Un rato después de que Platense se coronara campeón por primera vez en su historia, las y los hinchas que no pudieron viajar a Santiago del Estero confluyeron en las puertas de la cancha. Había que celebrar esa primera estrella, entre calamares.

Hay una mujer con un bebé en brazos. Julián tiene apenas dos meses y ya vivió lo que no había sido en 120 años de historia. Su mamá cuenta que su abuela era la única hincha de Platense de la familia y que ella se hizo fanática por el barrio. Juli y su otro hijo llevan al marrón en la sangre. Por allá, cuatro mujeres de diferentes generaciones se abrazan felices. La mayor cuenta que es socia del club desde los 8 años. “Imaginate, ahora tengo 60. Es hermoso vivir esto con ellas”.

Hay abuelos y nietos, hay familias enteras, hay lágrimas y canciones. Los pibes agitan bombo y redoblante y se arma la ronda. Allá, en Santiago, deben andar copando las calles también. La final se ganó con un golazo de Mainero y la entrega de un equipo que dejó todo en cada partido. Salió a ganar desde el inicio. Atrás quedaron Racing, River y San Lorenzo en sus propias canchas. Con una dupla, Orsi y Gómez, que pasó por todas las categorías del fútbol argentino para llegar a coronar, con humildad y sentido de grupo. Con el imbatible Cozzani en el arco, el gran capitán, Vázquez, el buen juego de Taborda, Rolando Martínez… y siguen los nombres. Da la sensación de que cada uno cumplió siempre que tocó jugar o estar afuera o entrar apenas unos minutos. En tiempos de nombres y cifras, el calamar vuelve a lo simple: jugar en comunidad.

Y esa comunidad también es el barrio, donde sus hinchas se abrazan y sonríen. Llega Cacho, el perro que no perdió un festejo, arriba de la silla de ruedas que empuja su dueño. Las personas más grandes pasan la posta a las niñeces: se alegran de que las nuevas generaciones vivan un campeonato y no la larga espera que les tocó en suerte.

Se quedan un rato más, porque la muchedumbre apaga el frío y porque las banderas flamean y las canciones no se terminan. “Barrio que sueña con la vuelta…”, cantan y sonríen. Tal vez haya partes que tengan que cambiar. Donde la Copa Libertadores es el horizonte más próximo.

Nadia Fink

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