Hoy a las 16 arranca una nueva Eurocopa con el partido entre Italia y Turquía. De Roma a Londrés, del Olímpico a Wembley. Debutantes, mascotas, apuestas, candidatos, Bakú y el pelo de Phil Foden. Lástima en Modo Euro. Escriben Pablo Bauzá y Lucas Bauzá.
La pandemia del COVID 19 obligó a la UEFA a posponer la Eurocopa durante un año. Sin embargo, la confederación presidida por el abogado esloveno Aleksander Čeferin decidió mantener el nombre y los logos con la leyenda “EURO 2020”. Sí, los logos. Porque la UEFA, en conmemoración por los 60 años de la primera Eurocopa, había decidido -previo a la aparición del COVID 19- repartir las sedes a lo largo y ancho de toda Europa, y que cada sede tuviera su correspondiente logo con un puente característico del lugar. De este modo, en el logo inglés de la EURO 2020 aparece el Puente de la Torre; en el logo de Roma aparece el Sant´ Angelo, construido por los esclavos de la Roma del Emperador Adriano entre los años 134 y 139; y en el logo de Bilbao, donde no se jugará ningún partido, aparece el Puente de San Antón. ¡¿Cómo?! Sí, debido a que el País Vasco no cedió en su posición de no permitir público en los estadios, la UEFA hizo un rápido pase de manos digno de la CONMEBOL y le otorgó a Sevilla los partidos que correspondían al mítico San Mamés. Pero la novela de los logos no termina acá. Además de los puentes, la UEFA sumó logos particulares con emblemas de cada ciudad: así, aparecen el Coliseo romano, la Plaza de los Héroes de Budapest, el Barrio Rojo de Ámsterdam y, representando a Sevilla… un par de casas random y un arbolito del montón. Los sevillanos, claro, están con un cabreo monumental, esgrimiendo en lo alto sus símbolos arquitectónicos ultrajados y prometiendo dar sus merecidas hostias a cuanto representante de la UEFA se atreva a pisar la tierra que posee bellezas tales como La Giralda o La Torre de Oro. En los tres partidos que España jugará por su grupo, y en un choque de octavos, tendrán la ansiada oportunidad.

Ámsterdam, Bakú, Bucarest, Budapest, Copenhague, Glasgow, Londres, Munich, Roma, San Petersburgo y Sevilla son las 11 sedes donde se disputará la EURO 2020. Codeándose entre la crema del fútbol europeo, hablándole de tú a tú a estadios top como el Wembley, el Olímpico de Roma y el Allianz Arena, aparece el desconocido Estadio Olímpico de Bakú, situado en la homónima capital de Azerbaiyán. Con una capacidad de 69 mil espectadores, la primera piedra de este estadio fue colocada el 6 de junio de 2011, con las presencias tan estelares como brumosas de Joseph Blatter y Michel Platini, y la inauguración ocurrió casi cuatro años después, en marzo de 2015. Dos particularidades que lo hacen único: está construido encima de lo que fue un antiguo campo petrolero, lo cual demoró las obras, ya que antes se debieron eliminar más de un millón de litros cúbicos de residuos de aceite; y está situado junto al lago Boyuk-Shor, uno de los más contaminados del mundo. Hasta ahí viajaran los pulcros suizos y el pituco Gareth Bale para debutar en el grupo A, y ahí, el 3 de julio, podrían cruzarse italianos y holandeses para ver quién pasa a las semifinales y se pone las pilchas de candidatazo.
Schevchenko, goleador histórico de Ucrania, agarró la dirección técnica de su país luego de una mala actuación en la última Eurocopa. Su primera prueba grande fue la clasificación al Mundial de Rusia: Ucrania perdió un mano a mano en la última fecha de su grupo frente a la futura subcampeona Croacia y se quedó afuera. A esa eliminación le siguió un ascenso a la A en La Liga de las Naciones de la UEFA, con triunfos frente a República Checa y Eslovaquia, y el sello en la red de sus tres ases: Malinovsky, el exquisito zurdo del Atalanta; Yarmolenko, histórico del West Ham; y uno de los pollos de Lástima a nadie, Oleksandr Zinchenko. La tercera experiencia del icónico artillero de los 2000 en el banco ucraniano fue la clasificación a la Eurocopa 2020, y también fue más que positiva: triunfos frente a la Portugal de Cristiano Ronaldo, goleada frente a Serbia y unas estadísticas prometedoras: 6 partidos ganados y 2 empates. A estar atentos con La Schevaneta.

