Hoy cumple 70 años Osvaldo Ardiles, que en julio del 2002 fue contratado como técnico de Racing tras la renuncia de Mostaza Merlo. Fue un ciclo corto que pintaba bien y terminó tras la eliminación en la serie de octavos contra América de Cali por la Libertadores 2003 con polémica arbitral. Escribe Leandro Germán.
A fines del mes pasado se cumplieron nada menos que veinte años de la renuncia de Mostaza Merlo a la dirección técnica de Racing Club y de la contratación, contra toda previsión y en reemplazo de quien con el Apertura 2001 había cortado una sequía de treinta y cinco años en materia de títulos de primera división, de Osvaldo Ardiles. El Pitón era un ex campeón del mundo con la Selección argentina en 1978. Además en 1981, como lo recordó Olé en la tapa en que anunciaba su llegada, había protagonizado el film Escape a la victoria con Pelé, el polaco Deyna y Bobby Moore, pero también con Sylvester Stallone, Michael Caine y Max von Sydow.

Ardiles había jugado nada menos que diez años en el Tottenham Hotspur inglés, club al que también había conducido una temporada como parte de las cinco en las que, hasta entonces (y para siempre, porque, curiosamente, el cordobés no volvió a dirigir en clubes ingleses desde su experiencia con las “espuelas” de Londres), había entrenado a equipos de la que recién por esos años en que despuntaba la década del 90 comenzaba a ser llamada Premier League. Debe ser por eso que en uno de los primeros partidos en que dirigió a la Academia, Ardiles festejó un gol de su equipo con el puño cerrado y un “yes!” que luego, medio sonrojado, negó. Pero que la cámara de Misión Fútbol, el programa que conducía el Pato Galván y que salía al aire mientras varios de los partidos del domingo se disputaban, captó clarito. Una de las postales futbolísticas de ese 2002.
No estuvo mucho tiempo el Pitón en Racing. En 2003, la Academia jugó la Copa Libertadores. Empezó como los dioses, ganando su grupo y metiéndole cuatro a Nacional de Uruguay en Avellaneda. “De la mano de Merlo salimos campeón; con Ardiles, no paramo’ hasta Japón”, cantaban los hinchas del club. En abril, el ya para entonces mensuario El Gráfico hizo la tapa con Racing y con tres de sus jugadores (el Polaco Bastía, Diego Milito y Mariano González) posando para la foto en el Juan Domingo Perón. Las cosas no terminaron bien, sin embargo.

A Racing le tocó el América de Cali en octavos. Empató 1-1 en Colombia, pero también lo hizo 0-0 en el Cilindro. Fueron entonces a los penales. Tras los cinco primeros disparos por equipo, la serie terminó igualada en 5. Campagnuolo le había atajado el tiro a Luis Asprilla, primo del “Tino” (era el cuarto penal de los colombianos), pero el árbitro paraguayo Epifanio González, a instancias del juez de línea, vio adelantamiento del portero y ordenó repetir la ejecución. Esta vez fue gol.
Cuando comenzó la serie de un disparo por equipo, el colombiano Zapata atajó (y no una sino dos veces, porque también en esta ocasión Epifanio ordenó repetir el disparo) el tiro de Luis Rueda. Después, fue el propio Zapata el que “ajustició” a un Campagnuolo que nada pudo hacer.
Consultado días después sobre el proceder del árbitro durante la definición por penales, Campagnuolo se preguntó cómo era posible que el colegiado paraguayo hubiera visto adelantamiento en su atajada y, apenas un día después, el suizo Urs Meier no hubiera apreciado el modo en que se había adelantado Gianluigi Buffon en el penal que el italiano, con la Juve 2-0 arriba, le había atajado al portugués Luis Figo durante el partido de vuelta de las semifinales de la Champions League en el que la Juventus había derrotado por 3-1 al Real Madrid. Esto determinó la eliminación del por entonces campeón del torneo europeo (el partido de ida había sido triunfo merengue por 2-1).

Sin chances en el Clausura y eliminado de la Copa, Ardiles presentó su renuncia dos días después. Quiso el destino que su dimisión se produjera apenas un día después de que Menem anunciara que no se presentaría a una segunda vuelta electoral, prevista para el domingo 18 de mayo, en la que debía elegirse presidente y en la que el riojano debía enfrentar a Néstor Kirchner. Lo que motivó no pocas burlas entre los hinchas de otros equipos y los consabidos paralelismos de un periodismo deportivo habitualmente falto de ideas.
Ardiles nunca volvió a dirigir a Racing. En el fútbol argentino, sólo dirigió a Huracán, y apenas por espacio de doce fechas, en 2007.
Leandro Germán
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