Los 4 equipos brasileños que participan del Mundial de Clubes pasaron a los octavos de final. Una confirmación del nivel competitivo del Brasileirao. Análisis y razones detrás del torneo que envidiamos todo el año y hoy hacemos fuerza para que le ganen a los europeos. Escribe Lucas Jiménez.
Gabriel Milito acababa de eliminar a River en las semifinales de las últimas Libertadores, que tendrían otra vez final brasileña. En la conferencia de prensa en el estadio Monumental hizo una comparación que arrancó entre el Brasileirao y Argentina, pero terminó también apuntando a Europa. “En Brasil hay diez, doce equipos muy buenos. Eso hace que la liga sea muy competitiva. No pasa en ningún otro lado. Te diría en el mundo. En Inglaterra hay cinco, seis equipos fuertes. En España, tres o cuatro. En Brasil hay diez equipos con mucha historia, con presupuestos mayores al fútbol argentino. Permite sostener o traer jugadores más tiempo», señaló, sin saber que esa competitividad altísima lo sacaría de su cargo poco tiempo después.
Al ex entrenador de Argentinos Juniors e Independiente no lo echaron por perder la final de Libertadores contra el Botafogo. Sino porque cinco días después cayó por goleada contra el Vasco da Gama por el Brasileirao y llegó a la última fecha con chances de descender. Igual que el Fluminense, que el año anterior había ganado la Libertadores. Seis meses después de evitar el abismo, el miércoles pasó de fase en el Mundial de Clubes. También estarán en los octavos de final los otros 3 equipos brasileños que participan del torneo. Palmeiras y Flamengo ganaron su grupo. Son los dueños de esta era del fútbol brasileño, aún cuando el Flamengo ha tenido algún torneo irregular. Entre los dos ganaron 6 de los últimos 10 Brasileirao y 4 de las últimas 6 Libertadores.

El experimentado Profe Kohan cuando estuvo en Brasil como preparador físico de Hernán Crespo en San Pablo contó que tuvo que modificar su forma de trabajo. Por más que el calendario es intenso y un equipo puede jugar 80 partidos al año, después de los entrenamientos el jugador brasileño está acostumbrado a hacer un rato más de activaciones con pelota. Ellos le llaman finalización, se quedan pateando cuando se podrían ir a sus casas. Algo que en Argentina no se hace para no sobrecargar a los jugadores. En Brasil están habituados a ese entrenamiento extra que les sirve para la competencia intensa.
En el Mundial de Clubes se los nota que físicamente son aviones. Han ganado o empatado partidos por la resistencia con la que terminan los encuentros. Siempre van de menos a más. Así también está pensado el año futbolístico. El Brasileirao arrancó los últimos días de marzo. Apenas 10 días antes que arranque la Libertadores. El torneo argentino ya iba por 10 fechas en ese momento. Antes tienen los torneos estaduales para ir tomando ritmo. Pero planifican de manera distinta la temporada para llegar en el mejor rendimiento al momento definitorio de la Libertadores y el Brasileirao. Arman una base en febrero y refuerzan fuerte en junio.
La valoración del Brasileirao va mucho más allá del reduccionismo de SAD sí o SAD o no. El año pasado tenían administración de empresa el campeón (Botafogo) y el último de los descendidos (Paranaense). El lunar del aceitado torneo, que arrasa acá y mostró credenciales ante el mundo en Estados Unidos, es que la Selección paga la lógica comercial de venta inminente de sus cracks para mantener los presupuestos elevados. Esta temporada, fueron vendidos por una millonada dos chicos de 17 años que se van a ir cuando cumplan los 18: el delantero de Palmeiras Estevao al Chelsea y el volante ofensivo del Inter de Porto Alegre Gabriel Carvalho Al Qadsiah de Arabia Saudita.
Los últimos años varios de los que se fueron demasiado pronto terminaron volviendo jóvenes. El último caso es el delantero Vitor Roque, que en 2023 con 18 años se fue del Atlético Paranaense al Barcelona. En el club catalán jugó muy poco, lo dieron a préstamo al Betis, donde tampoco tuvo mucha participación y este año fue el refuerzo estrella del Palmeiras para la Libertadores. El último mega crack de la Selección brasileña fue Neymar, quien se fue a los 21 años al Barcelona siendo figura del Santos campeón de la Libertadores 2011. Había jugado 4 temporadas con 225 partidos y 136 goles en el lomo antes de irse a conquistar el mundo. Esta semana se confirmó la noticia de que renovó su contrato con el Santos hasta fin de año.

El poderío que nos hace sufrir año a año en la Libertadores, hoy lo valoramos cuando los vemos hacerle frente a los europeos. Una manera de resaltar que no solo a nosotros nos ganan los brasileños a nivel clubes. Aquellas palabras que dijo Milito hace algunos meses parecían exageradas, pero eran la pura realidad. El Brasileirao hoy es la liga más competitiva del mundo.
Lucas Jiménez
Twitter: @lucasjimenez88
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