Llegó octubre, el mes de Diego. El mes 10 para el 10. Y sí, ¿En qué otro mes podría haber nacido? Repasamos distintos eventos sucedidos durante este mes y que fueron importantes en su vida.
El fútbol tiene estas cosas. Las tiene por todos lados. Es como si un ser supremo se hubiera encargado de escribir oración por oración una historia fenomenal. Porque hay cosas que parecen escritas por un novelista de la san puta. Sino no se entiende tanta revancha, tanta casualidad, tantas caídas para levantarse envuelto en gloria. Equipos que arrancan campañas pésimas para coronarse campeones épicos; jugadores que vuelven de lesiones con goles clave; equipos que se reinventan después de estar knock out; jugadores que son despreciados por un ténico, se van a otro equipo y al partido siguiente la rompen contra su ex. Y así podemos estar toda la vida.
Y sí, Diego Armando Maradona nació en el mes 10. Justo en el mes 10. Sobre la hora del mes 10. No podía ser de otra manera ¿O si? ¿Qué hubiera pasado si nacía en julio? ¿Habría sido un siete mágico de esos que ya no existen? ¿Y si nacía en junio? ¿Sus problemas con Passarella hubieran tenido más prensa? Imaginensé, pobre Diego, si lo sacaban al mundo en enero. Pero no, El Diego es así ¿cómo iba a nacer en otro mes? En uno que fuera Su mes. El mes de D10s. El Diez.

Diego volvió al fútbol argentino después de 12 años, para vestir la casaca de Newell’s. Dicen que el día que jugó su primer partido los hoteles se quedaron sin habitaciones y la ciudad explotó. Su debut fue en un amistoso a cancha llena contra el Emelec de Ecuador. ¿Un detalle de color? La salida al campo de juego de Maradona: el estadio con las luces apagadas y un reflector apuntándole solamente a él, Dalma y Gianina. En el segundo tiempo El Diego la calzó de derecha y la puso en el ángulo. Fue 1 a 0 nomás, en uno de sus pocos partidos en Rosario. El debuto oficial fue el 23 de octubre contra Independiente en la, por entonces, Doble Visera. Fue 3 a 1 para el Rojo y Diego casi le hace un gol de Rabona a Islas.

El partido entre Colombia y Argentina en El Monumental, la tarde del avión y los amagues de Goycochea, terminó con una sola certeza: la vuelta de Maradona. Luego del cinco a cero todo el estadio terminó pidiendo por el 10. Lo llamaron y, como siempre, El Diego estuvo. Después de más de cuatro años volvía a ponerse la celeste y blanca. Su vuelta se dio en Australia por el repechaje para entrar al mundial. El partido terminó 1 a 1. El centro lo mandó Maradona y Balbo puso la cabeza. De la mano de Diego la selección clasificaría al mundial de Estados Unidos. Luego una enfermera se le pegaría peor que Reyna y Gentile.

Acá tenemos un quiebre. Una nueva sanción de FIFA vuelve a sacar a Diego de las canchas, aunque esta vez no se iba a ir muy lejos: el 9 de octubre de 1994 Diego Armando Maradona debutaba como técnico de Mandiyú de Corrientes. Un club recordado de la década del 90 y actualmente desaparecido por sus malas administraciones. La dupla Maradona – French cayó en su primer partido a manos de un Rosario Central tremendo dirigido por el Negro Marcheta, un amigo de la casa. El partido fue 2 a 1 con goles de Vitamina Sánchez y el Negro Palma, otros amigos de la casa, para el cuadro Rosarino y de Bernuncio para el local.Diego siguió desde la platea acompañado por Lalo, ya que no estaba recibido como técnico. El que estuvo sentado en el banco de suplentes fue French. Esta fue una etapa marcada principalmente por las camisas elegidas por él 10. Hay un dato clave de su paso por Mandiyú que marcaría su carrera como entrenador, principalmente en la selección Argentina: la ausencia de empates. En el club correntino ganó seis y perdió cinco. Este dato va de la mano de una definición que el propio Diego hizo de si mismo siendo técnico de la selección: “Yo soy blanco o negro. Gris nunca”. Tomá coherencia.

El 7 de octubre tiene una segunda parte. Pasaron 353 días de su debut como DT y El Diego ya se estaba calzando los cortos de nuevo. ¿Vertiginoso yo? Preguntale a la defensa de Inglaterra. Y si el recibimiento en Rosario pareció grande, este no se quedó atrás. El 7 de octubre de 1995 Diego Armando Maradona volvía a La Bombonera. Recibido por una multitud, a la sombra de los viejos palcos, con Gianina y Dalma en brazos, entraba luego de 14 años al estadio de La República de La Boca. Acá el resultado es lo de menos (1 a 0 gol de Scotto). Durante el partido Diego se puteó de arriba abajo con el “huevo” Toresani. Después la siguió frente a los micrófonos, con una de las frases más recordadas por el pueblo futbolero: “Segurola y Habana 4310 séptimo piso. Y vamo’ a ver si me dura treinta segundos”. La historia con Toresani no termina ahí.
Con ese resultado Argentina quedaba afuera. Pero con el tiempo cumplido, Martín Palermo (otro que le marcó a River en su último partido como jugador) empujó la pelota a la red y acomodó las cosas para que Argentina vaya a jugar con aire, el último partido en Montevideo. Esa noche en El Monumental, Diego festejó el gol de Palermo barrenando con el pecho sobre la cancha inundada.

Cuatro días después, en el estadio Centenario de Montevideo, Argentina gana 1 a 0 con gol de Bolatti. El partido fue un bodrio, se jugó casi sin arcos. Pero lo importante pasó después del pitazo final: el abrazo con Bilardo y la conferencia de prensa. Otra vez Diego se despacha con frases antológicas. Afilado como en sus mejores tiempos en Nápoli, agarra el micrófono y dispara: “Pasman, vos también la tenés adentro”, “Que la sigan chupando” y “Yo soy negro o blanco. Gris nunca”.
“…debutaba como técnico de Mandiyú de Corrientes. Un club recordado de la década del 90 y actualmente desaparecido por sus malas administraciones.”
Cabe aclarar que el club Maniyú actualmente ha resurgido de sus cenizas y milita en el torneo Federal A.
También corrijo que el compañero de dupla de Diego como DT fue Carlos Fren, no French (éste formó dupla con Berutti en la revolución de mayo)
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Carlos es cierto, nos pasamos de historia argentina con Fren. A lo que nos referimos con Mandiyú es que ya no existe más con ese nombre. Abrazo!
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