Repasamos distintos encuentros que marcaron a Los Libertadores de América y a los inicios de la Copa Libertadores de América. Un poco de historia para saber cómo llegamos hasta acá y porque la final del 2018 entre River y Boca en Madrid nunca debió programarse fuera del territorio americano. Y mucho menos en España. Escribe Juan Stanisci.
Caracas, 2 de agosto de 1959
En el Círculo Militar de Caracas están reunidos los presidentes de las asociaciones de fútbol de todos los países sudamericanos. Desde el año anterior la Conmebol busca organizar un torneo continental de clubes. La idea había tenido su precuela en Santiago de Chile en 1948, donde Vasco da Gama se consagró campeón. La reunión parece no servir para nada, ya que los presidentes no logran ponerse de acuerdo. Raúl Colombo, por entonces presidente de la AFA, se levanta al grito de “No vine de tan lejos para no hacer nada” y se retira del lugar. La naciente Copa de Campeones de Sudamérica parece quedar en un proyecto más. La reunión se estira y Colombo vuelve al círculo militar. Brasil, Uruguay y Argentina habían presentado diferentes proyectos y no logran ponerse de acuerdo. Finalmente se realiza la votación con ocho votos a favor, uno en contra (Uruguay) y una abstención (Venezuela). La Copa de Campeones nacía así en Venezuela. Una reunión posterior en Santiago de Chile la bautizaría con su actual nombre: Copa Libertadores de América, en honor a quienes lucharon en las Guerras de Independencia de Hispanomérica.
Yatasto, enero de 1814
Un abogado devenido por las circunstancias en general, se encuentra enfermo, derrotado y al mando de un ejército con más hambre que fuerzas en Salta. Espera a su relevo. Lleva varios años de expediciones a distintas latitudes del territorio. Primero fue la derrota en su campaña a Paraguay. Después el intento de citiar Montevideo. La capacidad militar de Belgrano estaba en duda cuando fue enviado al noroeste para hacerse cargo del Ejército del Alto Perú. En el medio se le ocurrió la locura de crear una bandera. En Buenos Aires esto no gustó para nada, era una ofensa a España (los saavedristas probablemente estarían de acuerdo con la Conmebol). Ya en el Alto Perú cometió otra locura: levantar un pueblo entero para hacerlo retroceder 360 kilómetros barriendo con todo lo que estaba a su paso, de manera que el enemigo no encontrara nada en su camino. Belgrano comandó al pueblo jujeño hasta Tucumán. Desde Buenos Aires le ordenaron seguir retrocediendo hasta Córdoba, pero él decidió plantarse ahí y combatir a las tropas realistas. Venció en las batallas de Tucumán y Salta. Envalentonado intentó seguir hacia el norte. El ejército del Alto Perú no recibía víveres ni sueldos de Buenos Aires. En este contexto pierde las batallas de Vilcapugio y Ayohuma. Vuelve a replegarse a Salta. Es donde espera su relevo. Él deberá volver a Buenos Aires.
En Yatasto se encuentran Manuel Belgrano y San Martín. Es el abrazo entre el creador de la bandera y el Libertador de gran parte del continente. Dos Libertadores de América. En ese encuentro San Martín le cuenta al abogado devenido en general su proyecto de intentar llegar a Lima, pero no por el Alto Perú, sino cruzando Los Andes. Otra locura. Un enfermo y desmoralizado Belgrano pasa el mando del Ejército del Alto Perú a José de San Martín. Es uno los momentos críticos de la independencia.
Montevideo, 19 de abril de 1960
El estadio Centenario es un hervidero. Una imagen que se repetirá a lo largo de las décadas posteriores. A pesar de haber sido rechazada por su dirigencia, la Copa despierta el entusiasmo de los y las hinchas de Peñarol. Esa noche reciben a Jorge Wilstermann, campeón boliviano, para disputar el primer partido de la historia de la Copa Libertadores.
El primer encuentro de la copa careció de la paridad que la caracteriza, donde cualquiera le gana a cualquiera. A los veinte minutos del primer tiempo Peñarol ganaba tres a cero. Para el cierre de la primera etapa había llegado el cuarto gol. Para el segundo tiempo el equipo boliviano arrancó más metido y descontó, pero fue una ilusión que duró poco. El partido terminó siete a uno, con cuatro goles de Alberto Spencer, goleador de esa copa. La copa homenaje a Los Libertadores había empezado a rodar.
Maipú, 5 de abril de 1818
La noche de Talca, en la llanura chilena es tranquila. La sombra de Los Andes le da un toque majestuoso y siniestro al paisaje. El Ejército de Los Andes da sus primeros pasos tras el cruce y decide montar campamento. Bernardo de O’Higgins y José de San Martín planean los próximos pasos del ejército libertador. Lo que no saben es que están por ser emboscados. Los realistas atacan por sorpresa y se da inicio a la Batalla de Cancha Rallada, uno de los mayores desastres militares tras el cruce de Los Andes, pero al mismo tiempo la última derrota en el hoy territorio chileno. O’Higgins es herido, pero las tropas revolucionarias logran replegarse.
