El Atlético Madrid de Diego Pablo Simeone volvió a hacer historia ganando La Liga. Un técnico que se reinventa desde la lucha y la resiliencia. Escribe Jonatan Scheffer.

El diccionario de la Real Academia Española define a la palabra líder como ‘persona que dirige u orienta a un grupo, que reconoce su autoridad’ y ‘persona, equipo o empresa situados a la cabeza en una clasificación’. Diego Pablo Simeone ha sabido reinventarnos a quienes vivimos apreciando su trabajo en el fútbol de alta competencia. Y a su vez reinventarse a sí mismo para comprender o hacer comprender de que la reinvención e incluso la resiliencia podrían con tranquilidad adecuarse a su liderazgo.

Irene Villa nació el 21 de noviembre del año 1978, en Madrid (España), es psicóloga, periodista y deportista paraolímpica. Nunca imaginaría a la edad de 12 años que un 17 de octubre de 1991 iba a estar en medio de una tragedia, cuando por un atentado de la ETA voló por los aires víctima de la explosión de la bomba que estalló en el auto de su madre. Perdió sus dos piernas y tres dedos de su mano izquierda, pero ganó una diametral fortaleza que generó que su vida pasara a verse envuelta, de repente, en un permanente ejercicio de superación. Esto la llevó a transformarse en un verdadero ejemplo de reinvención constante.

«Empecé a practicar esquí adaptado para que otras personas vieran que se podía», resaltó en su momento en un reportaje, reflejando claramente de qué sustancia está hecha. Fue por eso que el “Cholo” la convocó para brindarle una charla al plantel del Atlético de Madrid en marzo del 2014, en el marco de la antesala de un partido clave en esa Liga (que el colchonero terminó ganando al término de ese semestre), ante el Athletic de Bilbao.

“Me presenté en el hotel antes del almuerzo y debo reconocer que estaba nerviosa porque ellos no me conocían. Les mostré las imágenes del accidente y se creó un clima impresionante. Luego, les conté mi vida. Ellos escuchaban en silencio. La charla duró 40 minutos y cuando la terminé, todos me saludaron y me abrazaron. Estaban shockeados. Me acuerdo de David Villa y Filipe Luis, emocionados. Para mí fue una rica experiencia, un honor y un privilegio”, destaca cada vez que tiene la posibilidad de rememorar tamaña experiencia y gesta en la que terminó involucrándose, ya que el conjunto rojiblanco volvió a conseguir un título de liga luego de 18 años.

Ese mismo partido arrancó en derrota para los de Simeone pero culminó en remontada, por los tantos de Diego Costa y Koke. “A partir de ese día, mi corazoncito está con el Atlético», confiesa. De hecho fue por esa victoria que los de rojo y blanco recuperaron la punta, para finalmente no soltarla más. Como en este mismo undécimo campeonato de Liga, más allá de haber tenido más de 10 puntos de ventaja, con un partido menos hacia principios de enero de este mismo año.

Andrés Moraleda es periodista y locutor español, redacta en el medio partidario “Latido a Latido”, del club madrileño e incluso pueden destacarse trabajos suyos en doblajes en la pantalla grande de Hollywood, como ‘La LEGO Película’, ‘Focus’, ‘Ave César’, ‘El Francotirador’, ‘Los juegos del hambre’, ’13 horas’ o ‘Los amos de la noticia’. En 2017 tuvo quien les escribe este texto la posibilidad de hacerle un par de preguntas sobre lo que significaba para la hinchada colchonera la figura de Simeone. Fue Andrés Moraleda quien visibilizó la historia retratada por otro colega de de su tierra: Xavier Aldecoa.

Resulta que Aldecoa es un corresponsal del periódico La Vanguardia en África y fue en una de sus tantas coberturas en un campo de refugiados en Boko Haram que vio en primera instancia a un niño africano llamado Hassan, de la localidad de Chad, entre medio de varios niños jugando a festejar goles del Barcelona, repleto de historias fuertes. “De pronto un chaval me ha dicho que era del Barça. Le he preguntado si vio la remontada al PSG. Y no. No hay electricidad. He sacado el móvil y le he enseñado un vídeo de los goles. A cada gol iba gritando bajito: ´goool.!´ Feliz. Se me ha ocurrido preguntarle: ¿Cuánto hace que no ves un partido del Barça? Dos años, ha dicho. Desde que huyó de Boko Haram, nunca más. Y se me ha caído el alma, claro. Cinco veces ha visto el vídeo del 6-1. Y a cada tanto, gritaba “goool!´, feliz. Y ya está. Eso quería contar. Que eso es el fútbol, a veces. En el mismo campo de refugiados, he conocido a Hassan. 11 años, regordete y, ojo, con la camiseta del Atlético de Madrid. El único. Le he preguntado y, rodeado de mil niños, decía orgulloso que él era del Atlético. Ni Barça, ni Manchester United, ni Madrid. Los demás se descojonaban. Le he preguntado su jugador favorito y no le salía. Se ha puesto nervioso. ´Torro´, ha dicho al fin. Torres, claro. ¿Y por qué el Atlético? ¿Por qué llevas su camiseta? ´Porque luchan´”, recuerda el corresponsal.

”Yo creo que define mucho lo que es el atlético de Madrid, porque sin maquinaria de marketing, ese espíritu de lucha se lo impulsó el Cholo. Es decir, ese espíritu de sentir el peso de la historia que sirve como aliciente y se traduce en ser grande y luchar por ser grande”, finaliza Moraleda como hincha y conocedor de la historia de un “Aletic” que hace culto a esa resiliencia.

Diego Pablo Simeone pensaba como entrenador desde los 17 años e incluso de chico, como el atar una pelota de trapo a su pie para seguir jugando en el aula de su curso de primaria, pasando por organizar una pequeña orquesta juvenil en la materia música, hasta patentar el “con el cuchillo entre los dientes», ya de grande, como forma de afrontar los partidos sin importar la ubicación en la cancha en la que se pare un equipo suyo.

Lo cierto es que Simeone logró su segunda Liga de España, en 7 años. Nuevamente le birló el festejo a Barcelona y Real Madrid. Un Diego Pablo que no hizo jugar a sus equipos de un solo modo en todo el recorrido de su carrera que lleva ya 15 años. Desde su ultra ofensivo Estudiantes del Apertura 2006, su trepidante River que atacaba hasta cuando no debía, hasta su Catania que salvó del descenso antes de volver a Racing en 2011, para dejarlo en segundo lugar detrás del Boca campeón invicto de Julio Falcioni. Por eso logra reinventarse y reinventar a sus dirigidos, sin distinción de clubes. Porque lucha.

Jonatan Scheffer

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