El 1° de mayo se conmemora el día del trabajador en recuerdo de los Mártires de Chicago. Ese mismo nombre tenía uno de los dos clubes anarquistas que se unieron para fundar Argentinos Juniors, el equipo que hoy es protagonista en la Copa Libertadores. Escribe Santiago Núñez.

Durante muchos años, el único dato deportivo del 14 de Agosto de 1904 era la victoria de la Selección Argentina por 2 a 1 contra Uruguay. El partido se jugó en la cancha de Estudiantes de Palermo en Av. Libertador (antes Alvear) y Oro, en la zona de los bosques, que en el mapa de la época era un rectángulo verde con la palabra “football”. Lo fue hasta que mucho tiempo después se supo que esa tarde, después del partido, iba a fundarse uno de los clubes más importantes del país.

Volviendo del partido y bajando para Villa Crespo, en una casa de Corrientes y Araoz se juntaron dos clubes de barrio. Uno, de la zona, se llamaba “Los Mártires de Chicago”, en homenaje a los trabajadores estadounidenses de cuya lucha este sábado se cumplieron 135 años y por quienes nació el “Día del Trabajador”, con una fuerte tradición anarquista. El otro, de Paternal, llevaba el nombre de “Sol de la Victoria” como el título del himno de los trabajadores del Partido Socialista Italiano. Los clubes estaban integrados, obviamente, por jóvenes (entre 13 y 17 años mayormente) tan bohemios como socialistas, en momentos en los cuales aquellos que entendían que el planeta no era algo para entender sino para transformar se abrían paso sin dudar.

La reunión no tenía otro objetivo que el de juntar esfuerzos para golpear con un solo puño. El anhelo era lógico: mejor hacer un club con más gente, con mayores manos para actuar y construir. Entre los fundadores de 1904 estuvieron Domingo Agostini, José Agostini, Ruperto Ayala, Carlos Braga, José Braga, Ángel Cagnoli, Luis Cagnoli, Ernesto Capurro, Antonio Castellano, Luis Cavatorta, Juan Curballati, Francisco Demarco, Julián Ducasse, Alberto Sifredi, Vicente Pirro y Leandro Ravera Bianchi. Éste último fue elegido presidente.

El debate del nombre, fácilmente saldable, surgía de una recomendación concreta. A Los Mártires de Chicago les habían recomendado que modifiquen su nomenclatura por miedo a persecuciones “por propagar ideas destructoras y contrarias a la sociedad” (El Gráfico, Marzo 2018).

Pensaron entonces en pasarse a llamar “Asociación Atlética y Footballística Argentinos Unidos de Villa Crespo” pero se encontraron con que el logo de las camisetas, por la longitud de la frase, salía muy caro. Entonces la voz lúcida de Ravera Bianchi dijo “llamemonos Argentinos Juniors”. Cuando le preguntaron por qué, respondió con conocimiento no solamente intelectual sino también cosmopolita: “Juniors quiere decir jóvenes”. El club que luego brillaría como semillero del mundo en Boyacá y Juan A. García empezaba a ver la luz del mundo.

Más allá del debate sobre el nombre en sí, hay una palabra que radica el espíritu de la iniciativa más que cualquier otra. La primera palabra de la sigla (“AAAJ”) era (y es hasta el día de hoy) “Asociación” y no “club”. La iniciativa buscaba trascender a lo deportivo, y convertir al flamante Argentinos en un ámbito social, e incluso de debate político para luchar.

Cuenta la leyenda que las siglas de la nomenclatura en realidad eran un mensaje solapado y encubierto. Dice Tomás González Messina, que estuvo a cargo del departamento de Historia del club, en una nota de abril del 2020 en Radio Gráfica: “Los fundadores eran anarquistas y socialistas y en aquellos días de 1904, gobierno de Julio Argentino Roca, eran perseguidos con todo el peso de la ley. Entonces buscaron una forma de manifestar su adhesión política en forma solapada sin dejar de reivindicarla. Optaron por el nombre Argentinos Juniors para reivindicar su condición de nacionales, si bien no es muy anarquista; pero si analizamos la sigla AAAJ, ellos decían que en clave significaba: Adelante Anarquistas Avancemos Juntos”.

