Cualquier espejo refleja un ambiente de manera deformada: muestra casi exactamente lo que tiene delante de él, pero altera los ángulos y las direcciones. Todo es igual y al revés.
Mientras estas líneas se escriben está empezando el 26 de junio: se cumplen ocho años del día en que Argentina y Messi jugaron contra el mismo rival de esta noche, en el mismo estadio que esta noche, por la misma competición que esta noche.
Todo igual. Pero a la vez distinto: nosotros, campeones hoy de América y del mundo, penábamos victorias negadas y preseas imposibles. Ellos, hoy no tan lúcidos, brillaban en ese momento como el cuco del continente. Todo igual y todo al revés.
El partido encontró las dificultades de dos viejos conocidos en distintos momentos. Presión alta albiceleste, chances de gol, vértigo y rejunte de sociedades de mitad de cancha hacia adelante. Messi único, bien los centrales y el Dibu, cancha amplia con Nico González, buen manejo de pelota con Alexis y Enzo, corazón en De Paul, sacrificio y astucia en Julián. Argentina es completo: tiene pelota parada, transiciones amplias, tenencia.
Por el otro lado, un equipo que busca plantarse, con algo de la añeja magia en Alexis Sánchez, duro defensivamente, aunque es probable que hoy sea menos que Canadá.
El gol de Lautaro sirve por él, por el resultado y porque un cero a cero no le cabía ni a la realidad ni al encuentro.
Los resultados, hoy, resultan esporádicos. Hay algo que es casi igual, aunque distinto: esa vez, hace ocho junios, llegamos a pensar una Argentina sin Messi. Hoy, falta, pero en algún momento sabemos que ocurrirá. El paso del tiempo requiere hoy una reflexión: que la dinámica verborrágica no nos impida disfrutar de esto.
Más que esperar otra copa, conviene disfrutar el camino. Falta cada vez menos tiempo para el momento en el que la nostalgia se convierta en llanto.
Y ahi, y solo ahi, trabajaremos para transformar ese sentimiento en el recuerdo futbolero más lindo de nuestra vida.
Y ahí, y solo ahí, nos miraremos al espejo y sonreiremos. Porque hay cosas que van terminando pero que son para siempre..
Santiago Núñez
Twitter: @SantiNunez
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