Hoy va por su séptimo Balón de Oro pero hace un año Lionel Messi homenajeaba a Maradona con un festejo de gol en Barcelona. Acá una carta de un futbolero argentino que ya le pudo enseñar a su hijo quién fue Diego, mientras el nene tiene sueños con nuestros dos 10 jugando juntos a la pelota. Escribe Juan Manuel Patricios.

Hace un mes te escribí esto, primero que nada para decirte, ¡Feliz cumpleaños 10! Y segundo, ya sabes… Brasil ¿Viste que lindo Diego? ¡Campeones de América, ganándole a Brasil la final en el Maracaná! Se le dio a Lionel Messi y seguro, que fuiste feliz desde donde lo viste como lo fuimos nosotros acá.

En este casi año que pasó desde que te convertiste en eterno, pasaron miles de cosas. Buenas y malas. Te siguen buscando el pelo en el huevo, pero nadie sabe lo que es ser Maradona, vivir como Maradona, sufrir como Maradona y disfrutar como Maradona. No vislumbramos los terrestres lo que es esa mochila, y encima… te juzgamos como si nuestro culo fuese un santo grial limpio y puro. Dura es la vida del humano y de vos como humano fuera de una cancha, no me lo puedo imaginar. Y sin temor a equivocarme pienso que la letra de La Mano de Dios, tendría que decir «si Diego tropezó, ¿por qué Jesús no habría de hacerlo?».

Igual, también hay de las buenas. Ya hiciste de las tuyas para la Copa América y para la Eurocopa. Italia y Argentina campeones sobre Inglaterra y Brasil, ahora déjanos algo para Qatar  ¿Sabías que hay miles de páginas que cuentan todo lo lindo que hacías en las canchas? Eso hace que nos cueste menos pensar que no estás físicamente. «A Diego lo odias o lo amas», escuchaste muchas veces. Pero desde el 25 de noviembre no hay un barrio, ciudad, o provincia donde no se te recuerde con un mural o una pared pintada, una frase o una imagen que deje un momento inmortalizado sobre lo que nos diste como «extraterrestre» (cómo dijo tu hermano de chiquito) futbolista que fuiste.

Podría seguir con miles de cosas que me gustaría que sepas. Pero esta vez voy a ir al ámbito propio. Antes de arrancar con el periodismo deportivo, parado en la puerta de entrada a la escuela me dije «alguna vez tengo que entrevistar a Diego». No lo pude hacer porque no pude pasar «los filtros» para llegar a hablarte 10 minutos nomás. Tuve varios intentos fallidos. Pero ese 25 de noviembre, mí cabeza y mi corazón dijeron que no podía seguir con el periodismo deportivo, si ya no podía cumplir ese anhelo de hacerte preguntas (seguramente después de temblar y llorar al verte). Y después pensé en que si supieras eso, me dirías «¿vos sos loco o pelotudo?».

Así que seguí. Seguí con un proyecto que armamos con amigos, llamado La Zurda Mágica, ahora desde Instagram y antes desde la radio. Ese nombre nos remite a vos siempre. Pero ese no es el único momento propio para contarte. En casa, con mi esposa Clari y mi hijo León, vimos muchas cosas tuyas. Jamás pensé que después de tu eternidad, vería a ella llorar como la vi llorar y yo que sin ser Maradoniano, lloré muchos meses. Pero hubo alguien que secó esas lágrimas en un momento. León, con 3 años miraba imágenes tuyas y decía «mira papá es Diego… Diego Maradona». Desde peque que le muestro imágenes tuyas y de Messi. Tenemos que criar humanos de bien.

Pero un día, antes de que cumpla 4, dijo la mejor frase de todas. Le contamos del 9 de julio ya que en su jardín querían que hablemos de la «libertad». Y le preguntamos qué era la libertad para él. Su respuesta fue «la libertad es Diego y su amigo Messi jugando a la pelota». Con Clari nos miramos y se nos llenaron los ojos de lágrimas por la pureza de corazón al responder algo, que no imaginamos que iba a decir. Diego, esa frase curó un poco las heridas durante este tiempo que físicamente no estás. El escucharlo a León decir «mira Papá, es Diego» cuando ve un mural o una pared pintada con tu imagen por algún lugar de Argentina, es una de las cosas más lindas que hay.

No quiero molestarte más, porque seguro que tu familia quiere contarte también como lo viven ellos. Ojalá que siempre estemos a la altura de recordarte como mereces que te recordemos. Verte correr con la pelota en los pies, feliz en una cancha y con la Celeste y Blanca, siempre tiene que ser la imagen que nos tiene que quedar en nuestros corazones. Gracias por todo Diego.

Juan Manuel Patricios

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