Hace cincuenta años, el 15 de octubre de 1972, Boca y River jugaban en cancha de Vélez uno de los superclásicos más recordados de la historia. Un cinco a cuatro que se definió en los últimos minutos. Escribe Daniel Reinoso.
El 15 de octubre de 1972, jugaron en cancha de Vélez Sarsfield otra edición del clásico River – Boca. Boca – River, partido interzonal correspondiente a la 1° fecha del torneo Nacional. 50 años pasaron de aquel vibrante partido, imprevisible y con definición incierta hasta el minuto 90.
A dos días del electrizante 5 a 4 a favor de River Plate, el gran periodista Osvaldo Ardizzone, a través de una magistral crónica para la revista El Grafico, dejó su impronta en una frase, todavía vigente: “El clásico que no olvidaremos jamás”
A medio siglo de ese partido increíble. Su fina pluma poética desmenuzó al partido con una definición categórica: El día que las delanteras superaron a las defensas. Contrario a lo que generalmente sucede en el fútbol de ayer, hoy y mañana. Y lo dijo sobre un partido que técnicamente no fue bueno.
Desde ese día primaveral en cancha de Vélez, pasaron muchos clásicos, convertidos a superclásicos. Con grandes figuras en ambos equipos, en la mayoría de las veces la expectativa superaba a la realidad. Partidos tácticos, muchos mal jugados, pocos bien. Con triunfos merecidos, otros no tanto. Pero, con la adrenalina y fiereza propias de un River – Boca. Boca – River. Argumentos suficientes para que a los hinchas les importara el resultado. Ganar era la consigna.

Para los hinchas de Boca Juniors, el partido jugado en cancha de Racing por la final del torneo Nacional del 76 era el más importante hasta el momento. Con el condimento que fue la primera vez que llegaban a una definición mano a mano en torneos oficiales de AFA.
Fue la noche que el conjunto que dirigía Juan Carlos Lorenzo venció al de Ángel Labruna por 1 a 0, gol de Rubén Suñe de tiro libre. Boca logró el bicampeonato, contrarrestando el efecto “Bi” que consiguió River el año anterior. Doblete que le permitió, romper la racha de 18 años de sequía.
Los de River Plate, elijen la victoria en Madrid por la final de Copa Libertadores de América del año 2018. El 3 a 1 a favor del equipo de Marcelo Gallardo fue la gran revancha que se tomaron los hinchas de River. Fue el desahogo de muchos, que vivieron con la espina en la garganta después de esa derrota en cancha de Racing, 42 años atrás.
Además, agregaron a su palmarés la final de la Supercopa Argentina que le ganaron a su clásico rival por 2 a 0.
Costumbres futboleras
La década del 70 tuvo en el futbol argentino hechos que marcaron un antes y un después. “Todo Cambia”, dice la canción compuesta por el autor chileno Julio Numhauser. Tema que grabó y popularizó la “Negra” Sosa. El futbol no era ajeno a esos cambios.
El partido jugado hace 50 años, Dejó vestigios de su esencia dándole lugar a las nuevas costumbres de la actualidad.
Otros tiempos: En que los equipos hacían su entrada en calor en algún lugar contiguo al vestuario. No lo hacían en la cancha. Manteniendo esa expectativa, sorpresa y magia, de ver recién a tu equipo, cuando aparecía por la boca del túnel. En que los equipos utilizaban “Los números del futbol”. 1 al 11, titulares. 12 al 17, suplentes. En que los equipos jugaban con un número 10, sinónimo de calidad en el futbol, En ese partido usaron la emblemática camiseta, Norberto Alonso por River, Osvaldo Potente por Boca. En que los equipos salían y pisaban el verde césped de manera separada y sin manga protectora. Apenas asomaban por la boca del túnel una lluvia de papelitos los acariciaba. Eran recibidos con la misma estruendosa, ovación y silbatina, para ambos. En que en las tribunas había más gente que banderas. El público ocupaba en su totalidad las gradas, teniendo una visión perfecta del campo de juego. En que los goleadores no se sacaban la camiseta cuando hacían un gol. Festejaban con los brazos en alto, abrazando a su hinchada, mientras los fotógrafos, los inmortalizaba en las tapas de las revistas.