Toda la semana circularon memes, imágenes, comentarios, comparaciones, envidias y alabanzas acerca de lo mismo: la formación de Francia. Lloris; Pavard, Varane, Kimpembe, Hernández; Pogba, Kanté, Rabiot; Mbappé, Benzema, Griezmann. “Mamita, posho”, comentó uno en el grupo de los pibes, consciente de que la imagen de esos 11 apellidos con la misma camiseta dice más que mil palabras; “Kanté, venite al Globo”, tuiteó un soñador por allá; “El súper once de Francia para la Eurocopa” tituló Marca, dejando en claro que el impacto y el respeto es mundial. Francia cuenta con dos antecedentes modernos: la misma Francia de 1998-2000 y la España de 2010-2012; tanto la Francia de Zidane como la España de Iniesta ganaron el Mundial, fueron a la Eurocopa inmediata y por una suerte de inercia, de tener caudales y caudales de fútbol cayéndoseles de los bolsillos, les alcanzó para arrasar también a nivel continental. Si se cumpliera la lógica, no nos desagradaría: si Kanté es feliz, nosotros somos felices.
Imaginemos por un momento que son las diez y media de la noche (hora argentina) del 11 de julio de 2021. Resta un minuto para el final de la competencia europea. Doblando la curva, se encuentra Qatar 2022. Todo el mundo, no solo Europa, están viendo que una selección cualquiera, imagine la que quiera –pero no los imagine a ellos, no hace falta, porque ellos están–, está perdiendo frente a ellos. Con Qatar 2022 a la vuelta de la esquina, si ellos van a Wembley y cumplen con la máxima de Gary Lineker, ahora con una nueva camada en cancha (Kai Havertz, Timo Werner y Serge Gnabry arriba) imagine lo que va a ocurrir el 18 de diciembre del próximo año, aproximadamente a las dos de la tarde (hora argentina). Imagine a una selección cualquiera, pero no los imagine a ellos. Porque ellos van a estar.
Mascotas hay muchas -de hecho esta EURO 2020 cuenta con su respectiva mascota, el olvidable “Skillzy”, inspirado en el también olvidable freestyle-, pero ninguna como “Pinocchio”, la primera mascota de la competencia europea, que recién vio la luz en Italia 1980. Este niño de madera y el deporte italiano tuvieron un segundo capítulo treinta años después, cuando “Pinocchio” fue elegido por la Unión Ciclística Internacional para ser la mascota del Campeonato Mundial de Ciclismo a desarrollarse en Florencia 2013. ¿La historia finaliza ahí, como un excelente y cálido homenaje de la UCI al creador de Pinocho, el escritor florentino Carlo Collodi? No. En la elección de “Pinocchio”, el niño al que le crecía la nariz al mentir, la gente del ambiente del ciclismo vio un dardo envenenado que iba directamente hacia la polémica figura de Lance Amstrong, el ex astro del deporte que había apelado a sustancias prohibidas para que crecieran las indignas vitrinas de su casa.

Al que no le fue bien en el sorteo fue a Hungría, que cayó en el Grupo de la Muerte, el F, junto al máximo vencedor de la competición (Alemania), el actual campeón del mundo (Francia) y el campeón vigente de la Eurocopa (Portugal). Cuenta con una ventaja: en su debut frente a Portugal y en la segunda fecha contra Francia, jugará de local en el Puskas Arena de Budapest. En las tribunas, según el diario El País de España, habrá más de 60.000 personas.
