La temporada del entrenador rosarino en el Leeds United de Inglaterra volvió a reforzar el mito de un entrenador que deja huellas en sus dirigidos y hace soñar a los hinchas. El éxito y las formas en una aproximación al bielsismo. Escribe Lucas Jiménez.
El argentino Lucas Ocampos se mete en el área a pura gambeta, define ante la salida del arquero y pone el 3 a 0 que liquida el partido. Su técnico descarga tensiones y le pega piñas al aire para festejar, alguien que lo conoce dijo una vez que sólo grita los goles que sentencian partidos. El público festeja, se vive una fiesta en la cancha, aunque no hay vuelta olímpica en el Stade Velódromo de Marsella los hinchas locales culminan contentos la temporada.

Menos de un año atrás cuando este entrenador dirigió la primera práctica del Olympique los hinchas, que ahora festejan, colgaron una bandera que decía: “Loco haznos soñar”, por eso aunque el equipo se haya quedado en las puertas de la Champions League la gente se siente satisfecha, su técnico los había hecho soñar, como ellos habían pedido. La frase la habían tomado del “Gracias Bielsa por hacernos soñar”, con el que lo despidieron los hinchas del Athetlic Bilbao a través de una pintada en el San Mamés horas después que la directiva del club comunicara que no le iban a renovar el contrato en junio del 2013.

Marcelo Bielsa cargó de sueños e identidad a muchos de los clubes por los que pasó. Sin dudas que el sueño es contagiado de adentro hacia afuera, en el campo es donde se ven las huellas del trabajo el Loco. Aquí logra el primer enamoramiento, convence a los jugadores de una idea porque cree que en el convencimiento está la base de la fortuna. “Más que obedecido, el líder busca ser interpretado. Es la única forma de que su liderazgo sea duradero y se mantenga incluso cuando ya se ha perdido el poder”, sentenció en Chile cuando dirigía a la Roja.
Todo lo bueno y lo malo que se diga en cualquier charla que se hable de Bielsa decanta en la eliminación con la Selección Argentina en la primera ronda del mundial de Corea-Japón 2002. En esa selección también había convencido a sus dirigidos y había logrado una empatía con los mismos que le hizo conseguir rendimiento y resultados, hasta esas dos semanas fatídicas del mundial.
Luego de ese duro golpe el rosarino quedó profundamente desgastado y todos los equipos y selecciones que dirigió después, fue él quien eligió el momento de marcharse, aún cuando el contexto le pedía que siga. “El éxito te deforma”, repite hasta el hartazgo, por eso antes que la rutina erosione lo logrado o que sus ideales intenten ser trastocados, Bielsa pega el portazo.
El éxito es sin dudas el aspecto más controversial de su carrera como técnico, si bien trabaja intensamente para alcanzarlo, duerme con el miedo de que le desvirtúe las formas. Esta teoría es quizás la más apuntada por los paladines del resultadismo que despotrican contra el trabajo de Bielsa. Pero hasta el mejor jugador de básquet de todos los tiempos, Michael Jordan, luego de ganar su primer campeonato con los Chicago Bulls planteó que “el éxito vuelve a convertir el nosotros en yo”.
En 2017 la Confederación Brasileña de Fútbol organizó una conferencia y sus invitados fueron el entrenador de la selección de Brasil Tite, el técnico italiano Fabio Capello y Marcelo Bielsa. “Soy un entrenador que en líneas generales no ha tenido éxito. No es una afirmación que yo haga por falsa modestia sino que lo demuestra mi currículo”, expresó en aquella ocasión. Pero además se refirió a las características de los planteles con los que trabajó: “En pocas oportunidades, salvo la selección argentina, me tocó dirigir equipos de elite. Entonces necesariamente el trabajo me reclamó más intervenir en el crecimiento del equipo y del jugador”.

Hace un año el Leeds United quedó en las puertas del ascenso directo y luego cayó ante el Derby County en los playoff. “La entrega de los jugadores, ha sido máxima. Y yo en alguna otra oportunidad lo comenté. Es muy difícil que ustedes vean a todos estos jugadores jugando al mismo nivel durante todo el año”, reconoció Bielsa en la conferencia de prensa posterior a la dolorosa eliminación.
Distinta sensación sintió el mismo entrenador cuando dirigía al Bilbao y perdieron 3 a 0 la final de la Copa del Rey contra el Barcelona de Guardiola. Se filtró un video de lo que lo dijo a los jugadores en el vestuario: “Se permiten reírse después de ver que hay tipos que vienen caminando de Madrid… Me parece inadmisible, muchachos, movilizar un pueblo, decepcionar a un pueblo, no estar a la altura de la ilusiones que generaron, porque yo estoy verdaderamente avergonzado de haber decepcionado a la afición del Athletic de Bilbao”.

