Ayer el Real Madrid lo hizo de nuevo por la Champions League contra el Bayern Munich. Cuando merece ganar, gana. Cuando merece perder, gana. El Merengue agoniza, nunca muere, y te mata. Siempre te mata. Escribe Santiago Núñez.

La dialéctica, como concepto filosófico, implica superposición de contrarios. De una parte del pensamiento histórico alemán se desprendió aquella práctica metodológica, en la que los avances y las ideas surgen de la confrontación entre un concepto (tesis), su contrario (antítesis) y el resultado de la combinación entre ambas (síntesis).

El Real Madrid es una idea, su contrario y la resolución de ambas, todo a la vez, con una impronta que combina el juego humilde y pasional con la belleza del derroche, la cercanía igual de distante con el polvo que con el olimpo, la galera con el frac, la emoción con la sensatez. El merengue agoniza, nunca muere, y te mata. Siempre te mata.

Cuando el comentarista Diego Latorre rememora una vieja frase que dice “90 minutos en el Bernabéu es mucho tiempo” enlista al pasado de forma muda y anticipa al futuro como si el Madrid fuera una historia berreta de amor: siempre sabes el final. Ancelotti pone a Joselu, que podría ser Joselú, el Beto Acosta, el pirata Czornomaz, vos, yo o quien sea: dos goles y a contar la que casi es pero no pudo ser. El error arbitral del final es casi mágico: si no lo anulaban, las líneas del VAR daban adelantado.

El Real Madrid es un policial que te dice que el mayordomo es el asesino en la primera escena. Es como si Bilardo y Menotti hicieran dupla técnica: conecta la belleza de lo colectivo y de lo maravilloso con la perspicaz individualidad del mundo posible. Defiende como equipo chico y ataca como equipo grande. Es el Arsenal de Alfaro y el Huracán del 73, todo a la vez. Cuando merece ganar, gana. Cuando merece perder, gana.

El Real Madrid es todo. Conecta el elixir del poder, el dinero y el status quo con una impronta casi barrial de resolución simplificada de acontecimientos problemáticos. Es el atroz encanto en sí mismo.

Puede ganar o perder, aunque siempre gana. Porque, como dice el trapo, “el Real Madrid nunca se rinde”.

Santiago Núñez
Twitter: @SantiNunez

Lástima a nadie, maestro necesita tu ayuda para seguir existiendo, suscribite:

Deja un comentario