Variaciones sobre un Ángel.
El flaco rosarino viene por izquierda. Empalma el cuero al ángulo como si no estuviera en una semifinal del mundo. El mismo día que muere Fontanarrosa nace un personaje canalla que podría haber sido escrito por él. 19 de julio del 2007.
Pica y la pica porque ya no vuelve. La emboquillada es un estilo de vida. Pekín es oro. Sean eternas las coronas de laureles que supimos conseguir.
“Me lo resistían, Fernando”. Maradona lo besa. Santa Fe, que no es Rosario en la Copa América 2011, no.
Cuatro fantásticos. Él, Lío, Kun, Pipa. Llega a la orilla del Rubicón. Corre pero el viento le dice que no: el muslo se estira de más. Intenta todo. Le llega una carta del Real Madrid diciendo que él no juega. La rompe sin dudarlo. Hasta el final, como siempre, espera entrar en el Maracaná. No se cierra el círculo negativo: hay dos preseas continentales que perder y así ocurre.
La pelota le queda donde más le gusta: pegada al pie izquierdo del lado de afuera, de frente o en diagonal al arco con el cuerpo haciendo eje con uno de los palos. La clava al ángulo. No sirve de nada: nos vamos de Rusia con más acusaciones que dudas.
Compite poco. Los sentimientos no explicitados pueden generar angustias. Dice, llorando, en una entrevista: “Prefiero ir a Argentina y que me caguen a puteadas que quedarme tomando café en París”. El DT, que tenía dudas, lo llama. Lloran.
Todo vuelve al principio. Pica y la pica. En el Maracaná, con el Cristo Redentor como testigo, tira una pared con el cielo. Lo que se rompe es la pared.
Ahora es 17 de diciembre del 2022. Falta un día para que haga uno de los goles más lindos de su vida y nuestra vida. Para que no haya más a quien pedirle revancha. Le dice a su pareja, Jorgelina, que lo va a ser.
-Está escrito
Terminó ganando una Copa América, macabro guionista, en el tiempo extra con la cinta de capitán en el brazo.
El dibujante Will La Beta intenta resumir la vida de Di María con una ilustración que lo tiene a él con su padre. Primero, trabajando en la carbonería, de chico. Luego, llevándole el trofeo dorado.
“El pibe de las manos negras -dice la ilustración- transformó el carbón en oro”.
Santiago Núñez
Twitter: @SantiNunez
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