El entrenador seis veces campeón de la NBA con los Chicago Bulls y cinco con Los Angeles Lakers, Phil Jackson, en su libro Once Anillos suscribe que “como líder tu tarea consiste en crear las condiciones perfectas para el éxito, apartando tu ego e inspirando al equipo para que juegue de la manera correcta, aunque llegados a cierto punto tienes que soltarte y entregarte a los dioses del baloncesto”.
En este sentido la obra de Bielsa tiene su punto menos analizado que es él rol de los dioses de la pelota en los partidos bisagra. Seguramente el ex entrenador de Newell’s nunca lo pensó pero inconscientemente con sus actos muestra que al dejar un cargo, algo del dolor viene por ese lado. Luego de ser dirigidos por él, sus jugadores siguen mejorando sus rendimientos y sus carreras la mayoría de las veces no vuelven a decaer, por eso profesan a micrófono abierto una gratitud eterna para su ex entrenador.
Pero si tomamos todos los partidos que implicaron eliminaciones o alejaron a los equipos de Marcelo Bielsa de la obtención de un título vamos a encontrar que los jugadores que él potenció no pudieron rendir en su máximo nivel en esos encuentros. Seguramente la culpa sea compartida. «Debe ser muy consciente, por su nivel de autoanálisis, que sus equipos tienden a caerse en los cierres de temporada. Es como si la intensidad fuera tan vital para él o para su forma de jugar que se ha demostrado que es imposible de controlar”, expresó el periodista inglés Jonathan Wilson en una crónica de Ezequiel Fernández Moores en La Nación.

En 2015 surgió el rumor en Inglaterra de que el West Ham United quería contratar al técnico argentino para la próxima temporada y el diario inglés The Guardian sacó una nota titulada: “Si Marcelo Bielsa no existiera probablemente sería necesario inventarlo”. En ese país todavía recuerdan la exhibición que dio el Athletic Bilbao del Loco contra el Manchester United en Old Trafford por la Europa League en 2012. Mientras tanto acá en la Argentina seguimos atrás del debate minimalista de si Crespo y Batistuta podían jugar juntos.
En 2018 el Leeds United lo contrató para lo devuelva a la Premier League tras su descenso en 2004. El 6 de enero de este año el equipo de Bielsa jugó contra el Arsenal por la FA Cup en el Emirates Stadium. La BBC dio el partido por televisión abierta. «Si usted no sabía cuál de los dos equipos era el de la Premier League, está perdonado», tuiteó Gary Lineker. «¿Cuántos de los veinte equipos de la Premier están mejor entrenados que Leeds? ¿Cuántos entrenadores logran extraer tanto de sus jugadores? ¿Cuántos tienen tan organizado su sistema de ataque?», escribió Miguel Delaney en el diario The Independent. Arsenal ganó el partido 1 a 0 pero la prensa británica quedó deslumbrada con el primer tiempo del Leeds.
El viernes pasado el equipo que dirige Bielsa volvió a la primera categoría del fútbol de Inglaterra después de 16 años. Hinchas fueron hasta su casa a saludarlo. A falta de un inglés fluido el Loco repartió codos y sonrisas para todos y todas. “El mejor llega a la Premier League”, puso en su Twitter Pep Guardiola.

El catalán siempre tuvo como referencia al rosarino. “Mi sueño es meter a los once contrarios dentro de su área desde el minuto uno y no dejarlos pasar de medio campo. Como muy bien dice Marcelo. ´Todo el mundo defiende espacios cortos y ataca espacios grandes. En cambio, yo quiero atacar espacios pequeños y defender espacios grandes.´ Esto lo aprendí de Bielsa y di una charla en Buenos Aires donde lo cité, porque hay que citar a quien expresa conceptos tan buenos”, dice el propio Pep en el libro de Martí Perarnau “La metamorfosis”, sobre su paso por el fútbol alemán. Un reconocido entrenador europeo tuvo que venir en 2013 a llenar un Gran Rex para que pongamos en valor a uno de los nuestros.
Mucho más que un vídeo de moda, Marcelo Bielsa es una forma de entender el fútbol, por demás romántica, obsesiva y encantadora, como su personalidad, única e irrepetible. El músico estadounidense Tom Waits dijo alguna vez que “el modo en que haces algo es el modo en que lo haces todo”.

En una entrevista con Matías Martin en el programa Basta de Todo, Gastón Gaudio contó una anécdota con Bielsa, de cuando el rosarino le explicó su teoría sobre las cinco maneras de ser feliz. Una de ellas justamente era la familia y el amor. Pero Marcelo separaba amor de enamoramiento, los primeros años de relación donde se vivía la felicidad plena.
La heladera del tiempo enaltecerá al Loco Marcelo o lo desprestigiará. Mientras tanto Bielsa pasa por tu vida como un romance que antes que se vuelva rutina, se va. Te deja lindos recuerdos, frases memorables, un vacío muy grande y la sensación de que el tiempo siempre le dará la razón.
Lucas Jiménez
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