Lo que tampoco sabían los Libertadores, es que tres semanas después San Martín gritaría abrazando a O’Higgins: “¡La patria es libre!”. Es que acaban de vencer en Maipú a los realistas que se repliegan hacia el sur y lo que hacía poco tiempo parecía complicarse, finalmente se había logrado.
El plan sanmartiniano de liberación continental estaba en pleno auge, debían embarcarse a Lima, ciudad donde los españoles concentraban su mayor poder militar y económico. San Martín y O’Higgins se abrazan. Es otro gran paso de Los Libertadores.
Asunción, 19 de junio de 1960
Está todo listo para definir al campeón de La Copa Libertadores. Una semana antes, 45 mil almas presenciaron la victoria por uno a cero de Peñarol sobre Olimpia con gol del ecuatoriano Alberto Spencer. En Asunción creen que pueden dar vuelta el resultado. A los 28 minutos del primer tiempo, Hipólito Recalde marca el primer gol de Olimpia e iguala la serie. El equipo paraguayo tiene más de sesenta minutos para ser el primer campeón de América.
Quizás fue el hecho de que Paraguay haya protagonizado su propia independencia y no haya participado a nivel continental. Quizás fue la paradoja de que el país que se opuso a la creación de la Copa haya sido el primer campeón. Todo marchaba rumbo al desempate. Faltaban siete minutos y con la serie empatada el partido se definiría en un tercer encuentro.
Pero a falta de siete minutos, Luís Cubilla de cabeza empata el partido y enmudece al estadio de Puerto Sajonia. 35 mil personas en silencio también es un paisaje entre siniestro y majestuoso. Por lo menos para los jugadores de Peñarol que festejan frente a la atónita mirada de los paraguayos.
Guayaquil, 26 de julio de 1822
Casi diez años pasaron de la primer batalla del General San Martín al mando de los Granaderos. Diez años de andar, de pelear, de discutir, de mandar. Del litoral lo mandaron al norte, de ahí enfiló para Mendoza donde fue gobernador, estando a cargo del plan militar, pero también económico, productivo y político. Luego vino el cruce de Los Andes, la liberación de Chile y de Lima. San Martín pide refuerzos a Buenos Aires. Pero el gobierno ya no mira con tan buena cara ni a la revolución, ni al propio San Martín. No les importa ni a Martín Rodríguez ni a Rivadavia la liberación continental. Más les preocupa Artigas y el comienzo de la guerra civil. Más les preocupa mantener la hegemonía porteña. Mientras tanto los realistas se van reagrupando para contraatacar.
Así las cosas San Martín decide pedir ayuda a Bolívar. Sin bien la tarea de los dos grandes libertadores es similar, una por el sur y el otro por el norte, nunca se habían visto. Se encuentran en Guayaquil. Poco se sabe de la entrevista.
Lo cierto es que luego de la misma San Martín parte rumbo a Lima para regresar a Mendoza concluyendo su campaña libertadora. A cargo del Ejército queda Bolívar para terminar con las resistencias realistas.
San Martín se retiraría de la vida pública hasta su muerte en Francia en 1850. Simón Bolívar muere, según la historia oficial, por una tuberculosis en Santa Marta. En los últimos tiempos esta versión ha sido puesta en duda y comenzó a circular la teoría de un posible envenenamiento del Libertador. Manuel Belgrano agoniza en la pobreza y el olvido el 20 de junio de 1820. Quizás la muerte menos humillante fue la de Bernardo de O’Higgins, el 8 de octubre de 1842 en su habitación.
Luque, 30 de noviembre de 2018
Tras varias jornadas de rumores y suposiciones la Conmebol comete la peor traición de su historia: mudar la final de la Copa Libertadores de América a Madrid. La copa pensada en homenaje a los tipos que dejaron todo durante años (algunos como Belgrano pagaron de su bolsillo las campañas y murieron pobres) para liberar al continente Americano de España, muda su final más importante justamente a Madrid. Ni el más cínico o pesimista se podía imaginar algo así. Tanto en el plano real como en el plano simbólico es aberrante lo que han hecho. Quienes estuvieron detrás de esto, incluyendo a D’Onofrio y Angelici, deberían ser condenados en todas las canchas que pisen. Por nosotros, los y las hinchas, en nombre de los Libertadores que si vieran lo que ocurre, quizás se replantearían algunos de sus esfuerzos.
Juan Stanisci
Twitter: @juanstanisci
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