Les compartimos una entrevista realizada en el programa de radio “La Zurda Mágica” al periodista Matías Bauso que escribió el libro “78. Historia oral del mundial”, una obra de 800 páginas producto de 5 años de investigación y 150 entrevistas.

Argentina fue designada como sede en 1966 y su realización pasó por las manos de 8 gobiernos distintos. El escritor plantea que todos lo tomaron como prioridad y trataron de sacar provecho político del certamen.

Bauso habla en la nota de los controles antidoping básicos y laxos en el Mundial, de la renuncia del Lobo Carrascosa a la selección antes del mismo, de la erradicación de las villas de la Capital Federal por parte de la dictadura militar, por ejemplo la del Bajo Belgrano donde había vivido René Houseman, y cuenta cuál fue la actitud de Montoneros durante la competencia. Por último el periodista cuenta la vez que las Madres de Plaza de Mayo buscaron que los corresponsales extranjeros difundan sus reclamos por lxs desaparecidxs y parte de la gente que pasaba por el Microcentro las insultaban por que daban una «mala imagen del país».

-¿Cómo arrancó este proyecto de escribir un libro de 800 páginas sobre el mundial 78?

-Desde chiquito el mundial 78 me había impactado mucho. Yo tenía 6 años cuando se jugó y lo viví con mucha intensidad. Aquello que vi de niño con el transcurso del tiempo fue cambiando la consideración hasta que en un momento me pregunté qué era lo que había pasado en realidad y me puse a investigar. Entrevisté más de 150 personas, revisé toda la prensa de la época, no sólo la de junio del 78 sino también la de todos los años anteriores. Porque me parece que acá siempre en la discusión pública se suele decir es un tema complejo y se cierra la discusión ahí. Bueno si es un tema complejo metámonos dentro de esa complejidad y analicémosla. Esa fue la intención de la investigación.

– Siempre que se habla de ese mundial se lo asocia a Videla y la dictadura. ¿Qué fue lo más sorprendente que encontraste dentro de la complejidad del mundial 78?

-El mundial es de Argentina. Yo digo en el libro que no se puede explicar sin la dictadura pero tampoco solo desde la dictadura. El mundial pasó por las manos de 8 gobiernos distintos y era un viejo anhelo popular de los argentinos organizar un mundial y ganarlo. Entonces excede a la dictadura. El mundial a Argentina se lo otorgaron en el 64 y se lo confirman definitivamente en el 66, doce años antes. Pasaron gobiernos de distinta legitimidad, de distinto signo político. Por ejemplo las ciudades donde se iba a jugar el mundial se eligieron en el gobierno de Lanusse y los estadios elegidos de cada ciudad en el gobierno peronista. Los terminó construyendo la dictadura militar. Hay una continuidad y hay un hilo conductor porque todos los gobiernos lo tomaron como prioridad e intentaron sacarle provecho político.

En una entrevista en el suplemento Radar de Página 12 hablas del tema doping en el mundial 78 con los holandeses. ¿Qué encontraste en la investigación sobre esto?

-Voy a ser absolutamente sincero. No tengo pruebas desde el punto de vista que cada vez que hablé de esto con mis entrevistados o no hablaron o me hicieron apagar el grabador. En el fútbol argentino el antidoping empezó a partir de 1980. Eso marcó un punto de inflexión y muchos equipos, técnicos y jugadores que habían tenido actuaciones muy destacadas hasta ese momento, mágicamente a partir del 80 empezaron una caída libre de la que nunca más se recuperaron. Que se utilizara el doping en el fútbol local era algo sabido cómo también ocurría en la Copa Libertadores. Argentina a principio del 78 cambia el cuerpo médico. Lo echan al doctor Fort por motivos que no se saben. Nadie ni en su momento ni ahora dice porqué. Se supone que uno de los motivos es este. Cuando vino el doctor Oliva de Italia, que era una eminencia, un profesional muy reconocido en el mundo deportivo y médico, a los pocos meses dijo que él ya había ganado su mundial antes de empezar a jugar el torneo. Eso significa que había logrado cortar con toda esa automedicación. Algunos jugadores cuentan que se medicaban hasta para entrenar para ganarse el puesto. Abrían el botiquín y tomaban cualquier cosa. Ni siquiera algo que esté probado que les iba a mejorar su rendimiento deportivo. Hablar del deporte profesional de elite en los últimos 40 años es también hablar de la historia del doping porque está cruzado por la ventaja que se intenta sacar con las sustancias que están prohibidas o muchas que se prohíben después. Generalmente el doping siempre está adelantado al antidoping. Años después del mundial 78 tanto el médico holandés como algunos jugadores alemanes, como Beckenbauer, hablaron de doping en esos años 70. Reconociendo que ellos incurrían en esas prácticas. Alguna vez el wing izquierdo argentino Oscar Ortiz dijo que en todos los ambientes donde hay plata y muchos intereses hay doping y sobornos. Los rumores indican que los controles antidoping en el mundial eran muy básicos, precarios y laxos. A pesar que en la primera fecha dio positivo el escocés Johnston. Pero lo que estoy diciendo yo es una sospecha mía y ni siquiera es una acusación al equipo argentino. A lo sumo lo que sucedió es que se pusieron a la altura de los europeos. Como uno sospecha que en el Tour de France los 10 primeros se estimulan de la misma manera. A eso me refiero nomás.