Para pensar el color hay menos análisis y seguro menor cantidad de suspicacias. Es rojo porque roja es la bandera de la lucha, el trapo del socialismo. No obstante, en 1909 la cambió por un tiempo, por una prohibición al color en clave de persecución política. A partir de allí se construyó el equipo que tendría su primera cancha en Gaona al 1100 y que más allá de las idas y vueltas es sinónimo de pueblo de la Paternal.

Por él pasaron figuras magníficas como Maradona, Riquelme, Redondo, Sorín. “El semillero del mundo”, como dijo durante mucho tiempo el plotter de la calle San Blas, será uno de sus tantos apodos, como el Tifón de Boyacá (luego de un 6 a 1 a Argentino de Quilmes en 1955) o “Bichitos colorados” (en general atribuido a una crónica periodística luego de un partido con Boca).

Lo que pocos suelen tomar en cuenta, sin embargo, es el inusitado nivel de efectividad y buenos resultados que tiene el “Bicho” en un torneo particular: la Copa Libertadores. Esta semana, la misma de un 1ro de Mayo que se encuentra en sus raíces, el equipo de La Paternal ganó en Chile y quedó como único puntero (6 de 6) de un grupo con tres campeones de sus respectivas ligas. Además, lo hizo con un fútbol fenomenal. Sorprende principalmente porque (mientras esta nota se escribe) Argentinos está 9no en el grupo A, a cinco puntos de clasificar con seis en juego y la misma cantidad de equipos entre su puesto u la zona de clasificación. Es decir, casi afuera de la Copa de la Liga.

Esa sed de victoria en el plano internacional es, asimismo respaldada por la historia y esas tertulias extrañas llamadas “estadísticas”. Hasta esta edición, solamente había participado del certamen en tres ocasiones. En una (1985), la más conocida, fue campeón en una final con desempate ante el América de Cali y le permitió ir a jugar contra la Juventus de Platini.

La siguiente, en el año posterior, estuvo solamente a un punto o un gol de llegar a la final. Compartió grupo con River y Barcelona de Ecuador en la segunda fase (solamente uno clasificaba a la última instancia). Empató con River (campeón en esa edición) de local y le ganó de visitante en el Monumental. Triunfó en Buenos Aires contra los de Guayaquil pero perdió (1 a 0) la vuelta. Si éste último partido hubiera sido un empate, el Bicho jugaba la final.

Fue a un desempate con River en cancha de Vélez con un reglamento particular, presente sólo en algunas ediciones de los 80: si había empate existiría alargue pero si la paridad se extendía el ganador era River, por tener mejor diferencia de gol en la Fase de Grupos. En un partido intenso, el 0 a 0 fue el marcador durante 120 minutos y Argentinos quedó afuera en un partido con seis o siete chances claras y dos tiros en la palos (a entender de quien escribe, superó a River, pero adjuntamos el video para que lo determine cada lector. Sólo una aclaración, cuando escuchen Maradona, no es Diego, sino Hugo).

En 2011, Argentinos sí tuvo una mala edición, pero si ganaba el último partido de local hubiera clasificado a la segunda ronda.

Sin embargo, el promedio es que ganó 1 de 3 (el segundo mejor del fútbol criollo luego de Independiente, que tiene 7 de 20) y estuvo a muy poco de jugar dos finales.

El 14 de Agosto de 1904, no solamente Argentina y Uruguay jugaron un partido. También nació un club que encontraría buena parte de su gloria entre las ideas por un mundo mejor y los sueños cumplidos de brillar en el continente cada vez que pudo. Y todavía sigue.

Santiago Núñez

Twitter: @SantiNunez

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