¿Desde dónde se dice que Guardiola fracasó? Escribe Santiago Núñez.
“Guardiola fracasa”. El diario madrileño ABC, que debe seguir pensando que Guardiola está en su “vereda de enfrente”, tardó menos de 20 minutos en recordarle de manera contundente al técnico del Manchester City que había quedado fuera de la Champions. Guardiola perdió. No otro. Él. Y perder es un fracaso y eso no se cuestiona.
Esto, ¿es así?. Pep una vez, en épocas de gloria plena catalana, se refirió al tema, aunque curiosamente lo hizo una vez que había triunfado. “Sólo hemos ganado tres puntos, pero el ‘cómo’ quedará para siempre”. El “Noi de Sampedor” daba en el clavo: resultados hay muchos, son importantes, nadie lo duda, pero es imposible pedirle al destino que no tenga marcadores variopintos. Es raro hablar de resultados como si no se tratara de un entrenador que ganó 29 títulos en los últimos 11 años, pero si él lo dice podemos tomarlo.
Lo que expresó Josep es algo concreto: lo que traspasa el tiempo es el estilo, la forma, que lógicamente llevará a un contenido más exitoso que otra cosa, porque no hay, en el largo plazo, resultado que sea producto de la casualidad. La grandeza del trabajo, de la distinción, de hacer arte de la circulación de la pelota, es lo que en este caso dura para siempre. Sería imposible hacerlo y nunca ganar nada. Igual de cierto es que algunas derrotas inevitables quiebren la forma.
Guardiola y su ballet propusieron eso. Sterling desbordó y gambeteó. De Bruyne distribuyó, se movió, metió pinceladas lúcidas propias de uno de los mejores mediocampistas del mundo. Walker metió sus zancadas. Cualquiera puede esperar más pero discutiendo desde la forma, no solamente desde los números porque, en lo segundo, Guardiola le gana a cualquiera.
Como su “cómo”, es Pep el que en realidad nos dura para siempre. El que volveremos a ver dentro de un año para observar cómo ese fútbol en el que todo puede pasar mientras la pelota circula mira de cerca la cima de Europa. Ese baile en el que la mediocridad y el aburrimiento no tienen más remedio que asumirse indiferentes a esperar que la derrota de Pep las salve. Porque en realidad son la imaginación y la eternidad las que siempre ganan con Guardiola.
Santiago Núñez