-No te voy a preguntar qué protagonistas del equipo argentino te costó más conseguir su testimonio sino te consulto si pudiste hablar con  Jorge Carrascosa que renunció a la selección en enero del 78.

-Los que más me costaron te lo cuento son Passarella y Gallego que no los pude entrevistar. Con Carrascosa hablé, es un caballero, un tipo de una elegancia absoluta. Obviamente que me costó pero le mandé un mail, lo llamé a un teléfono profesional que él tiene, al tiempo me contestó el llamado y conversó conmigo. Naturalmente no me contó nada distinto a lo que él había dicho en las 4 o 5 entrevistas que dio en estos 40 años. Lo cierto es que él no dejó de jugar por motivos políticos sino por una serie de factores personales y de un hastío que tenía con el mundo del fútbol y con la prensa deportiva. Posiblemente también por esto que hablamos del doping. Por estas prácticas no tan limpias que eran muy habituales y él estaba totalmente en contra. También no quería estar cuatro meses concentrado y perderse los primeros meses de vida de su hija que estaba por nacer. En la serie internacional del 77 Argentina juega siete partidos contra equipos europeos en la cancha de Boca en domingos consecutivos. Cuando la voz del estadio daba el equipo a él lo silbaban, lo acusaban de jugar porque era amigo de Menotti. Todo ese cúmulo de cosas lo cansaron y por eso renunció al mundial. Al año siguiente ya se retiró del fútbol a pesar que era joven todavía, tenía 31 años.

-¿Qué nos podes decir sobre las erradicación de las villas en la Capital Federal para el mundial 78? Por ejemplo la del Bajo Belgrano.

-La dictadura militar lo que intentaba era mejorar su imagen ante la población y principalmente en el mundo. Una de las tesis de mi libro es que consiguió exactamente el efecto contrario. Siempre se suele decir que se utilizaba el mundial para tapar los crímenes y lo que sucedió es que todo el mundo, literalmente, se enteró de las violaciones a los derechos humanos en la Argentina gracias al mundial porque el caso argentino estaba postergado en la prensa internacional. Dentro de esa idea de la imagen había muchas publicidades: que los taxistas no paseen a los turistas, señores mozos devuélvanle bien el vuelto y toda esas cosas. La campaña de los papelitos y el tema de las villas en la Capital también estaban encarados para ese lado. Lo que se les ocurrió hacer es arrasar con las villas y llevar a sus habitantes a algún lugar de la provincia de Buenos Aires. Este fue un plan hecho por el brigadier Cacciatore, que era el intendente de la Ciudad, y el secretario de vivienda Del Cioppo. La dictadura pensó que tan bien había hecho su trabajo este último que después que se fue Cacciatore lo pusieron a él de intendente. Arrasaron con las villas, entre ellas la del Bajo Belgrano, que era donde había vivido René Houseman que estuvo concentrado en Mar del Plata con la selección y cuando volvió al barrio se encontró que habían levantado todo. Los subían a camiones a los habitantes de las villas y los llevaban a algún baldío en provincia de Buenos Aires para sacarlos del centro y que los turistas no se cruzaran con estas viviendas precarias. Turistas imaginarios porque al final vinieron 7.300 personas al país nada más y otros 4.000 que vinieron a trabajar entre periodistas, dirigentes, jugadores.

