Cuando Julio César Falcioni llegó a Banfield, allá lejos y hace tiempo, nadie imaginaba que en ese momento se iniciaba una historia de amor que lleva más de quince años. Lucas Jiménez nos cuenta como se fue gestando en los primeros dos ciclos del Emperador en el Sur.

Un metro ochenta y dos de altura, la renguera que hace llamativo su andar. Las piernas de un futbolista después de una carrera profesional son una naranja exprimida. Era el año 2003, donde inició todo, y Julio César Falcioni llegaba al sur del Conurbano después de una gran campaña en Olimpo de Bahía Blanca. Banfield venía de un par de años salvándose del descenso en las últimas fechas. En su primera temporada dirigiendo al club Julio clasificó al Taladro por primera vez a copas internacionales. Cada una de las etapas armó grandes equipos que compitieron contra los poderosos y consiguió llenar de sueños nuestros días que pasaban rutinarios y esquemáticos por la historia.

¿Había algo más que vivir así? No lo sabíamos. En el fútbol  los sueños suelen apelar a la nostalgia de lo que alguna vez sucedió. “Volveremos a ser campeones como en el 86” hizo escuela. También hay lugar para las utopías que a su vez requieren de imaginación. Soñar no cuesta nada. Soñar con contenido es otro deporte. Porque lo ves realizable y el sueño pasa a manipular tus días y plagarlos de organización, ansiedad, nerviosismo, alegría. Todo eso trajo el emperador Julio Falcioni a Banfield.

La primera temporada fue la 2003/2004 y el fixture de inicio de ciclo era: Newell’s, Vélez, Independiente, Boca y River. Los primeros 3 partidos como local no pudo ganar pero el primero de visitante Julio ya mostró la especialidad de la casa: equipo posicionalmente ordenado que incomode al rival para forzarle errores y agarrarlo mal parado. El rival era su Vélez Sarsfield donde empezó su carrera como arquero y jugó 229 partidos y también donde se inició como entrenador.

Banfield hacía 34 años no ganaba en Liniers. Hubo una falta a Juan Pablo Raponi, que había llegado a préstamo de River, a una distancia importante del arco de Sessa pero posible si contas con un especialista en tiros libres. Del banco llegó el grito de “Paragua” y la seña del dedo índice como apretando un botón con insistencia. El Paragua era el lateral izquierdo Jorge Núñez recién llegado de Cerro Porteño. Nadie lo conocía. Ni los propios, ni los rivales que vieron como la pelota aterrizó en el ángulo izquierdo de la red previo toque en el travesaño.

El Taladro ganaría el partido 3 a 0. Tati Bustos Montoya y Loco Cervera completaron el resultado que aniquiló una racha histórica. Ese torneo Banfield también ganaría en cancha de Chacarita, de Racing y en Santa Fe contra Colón. En la cuarta fecha el equipo de Falcioni iría a la Bombonera a enfrentar al Boca de Bianchi que terminaría ganando ese Apertura 2003. Fue 3 a 3 en un partido de dominio cambiante con un Carlos Tevez mega crack mostrando quizás la mejor versión que le vimos en las canchas argentinas. Banfield estuvo en ventaja 2 a 1 y 3 a 2. Raponi seguía mostrando su pegada y Bustos Montoya su jerarquía en el área. Pero también Banfield comenzaba a mostrar su peligrosidad en las pelotas paradas. El especialista y encargado era Adrián González que años después llevaría su pegada a San Lorenzo. El cabeceador más buscado era el defensor central Fernando Ortiz.

El primer triunfo como local se hizo desear. Fue en la fecha 7 en el clásico contra Quilmes. Faltaban 20 minutos y Banfield perdía 1 a 0. Entró la pesadilla cervecera, el que en las finales por el ascenso en 2001 jugó de los partidos más memorables que le hayamos visto a un futbolista en el ascenso argentino. Entró José Luis Garrafa Sánchez y acostó la pelota en su pierna mientras Daniel Bilos tiraba una diagonal al vacio. Centro-pase al grandote que la bajo de chilena y metió el empate. Luego vino un penal de Pontiroli a Cervera para que Garrafa ponga el 2 a 1 y le agregue un kilo más a la bolsa de cariño que ya le tenía la gente de Banfield.

