La gambeta es el amor hecho curva con una pelota. La de Adrián Giampietri era endiablada y corta, sin firuletes berretas, con arranques en velocidad para su pierna derecha. Siempre pasando. “Mi forma de ser era sacarme la gente de encima y meter un pase para el delantero”. Los años y los kilos lo recostaron más en el talento del botín y no tanto en la movilidad.
Lo asimilaban al jugador camerunés Cyril Makanaky, mundialista en Italia 90, y entonces, por variación lunfarda, le quedó “el Máquina”. Lo representaba el mismo agente que a un tal Pablo Aimar.
El “Negro” Fontanarrosa, en “Lo que se dice un ídolo”, dice que la idolatría no va de la mano de la perfección. “¿Cómo mierda la gente se va a sentir identificada con vos? ¿Qué tenés en común con los monos de la tribuna?”.
-¿Te cuidabas cuando jugabas?
-No, comía lo que había en casa.
Dice que hoy cuando mira fútbol le duelen los ojos. Hay “nutricionistas, psicólogos, es otra cosa”. El hijo se enoja porque la gente lo saluda y entra tarde a la popular. “Soy quien soy gracias a Quilmes”, planteó hace poco, en una entrevista con AFA Ascenso. A veces es cuestión de roles: le tocó ser enganche, podría haberle tocado el tablón.
Nunca dio la vuelta. Era de esa generación que perdía finales. Se fue en 2002 y Quilmes ascendió en 2003. Volvió en 2007, con un descenso consumado.
El medio partidario Pura Espuma le dejó encriptadas en el éter unas palabras: “El Máquina es la 25 y cumbia santafecina. Es la avenida Calchaquí. Es comerte una factura en ´El Murallón´ mirando hacia la nada. Fumarte uno mirando el río. Por eso es ídolo sin haber ganado nada”.
La idolatría no es sinónimo de campeonatos. Basta con generar la ilusión de que el minuto siguiente puede ser mejor que el anterior. Vale más el sueño del hincha que la copa del jugador.
El “Mono de Kapanga” es fanático de Quilmes. En 2020 fue parte del elenco de Masterchef. Cuando tuvo enfrente al jurado de cocina integrado por los prestigiosos Germán Martitegui, Damián Betular y Donato De Santis, les dijo:
-Estoy en frente de Messi, Maradona y el Máquina Giampietri.
Santiago Núñez
Twitter: @SantiNunez
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