-¿Cuál fue la actitud de Montoneros durante el mundial?

-Montoneros, como casi todos los argentinos que estaban en el país y en el exterior, estaban a favor de la realización del mundial, tanto es así que su lema era “Argentina campeón, Videla al paredón”. Se sospecha que llegaron a un acuerdo con Massera en París en 1977. Hay indicios muy fuertes que indican eso y que hubo un depósito de Massera de 2 millones de dólares a la cúpula montonera. Lo que sucedió realmente y está totalmente probado es que Montoneros determina que no va a ser ningún tipo de acción  a 600 metros de los estadios, ni de las delegaciones, ni de ninguna actividad oficial. Mandan infiltrado a Juan Gelman el mes anterior al mundial a hacer la campaña de prensa. Compran entradas en el exterior para repartir entre la gente con la ilusión que empiecen a silbar a los comandantes cuando eran presentados por la voz del estadio, cosa que no sucedió. La gente agarró las entradas y fue a ver los partidos. Interfieren durante unos breves minutos la transmisión de los 2 primeros encuentros de Argentina con un discurso de Firmenich, el primero en Canal 2 y el segundo en el 13. Tienen algunas acciones con un nuevo explosivo que habían desarrollado que no obtiene la más mínima publicidad. Logran hacer un boquete en algunos edificios oficiales con esas detonaciones pero en los diarios no se publicó nada. Después del mundial Montoneros hace una evaluación absolutamente alejada de la realidad que en parte los lleva a la contraofensiva. Dicen que su campaña durante el mundial fue un éxito absoluto, que las condiciones están dadas para que triunfe la revolución y el gobierno militar caiga. Posiblemente de los 6 años que estuvieron los militares al poder ese haya sido el momento donde más fuerte estuvieron.

– Pablo Llonto en el libro La vergüenza de todos escribe que las Madres de Plaza de Mayo le decían a periodistas holandeses “les pedimos que no nos abandonen, ustedes son nuestra última esperanza” ¿Cómo era el trato de la población y de la prensa internacional a la cuestión de las Madres en ese momento?

-Esa frase la dice una de las Madres el 8 de junio y sale en un canal de Holanda. Eso fue el segundo jueves del mundial. La televisión holandesa el día de la inauguración de la Copa que fue un jueves a las 3 de la tarde parte la pantalla: de un lado pone la ceremonia inaugural y del otro la ronda de estas 40, 50 mujeres con pañuelos blancos dando la vuelta a la Plaza de Mayo en una ciudad absolutamente desierta y paralizada porque todo el mundo estaba viendo el mundial. Al jueves siguiente todos los corresponsales extranjeros estaban en la Plaza para tratar de filmarlas. En esa grabación que se escucha a esta madre desesperada decir “ustedes son nuestra última esperanza, solo queremos saber donde están nuestros hijos, que nos digan donde están”, se escucha a lo largo de esas entrevistas que la gente de a pie que trabajaba en el Microcentro, como oficinistas y bancarios, les gritan y las insultan porque estaban perjudicando a la imagen del país. Ese día la ronda de las Madres termina con ellas agarradas del brazo y caminando por la calle Florida. La policía siguiéndolas para intentar detenerlas y la gente que caminaba por ahí las insultaba. Esto está reconstruido a través de testimonios de ellas pero también está en los diarios de la época. Por ejemplo en el Buenos Aires Herald del 9 de junio del 78. El mundial  fue el peor momento para las Madres de Plaza de Mayo porque mientras ellas lloraban, la población festejaba. Lo dice Hebe de Bonafini que mientras ella lloraba en la cocina, el marido gritaba los goles en el living. Por otra parte el mundial hizo que el resto del mundo conociera de su existencia. Poco tiempo después de la Copa una fundación de mujeres holandesas donó el dinero para que ellas pudieran comprar su primera sede.  

PD: Entrevista realizada en el programa de radio “La Zurda Mágica”.

https://co.radiocut.fm/audiocut/la-zurda-magica-entrevista-a-matias-bauso-autor-del-libro-78historial-oral-del-mundial/

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