Un nuevo triunfo del seleccionado argentino que alimenta la ilusión de cara a Qatar. No queremos darles manija, pero ayer empezó el año del Tigre de Agua y acá les dejamos las razones de por qué está apoyando a este grupo hermoso. La cultura más milenaria del mundo está con nosotros. Escribe Lucas Jiménez.
Es tarde para curarme
Mientras escribo esto ya es de medianoche. La Selección Argentina dirigida por Lionel Scaloni acaba de ganarle a Colombia, el único país sudamericano al que no había podido vencer en todo el ciclo. Lo logró con autoridad y personalidad. Lo hizo sin su columna vertebral, cuyas vigas de acero llevan los nombres de Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Rodrigo De Paul, Leandro Paredes y Lionel Messi.
Ver jugar a este equipo produce emoción. Porque defiende con inteligencia, solidaridad y picardía, pero también ataca con voracidad hambrienta de gloria. Genera alegría ver a Di María liberar todas las malas vividas con la albiceleste y transformarlas en jugadas de gol: remates, gambetas, centros. Siempre por derecha, claro, donde tiene un perfil más asociativo que velocista.
La Scaloneta más que un equipo funciona como un club, al que llega gente nueva y no se quiere ir más. Entonces aparece Lisandro Martínez para aportar su primer pase de lujo hacia adelante. Con el central zurdo del Ajax en cancha jugas con otro volante más de salida, extra, que no tiene marca encima y cuenta con libertad para conducir los inicios de cada jugada, como la que terminó en el único gol del partido.
Es un club hermoso este, que juega, compite y gana porque supera a cada rival de turno. Buenas noticias. Es una banda inconsolable, que sigue juntando anécdotas para contar en un futuro. Pero, que también en la charla diaria aparece el Huevo Acuña y le dice a Lautaro, “contales los centros que te tiraba en Racing”. Y el Toro les cuenta, pero no le creen.

Entonces Marcos en pleno partido 0-0 pone una pelota en el área, que vuela alto y aterriza en la pierna del delantero del Inter, que la frena como puede y define como sabe para el gol del triunfo. Nuestro 9 goleador necesita laterales que lancen buenos centros. Por eso, está más cómodo cuando juegan Molina y Acuña. Lautaro se queda en su hábitat del área sabiendo que una le van a tirar. Con esa fórmula efectiva, Argentina ganó sus últimos dos partidos como local: Perú y Colombia.
Hay trabajo y el equipo funciona. Juega un doble cinco inédito formado por Guido Rodríguez- Lo Celso y la rompen toda. Marca, ubicación, dinámica, pases rasantes en tres cuartos y pinchados en mitad de cancha para saltar la presión del rival. ¿Cómo el Ingeniero Pellegrini no pidió que Giovani vuelva al Betis para juntarlos? Tarde Manuel, ya cerró el libro de pases en Europa y el ex Rosario Central jugará en el Villarreal.
La Selección Argentina le ganó a Colombia y tenemos ganas de salir a festejar, pero nos dirán que no da, que tampoco para tanto. A la distancia, el mismo día fue una jornada festiva en un país asiático. El 1 de febrero se festeja el Año Nuevo Chino. Vos me dirás qué corno tiene que ver con el equipo de Scaloni. Mucho tiene que ver, muchísimo.

Tomando un capuchino, era el año nuevo chino
Esta historia empieza el 23 de enero del 2022. Lionel Messi juega, después de superar el Covid, el primer partido en el año del Mundial de Qatar. Ingresa por Ángel Di María en el partido que el París Saint Germain le gana 4 a 0 al Reims. Lo suficiente para regalar algunos destellos de su magia, como un pase al italiano Marco Verratti para el 3-0.
El número 30 del PSG era efectivamente Messi, aunque su camiseta tenía las siglas 梅西. Resulta que la casaca del equipo parisino llevaba los nombres de los futbolistas escritos en chino, por la celebración global del Año Nuevo Chino, del martes 1 de febrero.
Según el horóscopo chino en esa fecha se despide al Año del Buey para la llegada del Año del Tigre del Agua, que representa la fuerza, la protección y la valentía. Vos me dirás que el PSG realizó esta iniciativa apoyado en una alianza con inversores de China. Y yo te diré que es verdad, el fútbol es demasiado negocio para ser solo deporte. Pero en realidad el objetivo mayor era acercar a Messi al Movimiento de Liberación Nacional conocido como La Scaloneta, ya que no pudo ser citado a la doble fecha de Eliminatorias. La idea era que nuestro capitán sea parte de lo que ocurriría el primer día del mes de febrero, en nuestro país.
En un restaurante argentino (con empanadas y vino)
Estamos en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba. Juega la Selección Argentina en el primer día del Año Nuevo Chino. Cuando empieza el partido me acuerdo que leí que el Tigre de Agua, es una de los más peligrosos de la selva y se destaca por su picardía. Pienso en las bravísimas Eliminatorias sudamericanas que estamos sorteando con éxito y el juego arranca con un caño y lujo de Ángel Di María, el que liberándose en el Maracaná liberó la felicidad que nunca pensamos vivir. La explosión de alegría nació con aquella emboquillada sobre Ederson, símil al gol que valió un oro olímpico, sí en Beijing (China) 2008, con pase de Lionel Messi.

