Un presidente que supo apoyar al deporte y ser parte de él al mismo tiempo. Sin flashes ni aires de estrella, con la idea clara de hacía donde ir. A diez años de su muerte, repasamos algunos aspectos de la imagen de Nestor Kirchner como presidente, en su manejo hacia el deporte y sus protagonistas. Escribe Federico Cavalli.

La imagen presidencial venía muy farandulera con respecto al deporte cuando en 2003, Nestor Kirchner se convirtió en presidente de la nación. Con 10 años del Turco donde se lo vio jugar al basquet, subirse a la famosa Ferrari, sacarse fotos con Maradona (el 10 dijo mucho tiempo después que “él me la pidió, yo no me la saqué), jugar al futbol con la camiseta de River, con la de la selección y levantar un trofeo con la de San Lorenzo. Los 90 lejos estuvieron de ser sobrios.

Derroche de apariciones, mucho amiguismo, una imagen de deportista que cuando entraba en acción lejos estaba de ser digno de realizar ni un precalientamiento. Joda. Eso fueron los 90 en general. Y el presidente tomó su imagen cercana al deporte de la misma manera.

Después aflojó con De La Rua en su timida boludez que nos costó mucha sangre a lxs argentinxs. Bien de Boca, también le pidió una foto a Maradona. De pibe era de la U de Córdoba, casa de estudio donde se recibió. Concurría asiduamente a ver al club, pero en el 2000, después de decir que “de chico era de un equipo de Córdoba que no existe más”, le retiraron el cartel de socio honorario. Lo que no existía más era el fútbol, pero sí una gran variedad de deportes. Un metafora argentina, el fútbol te dice si existís o no.

Con Duhalde la cosa fue más tranquila. Pero El Zabeca de Banfield era asiduo concurrente a un palco del Estadio Florencio Sola. Si bien fue corto el proceso, su año atravesó el desastre de Corea-Japón y una Argentina extremadamente triste para pensar en el deporte. En ese panorama apareció la figura de Nestor Kirchner.

Se acercó al deporte desde otro lado, con apoyo, con amor al futbol, con reconocimiento a los deportistas. Con chicanas a los fútbolistas, a los cuales les pedía que vayan a Racing, como contó Ale Wall en Tiempo Argentino el pasado domingo. Kirchner no fue un presidente a quien le gustaba aparentar, no tenía pinta de deportista y solo había jugado al basquet en su juventud.

Mientras duró su mandato, no lo vimos hacer sandeces en una cancha ni prenderse en una foto con un auto gigante. Menos desvalorizar a los clubes ni parecer el padrino de su barrio en un palco. De hecho, no fue jamás a ver a Racing durante su mandato.

Si hubo fotos y camisetas. En especial la de Racing, que la regaló varias veces. Nestor Kirchner marcó una diferencia concreta con sus antecesores: estuvo comprometido. Claro, no solo con el deporte, pero por eso estamos acá. No le esquivó al problema y fue conciente de su lugar.

Racing, esa pasión.

Era fanático de Racing. Sin dudar. Y lo llevaba como bandera. A todos lados y con amor. Racing siempre estuvo cerca de sus palabras, de su manera de ver la política. Le entregó camisetas a Lula, recibió una por parte de Mirtha Legrand firmada por los jugadores que sería la tapa del diario Olé el día después de su muerte. Siempre con la celeste y blanca cerca del corazón.

Su viuda, Cristina Fernández, en 2017 fue al estadio Presidente Perón para un acto de campaña. Cuando transitaba el túnel para salir al escenario dijo: “uy lo que le hubiera gustado a Nestor”. El expresidente no fue jamás mientras estuvo al mando del país. Pero la barra de Racing siempre lo trató bien politicamente hablando: dos banderas fueron las que lo nombraron desde el centro de la tribuna.

La primera fue en febrero de 2004, con menos de un año como presidente. Un sábado a la noche, contra Gimnasia por la tercera fecha del clausura 2003. Triunfo 1 a 0 con gol de chirola Romero. “Feliz cumpleaños Nestor Kirchner” decía el trapo que apareció en el segundo tiempo, firmado por La guardia Imperial.

El segundo es la famosa bandera que la barra quemó  en 2008 cuando el club se caía a pedazos después de siete años de gerenciamiento. A modo de extorsión, el mismo trapo que fue a cancha de Tristan Suarez en un amistoso previo al apertura 2006, donde el club de la familia Granados inauguraba los palcos vip, ardió como en ese momento se prendía fuego el club.

Pero hay una tercera, que nada tiene que ver con violentos que juegan sus cartas en la política y los domingos se suben a putear a otros hinchas desde los paraavalanchas. No sería una bandera, sino un trapo, un simbolo. Después de la muerte de Kirchner, el primer partido de local frente a Arsenal, de la platea C apareció una caricatura del ex presidente con la leyenda “Nestor vive”. Ni feliz cumpleaños ni te quemo la bandera, un trapo que salió de la gente.