Además de futbol. En el país y el mundo ocurrieron hechos muy importantes en el deporte, política, música. Sucesos que hoy llenan las hojas amarillentas de la historia:
En nuestro país, otro gobierno de facto. Esta vez, el encabezado por el general Alejandro Agustín Lanusse (1971 – 1973).
En Trelew, 19 presos políticos de diversas organizaciones fueron fusilados después de fugarse del penal de Rawson.
Dos días después del clásico y tras un exilio de 17 años de exilio y proscripción Juan Domingo Perón anunciaba su regreso a la Argentina.
El ministro de Salud y Acción Social, Francisco Manrique pone en marcha el juego “Pronósticos Deportivos” o el simple Prode. Trece eran los partidos que había que acertar, 9 partidos eran de la 1° “A” y los 4 restantes, de la Primera “B”.
En México se estrena la tira cómica “El Chavo del Ocho”.
San Lorenzo de Almagro se convierte en el primer bicampeón del futbol argentino. El equipo de Boedo ganó los torneos, Metropolitano y Nacional.
El Club Atlético Independiente de Avellaneda se consagró Campeón de América. Los “Diablos Rojos” vencieron en la final a Universitario de Perú. El partido de ida, jugado en Lima habían empatado 0 a 0. En la revancha ganaron 2 a 1.
El 13 de octubre se produce la denominada “Tragedia de los Andes”, cuando el avión 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya se estrella en plena cordillera, donde murieron 29 personas.
El automovilista Carlos Alberto Reutemann hacia su debut oficial en la Formula 1, en el Gran Premio de Argentina en un Brabham BT34. Héctor “Pirin” Gradassi, ganaba su primer título en Turismo Carretera con un Ford Falcon.
El Luna Park era el escenario adecuado para la espectacular pelea entre Abel Cachazú y Horacio “La Pantera” Saldaño. El campeón Mundial, Carlos Monzón realiza la 4° defensa del título de campeón mundial. En Roma derrotó a Denny Moyer por knockout técnico en el 5to round.
En ese mismo año, un joven Guillermo Vilas de tan solo 19 años, disputó su primera final profesional. Fue derrota ante Jimmy Connors en el torneo de Cincinatti
Carlos Alberto García, “Charly” para el resto de su vida. Debuta en su exitosa carrera musical, convirtiéndose en el icono del rock argentino.
La moneda de curso legal en el país en el año 1972, era el conocido peso ley (Ley 18 188).
Al comienzo del gobierno militar de Lanusse (1971), el dólar ya costaba 434 pesos moneda nacional. Cabe aclarar que muy poca gente poseía o conocía el color de la moneda estadunidense.
El Partido
La orden de Luis Pestarino da inicio al partido. Con el primer toque, Alonso intenta habilitar a Morete con un lujo, esos que hoy no se ven. No se había cumplido el minuto de juego. Merlo recupera y habilita en posición de 10 a Alonso, quien alarga para Oscar Mas. El wing izquierdo de River, desde fuera del área saca un fuerte remate al ras del piso. Los defensores de Boca atornillados al suelo ven pasar el balón. Por la espalda de Marzolini aparece Ernesto Mastrangelo, y con un disparo bajo vence a Sánchez y ponía el 1 a 0. Iba un minuto de juego.
El segundo de River llega a los 9 minutos. Gol de cabeza de “Pinino” Mas, cambiándole el palo al arquero Rubén Sánchez, que había salido mal. La jugada la había iniciado J. J. López por derecha, como wing superó a la última línea y con centro preciso habilitó al más bajo de los 22 jugadores. River a los 9’ ganaba 2 a 0. Algarabía en la colmada popular detrás del arquero de Boca Juniors.
A los 13 minutos. “Perico” Pérez sale de manera imprudente ante un centro y con la pierna arriba golpea al cordobés Curioni. Pestarino sin titubear, marcó el punto del penal. A los 14’ reivindicándose de la acción “Perico” contiene el anunciado penal de Rubén Suñe. En un cuarto de hora, el clásico tenía 2 goles y un penal atajado. Todo indicaba que la alegría se iba para Núñez.
Un cuarto de hora de juego, en la tribuna de Boca había caras de resignación.
Ni el más optimista de sus hinchas, pensaban que podían dar vuelta el resultado.
