No la mira nadie, pero tiene sponsors multimillonarios que nunca eligieron apostar por el fútbol femenino o el futsal. Bajo el pretexto de que no generan los recursos como para mover números estrafalarios. ¿Y qué pasa con la Copa Potrero? Las marcas no sabían cómo extirpar los sentimientos que convirtieron al “football” en “fulbo”. La pasión desmedida siempre fue cosa de negros. Por eso, en el tenis se aplaude en silencio. Aunque parezca un oxímoron. Por eso, en la Copa Potrero las camisetas de fútbol profesional están señaladas como objetos prohibidos, junto a otros elementos cortapunzantes penalizados.

El sponsor oficial es “Sportsbet”. Debido a patrocinios multimillonarios, la industria del Sporteinment puede prescindir de “lo único insustituible” según Marcelo Bielsa: el hincha, “que no es lo mismo que el espectador”. Y, agrego yo, sus periféricos: la cuota del club, la entrada a la cancha y la venta de camisetas ya no mueven la aguja económica, y los valores del fútbol profesional son solamente utilizados para su explotación comercial. Eslogans que hablan de la pasión, la palabra “Potrero” tan minuciosamente seleccionada, y figuras que oficiaban de futbolistas y ahora de influencers: Mauro Zárate y Matías Suárez -supieron vestir la gloriosa casaca de Boca y River-, Diego Latorre -ex jugador de la Selección Argentina-, Manuel Lanzini -jugador vigente de Vélez- participan, ya sea jugando o dirigiendo, en un equipo de esta copa. Morena Beltrán pregunta: ¿Va a venir Lanzini el fin de semana? Y, agrego yo: ¿Generaría el fútbol femenino el engagement suficiente para saciar a los sponsors con la presencia de estas figuras? ¿Por qué Morena Beltrán no relata fútbol femenino y sí la Copa Potrero?

Además de los veteranos del fútbol profesional, los jugadores de torneos barriales y ex-profesionales del ascenso retirados antes de tiempo parecen encajar con los males de época: la adicción de los invisibles de buscar más protagonismo, la distorsionada posibilidad de pegarla, y la sobreexposición de los ídolos en su ámbito recreativo.

Miguel Freidenberg
Twitter: @miguefrei

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