Arquero de área grande. De los que van al frente sin esperar que el delantero haga para luego ellos responder. Jugaba como queriendo escapar del área chica, como si alejarse del arco fuera una manera de ahuyentar los goles contrarios. El Flaco Vivaldo no se tiraba: volaba. Se arrodillaba en los mano a mano haciendo La De Dios. “Yo fui arquero por el Loco Gatti. Todavía hablo del Loco y me emociono”.
Nacido en Luján pero criado en Sarandí, Vivaldo hizo inferiores en Racing. Tuvo que dejar para salir a laburar. Fue cartero del Correo Central. Vendió juguitos pindapoy en las tribunas de Racing e Independiente. Hasta que a los 19 años se probó en Arsenal y quedó directamente en el plantel de primera.
Pasó por algunos clubes de primera división hasta que encontró su lugar en el mundo: San Martín. Tenía 31 años cuando llegó a Chacarita. En 1999 ascendieron a primera. Jugó con La Vieja Moreno, El Gatito Mignini, el Tweety Carrario, Gambetita Latorre, Ariel Rosada, Iván Furios y el Negro Gamboa. Tiempos de canchas color cemento, bomberos regando hinchadas para zafar del calor y jean con topper. Auspicia Cbesé y Camaleón.
Vivaldo atajaba para sus equipos pero también los que tenían treinta en los noventa y los dosmil. Cada movimiento suyo era un homenaje permanente a Hugo Orlando Gatti. El Flaco mimaba los recuerdos de los que en esa época añoraban el Torneo Nacional y el Metropolitano. Los Gordos Todo Tiempo Pasado Fue Mejor siempre estuvieron ahí, repartiendo nostalgia en las tribunas.

Su segundo lugar en el mundo fue Bahía Blanca, a donde lo llevó Julio Falcioni. Supo tener por delante a una de las defensas más temidas del fútbol argentino: Laspada y Satanás Páez. Hacerle un gol en el Carminatti era más difícil que encender un cigarrillo con el viento bahiense.
Después protagonizar uno de los pases caídos más recordados, volvió a Chacarita. Lo colgaron durante casi un año. Se acordaron de él cuando había que jugar una final para no bajar a la B Metro contra Defensores de Belgrano. Lo llamaron de urgencia y Vivaldo, que ya tenía 38 años, atajó un penal clave en la definición para salvar a Chaca. Después volvió a primera con Tiro Federal. Ascendió con Independiente Rivadavia. Se retiró, no podía ser de otra forma, en la zona sur del conurbano, con la camiseta de Temperley. Quizás le tiró la camiseta celeste como la que usaba el Loco Gatti.
Contemporáneo de grandes arqueros, Vivaldo es de los más recordados de esos primeros años dos mil. Como un eco del pasado, se hizo a imagen y semejanza de Hugo Orlando Gatti. Vincha y pelo largo. Arqueros pirotécnicos. Artistas de los tres palos.
Juan Stanisci
Twitter: @juanstanisci
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