Hoy en Las Calles no Olvidan: Daniel Bazán Vera. Goleador de época del fútbol de los sábados. Emblema de Almirante Brown, también dejó su huella en Tristán Suárez y Unión de Santa Fe. Goles inolvidables clavados en la retina de los hinchas. Escribe Juan Stanisci.

Daniel Bazán Vera es una época. Un tiempo de tribunas con alambrado, hinchas visitantes, vestuarios sin agua caliente, más pozos que pasto, centrales que pegan como boxeadores, nueves que podrían haber sido boxeadores, fútbol de radio, fútbol de sábado. Fútbol de ascenso. Bazán Vera es el ascenso con vincha, pelo largo y una parva de goles en la espalda.

Bazán Vera es un nueve nueve. De esos que difícilmente los pudieras encontrar fuera del área. Nada de cosas modernas como que tira bien las diagonales o exige a los centrales. Exigir a los centrales es hacerles goles. Y de eso Bazán Vera sabe. Sabe mucho. Mañoso para meterse entre el seis y el tres. O para esperar un rebote sorpresivo de un arquero distraído.

Nació en Villa Palito. Se hizo en Almirante Brown. Su otro amor es Tristán Suárez. En ambos es el tipo que más goles hizo en toda la historia. En Unión jugó poco más de sesenta partidos y la embocó treinta y cinco veces. Ahí, por el pelo largo y la vincha roja, lo bautizaron El Indio.

Nunca jugó en primera porque en el ascenso le pagaban más. La guita era para bancar a la familia, para sacarlos de Villa Palito y darles una vida mejor. A su hermano Oscar le dice papá. La mamá era hincha de Brown antes de que el jugará ahí. Lo iba a ver siempre en la popular. Identifica a su familia con los Peaky Blinders, de ahí los chalecos y las boinas que se pone cuando dirige.

En 2002 Bazán Vera tenía 29 años. El país se iba a la mierda y a él le ofrecieron ir a jugar al culo del mundo. Al tipo que le hizo el ofrecimiento le dijo:

-Quedate tranquilo, yo voy a ir y me voy a adaptar perfecto pero, ¿dónde queda Finlandia?

Jugó dos años en el Inter Turku, en la ciudad homónima al norte del norte. Cuando le preguntan si le costó adaptarse responde: “Me preguntan si fue duro. Duro era tener que correr la cama cuando llovía en Villa Palito”.

La mayoría de los goles de Bazán Vera no están en Youtube, viven en el mejor lugar de todos: el recuerdo del hincha. Son, como los codazos para ganar en un córner, mitología de tribuna. Algo que crece con el tiempo y se transmite de boca en boca. Algo contracultural, que no necesita cámaras ni videos para ganarle al olvido.

Juan Stanisci
Twitter: @juanstanisci

Si llegaste hasta acá sos un lastimero de ley. Lástima a nadie, maestro necesita tu ayuda para seguir existiendo, suscribite acá:

Deja un comentario