Boxing, blus local.  

Dicen los que lo conocieron que el tema de la distancia no le hizo perder la pasión con La Academia. Pero que generó un cariño con el Boxing Club de Rio Gallegos. Ojo, nada de doble casaca. Una cuestión territorial.

El Boxing es una entidad polideportiva que este año festejó los 100. En el  fútbol masculino, su principal actividad, milita en el Federal B, cuarta categoría a nivel nacional; a principios de este año arribó Alejandro Capurro, exColón y Huracán, con gran trayectoria en primera división.  A su vez, tiene veinte campeonatos regionales en la liga del fútbol sur de Santa Cruz. Su estadio acoge 1500 personas y tiene un campo sintético, más adecuado a las temperaturas patagónicas.  Viste una camiseta como la de Racing, pero verdiblanca.

Su enorme polideportivo fue construido con subsidios del estado cuando Néstor Kirchner era gobernador. En el gimnasio Estadio Ciudad del Centenario del club, dio su último discurso en Santa Cruz, en 2010.Ese día, junto a 15 gobernadores, el senador por la provincia de Buenos Aires anunció que mudaría su dirección a Santa Cruz para pelear políticamente en la provincia sureña.

Siempre se comentó que fue Kirchner el que pidió el cambio de Roberto Giubetich por Emilio «Pichón» Guatti, presidente en dos oportunidades (1966-70 y 2006-2012). De origen radical como Guibetich, la diferencia era que tenía amistad con Nestor. De la mano de ellos dos, el Boxing creció, no solo edilicia sino en la variedad de deportes. Un club para el pueblo santacruceño.

Quizás Kirchner no era hincha, pero ayudó a que pibas y pibes se metan dentro del club y abandonen la calle. Después de su muerte, las deudas y los embargos aquejaron la vida del club y ya no fue lo mismo.  

Una política de estado

El Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) se creó bajo el gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner, cuando en 2009 se voto la Ley N° 26.573. El articulo 39 es el que le da vida a esta hermosa idea: “los recursos financieros del ente provengan de un cargo del uno por ciento (1%) aplicado sobre el abono que las empresas de telefonía celular facturaron a sus clientes por los servicios de comunicaciones brindados”.

Pero detras de la ley, de la creación del ENARD, de todo el esfuerzo de muchas personas que no conocemos, estuvo el apoyo de Nestor Kirchner a todos y todas las deportistas para poder lanzarse en esta aventura. «Cuando a Néstor le fuimos a pedir el apoyo no dudó un segundo, lo hizo inmediatamente. Ahora todos los deportistas lo reconocen por ese apoyo y por lo que hizo para el deporte», le contó a Telam Gerardo Werthein, actual presidente del Comité Olímpico Argentino (COA), en 2013.

“Estaba cansado y cuando hablaba con los deportistas le cambiaba la cara. Se iba relajando”, recordo el ex secretario de Deportes Claudio Morresi un día después de la muerte de Nestor. Muchos fueron a su despacho y muchas fueron las fotos que aparecieron en los periodicos y portales. Pero eso lo puede tener cualquier presidente o presidenta, lo que resalta en esta historia es el cariño que generó en la comunidad del deporte.

Para Manu Ginobili fue “un día triste” aquel 27 de octubre de 2010, donde Kirchner falleció. El extenista Diego Hartfiel dijo estar “desvastado” por la noticia. Su colega Martín Vasallo Arguello decidió expresarse de otra manera por Twitter: «Fuerza Compañera. Hoy a las 20Hs junto a vos en la Plaza de Mayo», en clara referencia al velorio y a Cristina Fernández. David Nalbandian, quien en 2007 apoyó fuertemente la candidatura de Cristina, también envió condolencias.

Otras voces que quizás no sean cercanas al pensamiento del expresidente y su mujer fueron respetuosas y bregaron por llevar afecto y condolencias, como Papu Gomez o Luciana Aymar. Todo el arco deportivo lo reconoció por buscar que el deporte sea una cuestión de estado. Quizás el ejemplo más importante, o el más emotivo, fue reactivar los Juegos Evita en 2004, tras 28 años. La dictadura militar de Videla fue quien los interrumpió, como ya había pasado en 1955. Sí, otra dictadura.

Nestor Kirchner entendió al deporte como fuerza para cambiar la realidad, como también entendía la política. Entendió cual era su lugar como presidente: apoyar. Los y las deportistas tenían que ser las estrellas. Ellos eran los protagonistas y él un servidor público. Tuvo la inmensa tarea de poner al estado al servicio del deporte, que lo acompañe y le genere las oportunidades para llegar a los objetivos. El tiempo y el pueblo juzgaran su tarea, pero hay que reconocer que entendió cual era su rol en la historia.

Federico Cavalli

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