Por el golazo de Fideo, que valió un título después de 28 años, estamos llenando cada cancha y aplaudiendo cada intervención de este equipo, que juega para nosotros. Una empatía público-Selección a la que solo habíamos logrado acceder vía VHS con música de Valeria Lynch de fondo. Sí se podía disfrutar viendo jugar al equipo de fútbol masculino que representa a tu país. Esta vez es en serio, no estoy mintiendo.
Tampoco es mentira que el Tigre de Agua representa la valentía, la fuerza y el exorcismo de males. No es una frase de Franco Milazzo de Los Simuladores en el bosque chaco-santiagueño. Es algo propio de la cultura milenaria china que entra a nuestra área para que Dibu Martínez le ponga el pecho al remate de Borja y después Germán Pezzella la despeje en la línea.
Es el año 2022, por Lo Celso y Lautaro Martínez. Pero en China empieza el año 4720, también por Giovani y 47 porque es el número de edición de Copa América que se jugó el año pasado y ganamos en el Maracaná. El trofeo que se paseó mostrando nuestro arquero, lo alzó con la alegría que se levanta y se muestra a un bebé recién nacido. Estamos llegando al mundo de la felicidad. Tenemos pocos meses de vida, todavía no sabemos caminar. No hacemos pie en esta nueva realidad que nos llena de alegría.

El 2021, que vino a emparcharnos todas las heridas del maldito 2020, en China fue el año del Buey de metal, que representa el orden que acomodará el desastre. Gracias Buey por darnos ¡Valentía y fuerza, contra cualquier amenaza! (esta sí es de Milazzo). Dimos la vuelta contra Brasil en el Maracaná. Qué locura fue enamorarme de ti Selección.
Como el fuego sobre la superficie del mar
Hay una frase muy popular de la cultura china que expresa que uno se lo comunica a diez y diez se lo comunican a cien. Así, de boca en boca y de barrio en barrio funcionó el furor por La Scaloneta. Por acá andamos defendiendo el trabajo realizado por el cuerpo técnico desde mediados de la Copa América 2019. No fuimos los únicos, hubo mucha gente analizando y diciendo que este era el camino. Así es este amor, no televisión.
Toda esta nota hablé de China, nombrada así con su nombre occidental. Pero en realidad el nombre con que los chinos llaman a su país es Zhongguo, que significa Nación del centro. El equilibrio del mediocampo. Guido Rodríguez pidiendo venir a jugar para tapar los baches de los suspendidos y Lo Celso jugando para que Antonio Conte se arrepienta de haberlo descartado en Tottenham. Por el centro de la cancha también pasó a tirar unos toques de calidad el Papu Gómez, con el tobillo hecho una pelota.
Tenemos un equipo del carajo, que genera orgullo como la cultura más milenaria del mundo. Vamos a ir a Qatar a competir y disfrutar. Llegamos aún mejor preparados que en Brasil 2014. Aquel equipo glorioso de Alejandro Magno Sabella, disputó su primer torneo oficial en el Mundial. Este de Scaloni, el año pasado tuvo más de un mes de convivencia y preparación para la Copa América, que encima ganó. Además, tiene un plantel más amplio de variantes. En aquel de 2014 jugaban los titulares y algunos pocos suplentes, el resto era relleno, que en algunos casos fue utilizado en el mundial. En La Scaloneta hay variantes probadas en casi todos los puestos. Lo mejor de todo es que no hay messidependencia ¿Cómo no ilusionarse?

Ya es la madrugada del 2 de febrero en Argentina y, antes de irme a dormir, todavía recuerdo las ovaciones a Di María y Acuña. Pienso en Messi viendo el partido en patas en París haciendo una videollamada con Paredes y De Paul. Se me viene la imagen de Dybala entrando con ganas de seguir estando y a Nico González queriéndole regalar un gol ante el público de su provincia. Un equipo con un espíritu competitivo emocionante, que encima cuenta con buenos tipos. Lo veo a Montiel anulando a Luis Díaz, nuevo jugador del Liverpool, mostrando que sobra fuerza. Maxi Meza y Emiliano Buendía con valentía para generar faltas y que corran los minutos.
La imagen final que no olvido es ese abrazo grupal en el medio de la cancha para festejar el partido 29 invicto y un nuevo triunfo. De la tribuna baja el grito exorcizador de males que fue hit el año del Buey de Metal. Los jugadores lo repiten sin miedo: “dale campeón, dale campeón”. Tigre de Agua este es tu año. Ayúdanos a que también sea el nuestro. El mundial se jugará en el mes 10 de tu calendario, a él le daremos la pelota y que ocurra otro milagro.
PD: Sobre el Año Nuevo Chino recomiendo este podcast, es cortito y me sirvió para escribir esta nota
Lucas Jiménez
Twitter: @lucasjimenez88
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