Ese primer equipo de Julio, que terminaría tercero en el campeonato, también ganó el clásico como local contra Lanús. Fue 2 a 1 con un Loco Cervera intratable, el gol de Lanús lo metió Martín Andrizzi que después jugaría en otro Banfield de Falcioni.

El Clausura 2004 el Taladro terminó cuarto. El campeón fue el River de Astrada al que le ganó 3 a 2 en el Monumental con 2 golazos del pelado Omar Pérez que vino a préstamo de Boca. En ese segundo torneo apareció con la número 17, pelo corto y una colita suelta un tal Rodrigo Palacio llegado de Huracán de Tres Arroyos. Entró un partido contra Independiente en la Doble Visera y en pocos minutos recibió un pase por la izquierda y antes de tirar el centro levantó la cabeza para colocarla donde estaba el Tati Bustos Montoya que puso el 1 a 0 definitivo.

La otra gran figura de ese equipo era Daniel Bilos que en sus inicios era un centrodelantero que no se destacó demasiado en sus primeros partidos en Banfield. Julio lo ubicó como carrilero por izquierda para aprovechar su zancada. Bilos y Palacio se destacaron tanto que fueron adquiridos por Boca al finalizar la temporada. Banfield terminó tercero en la general solo por debajo de River y Boca. Así el Taladro clasificó por primera vez a copas internacionales: Sudamericana y Libertadores.

Palacio se quedó 6 meses más, dejó un golazo memorable en un clásico como local contra Lanús y un gol de media cancha a Independiente en la Doble Visera para generar el “para Palacio la selección de la tribuna visitante”. Pekerman tomó nota y 2 años después lo llevaría al mundial Alemania 2006. Bilos estuvo una temporada más. Jugó las 2 copas. La estadía en la Sudamericana fue corta, eliminación en primera ronda contra Arsenal. La Libertadores fue una película en la vida de los hinchas de Banfield. El debut fue en Venezuela contra el Caracas FC. Viajaron 200 hinchas a ver el empate 1 a 1 con gol del delantero recién llegado del descendido Talleres de Córdoba Víctor Piriz Alves. El debut como local fue una noche de febrero contra Alianza Lima. El Taladro ganaba 2 a 0 y la cancha era un cumpleaños. El equipo peruano se puso 2-2 y cuando faltaban 2 minutos para que termine el partido el nombrado Martín Andrizzi tiró un centro preciso para el gol agónico de Diego Ceballos.

Andrizzi era el encargado de las pelotas paradas en ese equipo, la ponía donde quería. Jugador poco valorado que a lo largo de su carrera se mantuvo por la inteligencia para asumir roles claves en los distintos equipos que integró. La zona de grupos continuó con un empate valioso en México contra Tigres con el Flaco Bilos galopando por la izquierda para el gol del empate.

El equipo pasó a octavos de final. Lo esperaba Independiente Medellín. El global fue 5 a 0 y no había pellizco que alcance para dejar de vivir en las nubes. Venía un River plagado de jugadores de selección: el uruguayo Diogo, Mascherano, Lucho González y Gallardo de enganche manejando los piolines. El partido de ida llovió en la previa, el Cebolla Giménez dejó unos tapones de recuerdo en el pecho de Mascherano. El Muñeco con un derechazo bajo y esquinado tras un córner de River puso el 1 a 0. La cosa arrancó mal y toda la jerarquía del Millonario se respiraba en cancha como ese olor a barro previo a una lluvia torrencial.

Pero el equipo que dirigía el Negro Astrada sabía que no debía cometer faltas en posición de centro al área. Es lo que hicieron y Andrizzi la tiró a donde meneaba la cabeza del Flaco Bilos que aprovechó que el arquero Franco Costanzo chocó contra el Loco Cervera y cabeceó contra un arco vacío. 1 a 1 y a buscar la gloria en el Monumental.

El partido de vuelta River en 33 minutos ya ganaba 2 a 0 con 2 goles del Tecla Farías. Pero Banfield era un equipo noble y competitivo que creía en sí mismo. El Pelado San Martín tiró un centro pase a la cabeza de Bilos que le dio potencia y dirección a un cabezazo perfecto para el 2-1. Al minuto Lucho González le sirvió el 3 a 1 a Víctor Zapata. Fin del primer tiempo.