Métodos estadísticos utilizaron los analistas de Wall Street, más precisamente del banco Goldman Sachs, para predecir el devenir de esta EURO 2020 y ver a qué selección apostarle la rúcula. Este método consiste en cargar datos provenientes de cinco factores: goles marcados desde 1980, resultados recientes, ranking de jugadores, uso de la localía y el fuego sagrado, es decir, la camiseta. En esta ocasión, el buitraje señaló que el ganador, luego de vencer en la final a Italia, será Bélgica. Los otros semifinalistas: Portugal y España. Como buenos argentinos, leímos Wall Street y desconfiamos, así que antes de apostar nuestro puñado de dólares por la banda de De Bruyne, Courtois, Hazard y Lukaku, nos fuimos a las predicciones que el mismo banco hizo para el Mundial de Rusia 2018. Los métodos estadísticos arrojaron lo siguiente: Brasil campeón, Alemania finalista, Portugal y Francia en semis. En el verde césped, sin embargo, Brasil se fue en cuartos, Alemania en primera ronda, Portugal en octavos y Francia salió campeón. Lo dejamos a su criterio si creerles o no.
Ojo con Dinamarca. Cuenta con una base sólida, Schmeichel-Christensen-Kjaer-Delaney-Eriksen-Braithwaite-Wind; viene jugando en gran nivel, con un estilo audaz y vistoso, que en el último tiempo lo llevó a ganarle a Inglaterra y a empatar frente a Alemania; y está frente a una competición que le sienta bien, ya que la ganó de manera espectacular en el verano europeo de 1992. Su director técnico es Kasper Hjulmand (el apellido significa “el hombre detrás del volante”), un ex jugador del ascenso danés que se retiró a los 26 años y apenas lleva 10 partidos sentado en el banco más caliente de Dinamarca. ¿Puede este hombre dar el golpe y conquistar Europa? Sí. Definitivamente tiene con qué convertirse en una de las revelaciones. La primera ronda la jugará en el patio de su casa, en el Parken de Copenhague. Si toma un buen impulso, está para llegar a Wembley.

Debutantes, en esta EURO 2020, hay dos: Finlandia y Macedonia del Norte. Los primeros se metieron en la copa dejando afuera a Grecia y Bosnia Herzegovina, tienen como figura a Teemu Pukki, delantero del Norwich City que hizo 10 de los 16 goles en la fase clasificatoria, y en los diarios nacionales se habla del “Milagro finlandés”: la explosión del fútbol tanto femenino como masculino, que ha dejado de convertirse en un deporte de verano y va camino a ser pasión de multitudes. Macedonia del Norte es más conocido para el futbolero promedio porque el último 31 de marzo, en la tercera fecha de las eliminatorias rumbo a Qatar, dio un golpe mundial al vencer como visitante a Alemania por 2 a 1. Los goles fueron convertidos por el viejo y peludo Goran Pandev, que llega con 37 años, y por el joven Elif Elmas, que debutó en la Primera de su país a los 16 años, pasó por el Fenerbahçe y en el 2019 llegó al Napoli con apenas 20 años. La otra figura destacada de esta selección es un viejo conocido de los bielsistas: el platinado Ezgjan Alioski, quien hace unos días declaró que el DT rosarino no solo lo ha ayudado a crecer muchísimo como jugador, sino que le ha cambiado completamente su perspectiva sobre la vida; cuando le preguntaron si veía similitudes entre Bielsa e Igor Angelovski, el DT de Macedonia, largó una carcajada y respondió que Bielsa es único, y que por lo tanto no se lo puede comparar con nadie.
Otros candidatos a ganar la Eurocopa son España, que llega entre turbulencias por el covid positivo de Busquets y la ausencia de Sergio Ramos, pero cuenta con Thiago Alcántara y la chapa de máximo ganador de la competencia, y Bélgica. En los Diablos Rojos, la gran incógnita es Eden Hazard, cuyas últimas funciones estelares fueron con la camiseta nacional en el ya lejano 2018. En esta ocasión llega tocado, como si aún arrastrara las cadenas del Madrid, pero con estos cracks nunca se sabe. Si el Duque se enchufa, Bélgica puede estar ante la consagración con la cual anda sin buscarse sabiendo que anda para encontrarse.
