Desde hace una semana el teléfono suena en la casa del vecino. El que llama recibe siempre la misma respuesta: “Justo ahora no está”. El que llama es el Pato Pastoriza, DT de Independiente. El ausente es Mario Lobo, delantero que debería volver al Rojo. Tiene 27 años. Ya jugó en Buenos Aires, en Perú y en Japón. Es hora de volver a casa.

Mario Humberto Lobo es de la época en la que a los futbolistas se los mencionaba con los dos nombres. Tiempos de teléfono de línea en la casa de un vecino, de colimba y pases de jugadores pagados con botines o pelotas.

Arrancó jugando en Circulo Policial porque le ofrecían trabajo de cadete. Cuando volvió de la colimba la rompió en un partido contra Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Lo fueron a buscar y pagaron su pase: costó seis pares de botines y cinco pelotas. Se juntaron los lobos. Como si su apellido hubiera sido un designio. Gol de Lobo para el Lobo. Manada de Lobos.

Ganó un ascenso y se fue a dar vueltas por el mundo. Pasó de la Liga Regional Jujeña a hacerle goles a Boca en la Copa Libertadores. De las canchas de la Puna a las de Yokohama. En Japón le hizo conocer el mar a sus viejos. A su regreso el pase era de Independiente. Le dieron una semana de vacaciones y se fue a Jujuy. Eligió quedarse. No quería atender los llamados de Pastoriza por miedo a que pudiera convencerlo de volver a Buenos Aires. Mario Lobo rechazó a Independiente para jugar en el Torneo del Interior —el padre del Torneo Argentino A y abuelo del Federal A— con Gimnasia y Esgrima de Jujuy.

Con Gimnasia ganó dos ascensos seguidos: en 1993 al Nacional B y en 1994 a Primera. Mario Humberto era un delantero de esos que entienden todos los secretos del ataque: podía ser nueve, segunda punta o tirarse a jugar casi como un enganche. Gambeteador por calidad y por potencia.

Cada domingo tenía asegurado su lugarcito en los compactos de Fútbol de Primera. Pasara lo que pasara Lobo hacía goles. Se convirtió en el máximo goleador del Lobo: 141 goles por torneos de AFA, 46 de ellos en Primera División. Según le dijo un periodista jujeño, en total hizo más de trescientos goles en menos de quinientos partidos.

En un texto del medio “Jujuy al momento” lo llaman el “Viento Norte”. Un viento que se lleva todo por delante y que hace bailar a la tierra de los potreros. Letal como lobo con hambre.

Juan Stanisci
Twitter: @juanstanisci

Si llegaste hasta acá sos un lastimero de ley. Lástima a nadie, maestro necesita tu ayuda para seguir existiendo, suscribite acá:

Deja un comentario