A los 4 del segundo Martín Andrizzi de un movimiento se sacó de encima dos jugadores en mitad de cancha, empezó a correr con la pelota y la soltó rápido para el Chipi Barijho que en modo No Nos rendimos ni ahí definió ante la salida de Franco Costanzo. El mejor momento en el partido de River ya había pasado. Lo que quedó de tiempo fue un equipo poniendo contra las cuerdas al poderoso y una jugada difícil de olvidar a nada de terminar el partido.

“Marca el Coco Ameli, rebota la pelota en Bilos. Le quedó para Bilos, coloca centro por bajo. Gol de Banfield. Se lo perdió Ceballos, se lo perdió Ceballos. Qué suerte que tuvimos, qué milagro qué jugó a nuestro favor. Se lo perdió Ceballos, la vi adentro”, fue el relato radial de Atilio Costa Febre. En la tribuna de Banfield el gol se gritó porque la pelota tocó la red de la parte del costado y había sido en el lejano otro arco. Ceballos pecó de ser muy derecho y definió con la pierna menos cómoda por donde venía el centro. Esa jugada fue una tijera en nuestras alas y caímos de golpe. No había cámaras de ESPN en la popular visitante pero a la gente sentada llorando venía otra a levantarle la cara y el cuerpo para aplaudir a los jugadores y agradecerles lo vivido.

Poco tiempo después Falcioni se iría a Independiente. Ni nos dimos cuenta que se había ido. Todavía estábamos con la mano en la herida para que dejara de sangrar. La última fecha del torneo Clausura 2005 la dirigió el Gato Leeb. El equipo de los suplentes (los titulares jugaban la copa) salió segundo en el campeonato y Banfield volvió a clasificar a copas internacionales. Antes de irse Julio le había dado rodaje a la camada de los Cvitanich, Civelli, Paletta y Armenteros.

Lucas Jiménez

7 Comments

  1. EXCELENTE COMENTARIO ENTRECERRAR LOS OJOS Y VOLVERLO A VIVIR.
    QUE GRATOS RECUERDOS.
    CUANDO JULIO SE FUE A BOCA ME CALENTE MUCHO Y ME DURO UNOS AÑOS HASTA QUE VOLVIO.
    AHORA ESTA TODO BIEN.
    PARA MI ES COMO UN HERMANO, QUE TE ENOJASTE MUCHO, PERO CUANDO VOLVIO TODO PASO.
    JULIO CESAR ES FAMILIA.
    LUIS OLIVERIO

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  2. EXCELENTE COMENTARIO ENTRECERRAR LOS OJOS Y VOLVERLO A VIVIR.
    QUE GRATOS RECUERDOS.
    CUANDO JULIO SE FUE A BOCA ME CALENTE MUCHO Y ME DURO UNOS AÑOS HASTA QUE VOLVIO.
    AHORA ESTA TODO BIEN.
    PARA MI ES COMO UN HERMANO, QUE TE ENOJASTE MUCHO, PERO CUANDO VOLVIO TODO PASO.
    JULIO CESAR ES FAMILIA.

    LUIS OLIVERIO

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  3. EXCELENTE COMENTARIO ENTRECERRAR LOS OJOS Y VOLVERLO A VIVIR.
    QUE GRATOS RECUERDOS.
    CUANDO JULIO SE FUE A BOCA ME CALENTE MUCHO Y ME DURO UNOS AÑOS HASTA QUE VOLVIO.
    AHORA ESTA TODO BIEN.
    PARA MI ES COMO UN HERMANO, QUE TE ENOJASTE MUCHO, PERO CUANDO VOLVIO TODO PASO.
    JULIO CESAR ES FAMILIA.

    LUIS OLIVERIO

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  4. Hermosa descripción de un ciclo Banfileño único e irrepetible donde hallo a una dirigencia un cuerpo tecnico y un equipo unido en una sola persona son olvidar la seguridad transmitida a los hinchas que vivian 90 minutos con la serenidad que Banfield podia

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