El conjunto de la ribera no se entregó. Por la derecha Ramon “Mane” Ponce desbordada a Giustozzi, el punto más débil de la defensa millonaria. En unos de esos desbordes mete un centro y Hugo Curioni pone el 1 a 2 esperanzador. Iban 24 minutos y comenzaba la remontada boquense.
El partido no era bueno técnicamente, los delanteros de ambos hacían la diferencia. Asistencia y definición. Al publico no le interesaba el análisis fino de como jugaba uno u otro. El resultado mandaba.
Cuando al primer tiempo le faltaban 3 minutos para su culminación, tiro libre para Boca, ideal para un derecho. “Mane” Ponce, el mejor delantero hasta ese momento. Mete un chancle con derecha, buscando el descuidado palo del arquero, la pelota esquiva la barrera y se incrusta en el arco. Estéril vuelo de “Perico”. 2 a 2. Golazo y euforia del reanimado público boquense. Los de River, asombrados.
El trámite del encuentro cambia de manos, es Boca el que maneja psicológicamente el partido. Y fue a los 45 minutos que Osvaldo Potente pone lo que parecía una utopía. Centro de la derecha, anticipo al cierre de Dualte y de zurda pone el 3 a 2 impensado para los «Xeneixes”.
Si alguien creía que los milagros no existían en el futbol, Ahora se estaba produciendo uno de gran magnitud: Boca se iba a los vestuarios ganando 3 a 2.

Quedó en el misterio, el tenor de la charla de los técnicos. El de Boca, José Varacka y Juan Urriolabeitia de River. Sus dirigidos habían jugado bien y mal. Quedaban 45 minutos y todo podía pasar si seguían jugando con la entrega que lo hicieron en la primera etapa.
El segundo tiempo se inicia con la misma vorágine y sorpresa. A los 51´Potente pone el 4 a 2 para Boca. La hinchada de Boca gritaba, saltaba y bailaba. La de River, presa del estupor, parecía una fotografía.
A falta de 40 minutos para terminar el partido. River de 2 a 0 pasaba a un 2 a 4. Rostros transfigurados denotaban resignación:
Ni el más optimista de sus hinchas, pensaban que podían dar vuelta el resultado.
No había corazón que aguante, la secuencia de goles era de apenas minutos. A los 57 minutos, otra vez el pinino de River y de cabeza pone el 3 a 4. Ahora era River el que volvía a recobrar el color e intentar la hazaña.
La que se produce a los 62 minutos. Carlos Morete recibe sobre la izquierda una pelota larga y como wing izquierdo saca un fuerte remate de zurda. La pelota se mete en el segundo palo de Rubén Sánchez. Golazo. 4 a 4. Locura.
El partido volvía estar empatado por tercera vez. 0 a 0 antes del minuto, 2 a 2 y ahora 4 a 4.
El clásico se tomó un respiro por casi 30 minutos, donde no hubo goles. El cansancio, el stress psico-físico ameritaba un descanso. El partido siguió con los mismos aciertos y errores. Los dos estuvieron en condiciones de ganarlo, los dos jugaron con el error del rival.

Faltaba un gol. Como se decía en el potrero: “El ultimo gol, gana”. Le tocó a River, como le podía haber tocado a Boca. Si después de todo, ambos habían jugado bien y mal.
Después de lo cambiante del resultado a lo largo de todo el juego. Llega la definición en el último suspiro, faltando 15 segundos para completar los 90.
Centro desde la derecha a cargo de Jorge Dominichi, la pelota va pasada, supera a la defensa de Boca y desde la izquierda Mastrángelo la cruza al medio del área, para que Carlos Morete reventara la red. Explosión y locura en los simpatizantes de River.
No debe haber sabor más dulce como lo es ganar en el último minuto de juego. Contrario a lo que sucede el que lo pierde en la misma instancia.
La última acción de una tarde maravillosa, única e inolvidable. La del mejor superclásico de todos los tiempos. “Donde las delanteras superaron a las defensas”.
Daniel Alberto Reinoso (Facebook)
Mail: danyreinoso@gmail.com
Instagram: futbolymultitudes
Lástima a nadie, maestro necesita tu ayuda para seguir existiendo, suscribite por $500.