Un homenaje a Tita Mattiussi a 21 años de su fallecimiento. Escribe Danilo Zárate Pacheco.
Aída y César Mattiussi llegaron a Racing gracias a un anuncio en el diario La Prensa en 1915. Ella se desempeñó en la lavandería del club y el padre tomó el puesto de empleado de mantenimiento del terreno de juego. Cuatro años después, a días del heptacampeonato, un 19 de noviembre, nació su hija Elena Margarita Mattiussi. “Tita” como la conocemos les hinchas de Racing, nació en la cancha.
El amor de Tita con la institución fue forjado desde su primer suspiro. Pasaron los años y ella tomó el cargo de encargada del estadio luego de la muerte de sus padres. En este puesto empezó a forjar su historia, su leyenda.
Gracias a su labor, se fue acercando cada vez más a los jugadores, y empezó a encargarse de la pensión de inferiores. En ese momento su camino cobra el sentido que la vida le había traído. Tita se convirtió paulatinamente en la madre sustituta de los pibes que llegaban a la pensión, dándoles su asilo y amor. Cada jugador que pasó por las inferiores de la academia en esa época, tiene millones de anécdotas con ella. Una de las más recordadas por les hinchas es la que cuenta el Coco Basile: corría el año 1967 y Racing había llegado a la final de la Intercontinental contra el Celtic. Tenían que viajar a Glasgow para enfrentar a su rival en condición de visitante. Todos los jugadores pusieron plata y la llevaron para que pueda disfrutar de la final desde las tribunas. Lo mismo pasó cuando se disputó el desempate en Montevideo. Tita siempre fue una más, Tita siempre está en el corazón y el recuerdo de cada hincha y jugador de Racing club.
Tita pasó toda su vida en la institución, transitando por todas las épocas, tanto en la gloria como en las malas. El 3 de agosto de 1999 pasó a la eternidad dejando un legado que hoy sigue vigente en el predio para inferiores que lleva su nombre.
Albano Bizzarri contó en una entrevista que cuando Rodrigo de Paul llegó a Udinese lo volvía loco con Racing y con lo que había crecido el predio Tita Mattiussi, que él había salido de ahí, qué las instalaciones cada vez crecían más, qué cada vez estaba lleno de pibes, etc. El arquero terminó la anécdota diciendo que él no conocía el predio, pero que sí pudo disfrutar de la verdadera Tita.
Tita no es sólo una persona que compuso la historia del club, sino que es la madre de cada uno de los jugadores que aún hoy pasan por las inferiores y siguen forjando la mitología de Elena Margarita Mattiussi.
Danilo Zárate Pacheco