Se retiró Sebastián Abreu, el último jugador en actividad que había compartido cancha con Diego Maradona. Se cierra así el ciclo de la Era Maradona, al menos dentro de las canchas. En nuestros corazones seguirá eternamente. Escribe Sebastián Chittadini.

El cuerpo ya no responde
Adiós Juventud adónde
Voy a ir si no estás
Parezco un Pierrot
Que triste quedó
Con el recuerdo de un disfraz
Que no sirve más

Adiós juventud – Jaime roos

Un viernes de junio a las 3 de la tarde en el Estadio Belvedere no solamente se está retirando Washington Sebastián Abreu Gallo, sino que nuestra vida nos está avisando que es otoño y se va a levantar el telón de este último acto. El Loco deja de ser jugador y cuando él quiere, cosa que no muchos han podido decir. Y merece respeto y reconocimiento, claro está, aunque creíamos que iba a jugar para siempre y nosotros con él sintiendo que no éramos tan viejos. En esa espalda con el número 13 de la camiseta de Sud América lleva el peso de las miradas de todos los que sentimos que se nos va algo.

Tal vez sea para algunos un detalle insignificante, para otros una anécdota, pero ahí se está despidiendo un hombre abonado a hacer historia. El que entró unos minutos en el suplementario para definir con un penal el partido más importante de la selección uruguaya en los últimos ¿40 años?, el del récord Guinness, el del mate con las mil chapas y la camiseta con los mil y un parches. Es él, sí, pero al mismo tiempo no es sólo él. También deja de ser jugador contra Liverpool, el mismo equipo contra el que comenzó a serlo hace 26 años. Es un elegido y es, también -y somos todos con él- el último futbolista que compartió una cancha de fútbol con Diego Armando Maradona. O con el fútbol, que es lo mismo.

«Quisiera ver al Diego para siempre», decía una reversión que los Ratones Paranoicos hicieron de un tema propio. También quisiéramos ver para siempre al Loco Abreu y tantos otros, volver a quedarnos un domingo hasta tarde viendo Fútbol de Primera con aquellos jugadores de la Era que se nos fue, ir al kiosko a comprar El Gráfico o descargarnos el PC Fútbol 6.0 con el parche del fútbol argentino y los relatos de Marcelo Araujo. Hoy, con el cierre de la Era Maradona se nos retira la juventud, se termina algo de lo que fuimos y ya no somos, mientras el siglo veinte nos recuerda no muy amigablemente que se fue hace ya veintiún años. Que Diego es de todos, ya lo sabemos. Pero también es un poco de todos el Loco de las 31 camisetas. Porque el fútbol es de todos, al final, y todos nos sentimos un poco desamparados cuando algo se termina.

Hablamos de algo que comenzó el 20 de octubre de 1976 con Diego Armando Maradona (nacido en 1960) jugando contra gente nacida en la década de 1940 y terminó hoy, 11 de junio de 2021 con Washington Sebastián Abreu enfrentando a muchachos nacidos después del año 2000. Abreu, que vino al mundo el 17 de octubre de 1976 (tres días antes del debut de Diego en Primera), nació junto con la Era Maradona y es –con su puntería para los momentos importantes- el encargado de cerrarla en un estadio que luce en una de sus tribunas la leyenda “AQUÍ NACIÓ EL FÚTBOL URUGUAYO” (en alusión al primer partido en la historia de la Celeste, casualmente contra Argentina). Y no terminan ahí las casualidades que unieron al Loco y a Diego, ya que los dos supieron conducir programas de televisión: curiosamente, el recordado “La Noche del 10” se emitió en Argentina por el canal 13; mientras que “Noche de Locura” salía en Uruguay por la pantalla del canal 10.

El sol cae rápido en el Estadio Belvedere, como cae el sol en esta época o como una pelota que cae en el área esperando que alguien la empuje. Cuando el Pampa Claudio Biaggio -DT de Sud América- decide a los 72 minutos el ingreso de su compañero de ataque en aquel Boca-San Lorenzo de 1997, el partido va 4-0 a favor de Liverpool. El “Adiós juventud” de Jaime Roos debería ser la banda sonora de este momento en el que Abreu y todos creemos que nos queda un verso por decir antes de partir.

La imagen de una tarde cualquiera de otoño hace juego con lo crepuscular del otoño de la vida, con un partido sin historia en el que solo llegaría un gol más de Liverpool. El Loco iba a tener en su cabeza la última pelota del partido, pero su cabezazo saldría al medio del arco y a las manos del arquero. Tal vez sea la nostalgia, pero se nos movieron un montón de cosas con ese cachetazo del almanaque que nos avisa que ya no somos jóvenes. Dijo alguien que dejamos de serlo cuando ya no quedan jugadores de nuestra edad, cuando nos damos cuenta de que es ridículo idolatrar a un tipo que puede ser nuestro hijo, cuando miramos alrededor y ya no queda nadie.

“Todo concluye al fin, nada puede escapar”, decía una canción que hablaba de que lo único que tenemos es el presente. Sin embargo, aunque esto nos está marcando que algo está terminando de terminar; la barba canosa y los ojos llenos de lágrimas del Loco al finalizar el partido nos hacen pensar que una época se cierra, sí, pero al mismo tiempo hay algo que seguirá abierto para siempre, para que podamos volver todas las veces que sea necesario. Mejor lo dijo el propio Abreu: «En ningún momento voy a utilizar la palabra retiro, sino que dejo la actividad profesional. Porque todos dicen que cuando Abreu se retire va a dejar de existir la Era Maradona».

Sebastián Chittadini

Twitter: @SebaChittadini

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