Hoy cumple años Jorgelina, que es mucho más que la esposa de Di María. Es su escudo protector que lo defiende y piensa estrategias para atacar. Ninguna persona es tan parecida a La Scaloneta como ella. Defensa y Justicia. Rosario y Lisboa. Familia eterna. Escribe Lucas Jiménez.

Jorgelina Cardoso empezó a hablar con Fideo por MSN. Angelito jugaba en el Benfica y lo primero que le dijo ella para romper el hielo fue que vuelva a Central. Es tan Canalla como él. Cuando le dicen que es ella la que no lo deja que vuelva, se pone como loca porque desde 2009 que sueña con verlo de nuevo jugando en el Gigante de Arroyito.

En el primer encuentro Di María ya era campeón olímpico, había venido a Buenos Aires a jugar con la Selección y solo tenían el viernes para coincidir. Ese día ella salía a bailar siempre con sus amigas y no iba a cortar ese ritual por un chico. “Si querés verme vení al boliche”, le dijo. Y Fideo fue con su barra de amigos. Empezaron a salir. Ella dejó Rosario y se mudó a Lisboa con él, por eso hace pocos días cuando lo presentaron en Benfica le escribió que volvieron «donde todo empezó» hace 13 años.

A mediados del 2010 Fideo pegó el salto al Real Madrid. Se ganó un lugar como titular. A fines del 2011 falleció Germán, el papá de Jorgelina. El club merengue le prohibía viajar a Angelito, que hizo lo mismo que con la carta que le mandaron del club para que no juegue la final de Brasil 2014. No les dio bola y se fue para Rosario sin importar las posibles sanciones. Volvió 48 horas antes del partido que jugaba el Real ese fin de semana contra el Sevilla de visitante. El Merengue ganó 6-2 con dos asistencias y un gol de Fideo que sirvió para sacar una remera blanca pintada la noche anterior con la frase: “Germán, te extrañaremos siempre”. Jorgelina desde Buenos Aires lloró de amor.

La carrera de Ángel siguió en subida, hasta que vinieron las lesiones y las críticas. Jorgelina hizo un click cuando una noche con las luces de la habitación apagadas, escuchó a su marido llorar sin parar. Hizo una lista de los periodistas que lo criticaron con saña. Dice que la idea nació por su falta de memoria, quería que quede registro para cuando le escriban para pedirle una nota.

Le dijo a Fideo que no renuncie a la Selección, le sugirió que salga a hablar cuando no lo convocaban para mostrar sus ganas de estar. De esas entrevistas surgió la llamada de Scaloni que terminó con el DT y el jugador llorando porque sienten mucho esta camiseta.

Vinieron las finales y los goles en el Maracaná, Wembley y Qatar. En pleno mundial cuando escuchó a Van Gaal decir que su marido era de los pocos que hablaban mal de él, googleó y encontró montones de jugadores despotricando contra el entrenador holandés. Compartió la info en historias de Instagram. Lo mismo hizo con el francés campeón en 2018 Adil Ramil que boludeo a Di María por llorar en el festejo del gol en la final. Jorgelina subió la noticia de cuando su ex pareja Pamela Anderson lo acusaba por violencia de género y liquidó el partido poniéndole: “Ángel te puede enseñar a llorar, a tratar como un caballero a una mujer y a hacer goles en finales”.

En un país como Qatar donde los derechos de las mujeres están restringidos, las esposas, madres e hijas de los jugadores entraron a la cancha a besar y tocar la copa todas las veces que quisieron. De todas me quedo con Jorgelina, la rosarina. La que juntó 22 personas para la final. La que contrató una murga para que toquen “Muchachos” en la Navidad familiar. La Jefa del Movimiento Di Marista.

Lucas Jiménez

Twitter: @lucasjimenez88

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