El representante de Arabia Saudita en el Mundial de Clubes dio la gran sorpresa del torneo y eliminó al Manchester City de Guardiola. Bombazo de un equipo humilde bañado en dólares en las tierras de Disney. Escribe Santiago Núñez.
En las tierras de Disney, los relatos árabes se masifican. También se romantizan y comercializan. Quizás hasta pierden su esencia. Ayer la película llegó a miles o millones, pero con más contenido y fuerza que nunca.
El Camping World Stadium de Orlando fue testigo de un relato de Oriente. El Al Hilal saudí le ganó al poderoso Manchester City, de dueño emiratí, con jeque y todo.
La clave estuvo en encontrar el oro. Como Alí Babá contra los cuarenta ladrones, el Al Hilal dedujo que el tesoro estaba allí: en un retroceso magro, permanente y poroso de los de Guardiola. Su “Ábrete Sésamo” fue cada pase entre líneas para traspasar los Días, Gvardiol, Gundogan y compañía, y quedar frente a frente al cofre que guardaba Emerson. Cuatro veces.
El City de Guardiola, que venía en ascenso luego del 5 a 2 a la Juventus, coronó un semestre espantoso. Lógicamente, poder de daño tuvo. Cuando lo logró, se encontró con que el Al Hilal tuvo su Morgiana, aquella que salva a Alí Babá: Bono. De 2022 hasta acá, uno de los mejores arqueros del mundo.
El equipo Saudí es como las leyendas de Disney: se visten de humildes equipos bañados en dólares. En este caso, la versión deportiva los defiende, pero Koulibaly, Cancelo, Renan Lodi y el propio Bono son jugadores que hasta hace poco pertenecían a cierta élite del fútbol europeo. Lo demás es orden y un poco de magia.
No encontrarán en estas líneas discusiones sobre por qué el Al Hilal, el Fluminense o el Verdao sí, y River y Boca no; el mundo les da contenido de sobra acerca del asunto. Pueden cambiar de página sin ser juzgados.
El conjunto árabe logra que tengamos (sí, tengamos, disculpen brasileños y arábigos mi apropiación cultural) un equipo no europeo asegurado en semis. Si Palmeiras da otro golpe, el escenario estará registrado hasta la séptima fecha.
Lo veremos en las próximas jornadas de ese torneo divino que nos dio una más de sus mil y una noches.
Santiago Núñez
Twitter: @SantiNunez
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