos muchachos, cuando llegan, terminan los segundos tiempos muertos. O se cansan demasiado por allá o se cansan demasiado por aquí cuando vienen. Entonces, alguien tiene que controlar todas estas situaciones. El equipo argentino tiene que ser severo en la construcción de este equipo.
Los uruguayos siguieron batallando e iban a batallar hasta el final porque se decidieron a jugar la Copa América como si era un alargue de la Copa del Mundo. Da la sensación de que algunos futbolistas vienen a la Argentina a cumplir: se besan la camiseta, algunos cantan el himno, otros no lo cantan, pero quieren cumplir y nada más. Y muchos quieren cumplir porque tienen compromisos comerciales.

Entonces, ¿por qué no nos damos un descanso con todos estos muchachos? Son buenos, si nadie dice que sean malos, que jueguen en el Manchester City, que jueguen en el Manchester United, que jueguen en el Real Madrid, que se solacen jugando para el Barcelona. Pongamos a los de acá, los de acá tienen hambre.
Es histórico este pedido mío: que jueguen los de acá aunque se vayan inmediatamente. Un técnico maduro, un técnico serio, un técnico respetuoso, un técnico que les haga marcar el paso. No tengo nombre, ¿usted se lo imagina? Bueno, publicítelo. No tengo nombre. Aunque yo tenga contradicciones con el que venga, aunque tenga problemas con el que venga, ¡Esta forma de conducir a la Selección argentina no va más!
Ni desde la AFA, que se saca los problemas con tanta rapidez, ni poniendo a estos imberbes que no entienden nada, nada. Son soberbios, además. Creen que realmente conocen todo porque jugaron algún campeonato y porque lo ganaron ese campeonato. Una cosa es ser jugador y otra cosa es ser entrenador.

Un técnico maduro entonces y muy rápidamente empezar a revisar uno por uno los casos de los jugadores. ¿Messi tiene que venir? Sí, si tiene ganas eh. Para no entrar en crisis, como entró la semana pasada. Si no tiene ganas, nadie le va a reprochar a Messi que venga o no venga. Igual, él siempre va a tener la celeste y blanca prendida, siempre la va a tener pintada, y en algún momento, un poco más adelante, se lo puede convocar cuando ya la cosa esté mejor ordenada.
Traerlo a Messi en este desbarajuste es meterlo en crisis porque nadie lo apoya, porque nadie colabora y porque muchos compiten con él. Entonces, piense lo que le digo, una conducción de AFA más sensata, más razonable, que no entienda que la Selección Argentina se puede sacar fácilmente de encima; un técnico maduro, serio, responsable, ordenado, ¡que les pegue un chas-chas en la cola! Que no permita que los jugadores argentinos, cuando vienen acá están más con la familia que con el entrenamiento. ¿Sí?

Y, como último pensemos en los jugadores de nuestro país. Son jóvenes, algunos no tanto; son inexpertos, algunos no tanto; pensemos en formar un nuevo seleccionado. Vamos de fracaso en fracaso, nos vamos detrás de los firuletes. ¡Pastore! Todo el mundo lo pedía a Pastore. Le dieron la chance, tenía que jugar este gran partido, juega muy bien en el Palermo, que juegue allá ¿Para qué con la camiseta argentina? ¿Para hacer sufrir a los jugadores argentinos?.¿a los hinchas argentinos? No tiene valor.
Pongamos a alguien que tenga hambre. Pongamos a Razzotti, el 5 de Vélez, que le come crudo los pies a los rivales. ¡Esto es lo que necesita el seleccionado argentino! Pónganle el espejo de Uruguay. Uruguay jugó gran parte del partido con diez jugadores y lo hizo con una garra, con una fuerza, con un espíritu que no tienen los jugadores argentinos.

Mucho auto, muchísimo auto importado. Muchísimas chicas. No digo que salgan con ellas, pero andan todas detrás de todos ellos, ¿eh? Muchísimo tiempo libre para el seleccionado argentino. ¡Basta de tiempo libre! Cuando vienen, se encierran en Ezeiza. ¡Si no les gusta, que se vayan! Concentraciones larguísimas para el seleccionado argentino.
Esta es toda una frustración. No para mí, yo lo vengo advirtiendo. Para mí Batista no debió ser el técnico de la Selección Argentina del primer día. Y no estoy feliz porque le va mal al seleccionado argentino. Hubiera querido que la Selección Argentina siga por mil motivos, hasta profesionales, hasta por mi familia: lloran mis nietos, mis nietos quieren que la Selección Argentina gane.
Pero yo no puedo ir contra lo que es mi sentimiento y mi conocimiento. Nos íbamos al fracaso con este entrenador, ¡No entiende nada este entrenador! Nada, pero nada de nada. Ha chocado, realmente, como decían los diarios españoles, una Ferrari último modelo. Así no podemos seguir.
Grondona tiene que recapacitar, tenemos que pensar en un entrenador maduro, sensato, serio, ordenado, que ande con una regla para pegarle en la punta de los dedos a los jugadores que hacen las cosas mal, y empezar a pensar en los obreritos de acá. Porque los obreritos que juegan acá tienen una mayor capacidad de sacrificio que estos , que no digan que ponen, o no ponen, pero no están a la altura de las circunstancias.

¡Basta, no me engrupen más! No están a la altura de las circunstancias. Les hemos convocado, les hemos permitido todo, les hemos permitido sus quejidos, su maltrato con la prensa, el maltrato con el periodismo, el maltrato con los aficionados. Llegaron acá, a Santa Fe y la gente se quejaba porque no los miraban. ¿Pero quiénes son? ¿A quién le ganaron? Un gesto, como hicieron los brasileños, los uruguayos. ¿Qué les cuesta posar la mano sobre la cabeza de un aficionado que se mata bajo la lluvia para esperarlos? Muchísimas cosas hay que terminar con el fútbol argentino, pero muchísimas cosas. Y es el momento de empezar. Usted dirá “Está caliente, Niembro”. Sí, estoy caliente.
PD: Tres años después de esta editorial los jugadores acusados de “mucho auto importado” nos llevarían a la final del Mundial. Para contar ese recorrido les recomendamos esta nota incluida en nuestra revista digital «Brasil 2014, en busca de la felicidad».
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