En los tugurios londinenses, el título de Inglaterra paga 6 euros por cada euro apostado. El de Francia, 5,50. Si Bélgica sale campeón, se pagan 7; España paga 8 y Alemania 9. ¿Por qué el equipo de Gareth Southgate parte como segundo favorito? Por muchas razones, pero vamos a enumerar las que se advierten a la distancia: a) por nombres: Sterling, Kane, Foden, Calvert-Lewin, Sancho, Mount, Stones, Walker, Bellingham; b) por funcionamiento: en la clasificación, le metió un global de 10 a 0 a Bulgaria, de 9 a 3 a Kosovo, de 6 a 2 a República Checa y de 12 a 1 a Montenegro. En las eliminatorias rumbo a Qatar, jugadas en marzo, encadenó victorias frente a San Marino, Albania, Polonia, Austria y Rumania, con 11 goles a favor y 1 en contra; c) por el paso de Guardiola por la Premier League: todo lo que siembra Pep a nivel clubes, tarde o temprano suele ser cosechado a nivel selecciones: pasó con Barcelona (2008-2012) y España, que ganó la Eurocopa en 2008, el Mundial en 2010 y nuevamente la Eurocopa en 2012; con Bayern Munich (2013-2016) y Alemania, campeón en Brasil 2014; y ahora podría ocurrir con Manchester City e Inglaterra, que tiene como principal carta al meteórico Phil Foden, niño mimado y transformado por Pep; d) por madurez: Southgate y este grupo se foguearon en Rusia 2018 y alcanzaron las semifinales, instancia que no alcanzaban desde Italia 1990; y e) por hambre. Inglaterra tiene hambre. Mucha. Y a partir de semis define en Wembley.

Una máquina. Alemania es el equipo con mayor número de participaciones (11), más títulos (3), más finales disputadas (6), más semifinales alcanzadas (11), más partidos disputados (49) y ganados (26). La última conquista quedó lejos: 1996. Aquella vez, Alemania le dio vuelta la final a República Checa con goles del ingresado Oliver Bierhoff. ¿El escenario? Wembley.
Rapallini, Fernando Andrés. ¿Te suena? Va a dirigir en la Eurocopa, como parte del intercambio entre la UEFA y la CONMEBOL para el crecimiento arbitral de ambas confederaciones. Lo acompañan Diego Bonfá y Juan Pablo Bellati. El trío, con esta participación, se encamina a dirigir el Mundial del próximo año.
Organización, a los europeos, no les falta. El 17 de marzo del año pasado, la UEFA comunicó que la EURO 2020 se suspendería hasta el siguiente año y marcó las fechas con precisión: 11 de junio el partido inaugural y 11 de julio la final. Pasó un año, estamos en el 11 de junio, y a las 4 de la tarde de nuestro país, Italia y Turquía darán arranque a la Eurocopa, una prima cercana de la Copa América. Acá, las cosas, fueron un poquito más desorganizadas: hubo cambio de sedes a falta de días, rosca al palo, protestas sociales, mamarrachos, presiones, coroneles y otras yerbas, hasta que la gigantesca bola de mierda terminó en la Corte Suprema de Justicia de Brasil, que levantó el pulgar y dijo “Se joga, meus amigos”. Arranca el domingo, en Brasilia, y ahí se enfrentarán Brasil frente a Venezuela. Tendrá su encanto, seguramente, porque es fácil besar en París y tirar una pared o hacer una triangulación en Glasgow, Munich o Londres; pero nosotros queremos que alguien nos ame en Vietnam: que Montiel le pegue de punta para arriba, que el mediocampo luche por la segunda pelota en Cuiabá o Goiânia, epicentro mundial de la pandemia, y que en el barullo le quede una a Messi. Una sola. De frente a Allison Becker. En el minuto 94. En el Maracaná. En la jeta de Bolsonaro.
Lucas Bauzá
Twitter: @rayuelascometas
Pablo Bauzá
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