Hoy cumple 24 años el volante de River Nicolás De La Cruz. Un futbolista de recorrido completo en las juveniles del seleccionado uruguayo que el entrenador de River insistió para traerlo cuando tenía 20 años y le supo respetar el proceso de adaptación hasta que empezó a rendir dos años después. Escribe Gonzalo Bressan Otegui.

El River de Marcelo Gallardo terminó el 2018 con uno de los logros más importantes en la historia del club, y con el vacío que dejaba la ida de Gonzalo Pity Martínez, uno de los jugadores más preponderantes del equipo. Si bien Gallardo había jugado con línea de cinco en el fondo contra Boca en la final de Bombonera, o con tres delanteros frente a Independiente por la Libertadores, la idea era solo circunstancial, y por eso el reemplazante del ex Huracán sería otro mediocampista. Es ahí donde Nicolás De La Cruz tenía la gran oportunidad.

El Bolita, como lo conocen en Liverpool, llegó al club uruguayo de la mano de su hermano Carlos Pato Sánchez. Ahí se formó en inferiores y en el 2016 disputó la Copa Libertadores Sub 20 donde fue una de las figuras del equipo, y en cinco partidos conquistó cuatro goles. El conjunto azul y negro fue la sorpresa de la copa y perdió la final frente a San Pablo de Brasil por uno a cero cuando faltaban seis minutos para finalizar los noventa. Pero las copas para menores de veinte lo iban a tener como protagonista.

Luego de haber formado parte del Sub 17, Sub 18 de su país, Nicolás era convocado para disputar el Sudamericano sub 20 de Ecuador 2017. En ese certamen Uruguay no solo clasificó al mundial de la categoría, también fue campeón. Luego de brillar en la clasificación, De La Cruz se quedó con la cinta de capitán formando mediocampo con Rodrigo Bentancur y Federico Valverde, hombres de la Juventus y el Real Madrid respectivamente. La Selección Charrúa tuvo un rendimiento notable pero quedó afuera del mundial disputado en Corea Del Sur en semifinales. Nuevamente el hermano de Carlos Sánchez demostraba ser el líder de un grupo de chicos que eran promesas del futbol mundial.

Gallardo no lo pensó y volvió locos a los dirigentes en ese julio de 2017 para que el uruguayo se ponga la camiseta de River en agosto. El pibe que con menos de veinte años ya era una pieza clave de un equipo de primera división del futbol uruguayo, que tenia la experiencia de haber pasado por todas las selecciones formativas de su país, y que demostraba ser uno de los valores jóvenes de nuestro continente, llegaba a River porque además tenía todo lo que el entrenador busca en un mediocampista. Regreso, tiro de media distancia, llegada al gol y combinación en velocidad con sus compañeros.

Jugó tan solo dos partidos en la Libertadores 2017, y otros dos en la del 2018. Todo hacía parecer que el Muñeco tenía en mente probar a otros jugadores antes que a él. El primero fue Juan Fernando Quintero. El colombiano no solo había dejado una imagen formidable en Madrid, también, luego de varios semestres, se mostraba como para jugar más que treinta minutos. Pero el problema no era solo físico, el entrenador veía en Juanfer un déficit cuando el equipo intentaba recuperar el balón en la salida del rival. Por eso los dos primeros partidos vieron el ingreso, antes de los sesenta minutos, de Cristian Ferreira. Antes de la tercera fecha de la fase de grupos, el colombiano sufrió una lesión que alejó de las cancha, y ante el buen rendimiento, Ferreira se hizo cargo de su lugar. Una vez más a De La Cruz le tocaba esperar. Pero supo cómo. En Brasil, frente a Inter, y ante todas las adversidades, tres minutos después de haber entrado en cancha, con el equipo perdiendo, Nicolás tomó la pelota, se hizo cargo del tiro libre que cambió su futuro, y del River en esa copa.

Al partido siguiente no solo se había ganado la titularidad, también era el gestor del primer gol de River en el partido, y para cerrar su noche ideal clavó un golazo desde afuera del área. Gallardo había encontrado la pieza clave para su engranaje. Este estaba cambiando la realidad del Millonario en la copa. Luego de los reñidos octavos de final frente a Cruzeiro, donde se definió por penales, llegaba Cerro Porteño. El Bolita recibió la falta para el primer gol de la Banda, y en Paraguay metió el empate cuando los paraguayos estaban a un gol de los penales. Pero no se quedó con eso y fue uno de los que generó la situación del penal en el Monumental frente a Boca en semifinales. Nico llegó a la Bombonera como uno de los goleadores millonarios en la copa, y se fue como el jugador con más quites de los que iban a disputar la final.

La complementariedad que pide Gallardo se vio reflejada en la participación del uruguayo tanto en lo ofensivo, como goleador del equipo, como en lo defensivo, con 29 quites. El Muñeco buscaba un jugador con el físico y el documento de un adolescente, pero con la mentalidad de un jugador hecho. Gallardo sabía que había que esperarlo, supo cuando darle la oportunidad, y De La Cruz la aprovechó.

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En octubre del 2020 fue convocado por primera vez por el Maestro Tabárez a la selección mayor de Uruguay para jugar las Eliminatorias donde ya fue titular 3 de las 4 fechas disputadas jugando como volante ofensivo por la izquierda. En la actualidad después de que inicialmente se le impida salir de Buenos Aires tras dar positivo en el control PCR al final pudo viajar a Montevideo y desde ayer ya entrena con sus compañeros de cara al partido contra Paraguay del día jueves.

Gonzalo Bressan Otegui

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