De cómo los laterales (marcadores de punta) pasaron de jugar un mano a mano eterno contra el wing rival, a ser un arma fundamental en ataque. Escribe Gonzalo Bressan Otegui.

A sus 16 años Paolo Maldini debutó en el primer equipo del Milan. Lo hizo como lateral derecho, pero al siguiente partido cambio de sector, donde se ganó la titularidad y nunca más salió. Lo dirigieron Arrigo Sacchi, Fabio Capello y Carlo Ancelotti. Es el jugador con más finales de Champions League, ocho, de las cuales ganó cinco. Además, es el segundo jugador con más partidos en la Copa del Mundo, luego de Lothar Matthaus. Disputó 23, y en ninguno fue reemplazado. La FIFA lo eligió entre los 100 mejores jugadores de la historia del futbol, y en Milan, luego de su retiro, se dejó de usar la camiseta con el numero tres. Se desenvolvía tan bien con la izquierda, que pocos que saben que en realidad nació diestro. Paolo fue uno de los mejores laterales izquierdos de la historia de Europa. Sus quites sin infracción eran una impronta en su juego. En 25 temporadas recibió una sola roja directa, que se suman a tres expulsiones por doble amonestación. ‘’El único jugador que la ha creado problemas es Maradona’’, dijo alguna vez Franco Baresi sobre su compañero del Milan y la selección italiana. Maldini fue el mejor lateral europeo en los años noventa, y cuando le preguntaron sobre su puesto dijo que en ese sector estas acompañado de la banda y eso te delimita mucho. Esa respuesta la dio en el año 2007, un año más tarde empezaría la revolución en los laterales.

Hasta el momento de la llegada de Josep Guardiola al Barcelona en 2008, los laterales tenían un lugar discreto en el futbol. Ocupaban su sector, estaban atentos de la marca, y si se presentaba la ocasión se inmiscuían en el ataque, pero uno a la vez. Si el derecho iba, el izquierdo se quedaba. Uno de los dos, cuando el equipo perdía, pagaba los platos rotos. El entrenador lo reemplazaba por un suplente más ofensivo, dejando línea de tres en el fondo. Tal es el papel secundario que tenían, que delante de ellos no había internos, ahí se encontraban los volantes derechos. Estos cumplían la función de desborde, que algunos casos compartían con algún rebelde lateral. Desde 1978 la Selección Argentina forma, en los mundiales, con equipos que no cuentan con dos laterales legítimos. Jorge Olguín, con Cesar Luis Menotti, fue el marcador de punta derecho en los mundiales 78 y 82, siendo un congénito defensor central. En el 86 y el 90, Carlos Salvador Bilardo utilizó línea de tres. Alfio Basile en Estados Unidos 1994 ubicó a Roberto Sensini y Jose Chamot en los extremos, siendo de otras características. En las copas de 1998 y 2002, tanto Daniel Passarella como Marcelo Bielsa, utilizaron línea de tres. Javier Zanetti, lateral de sangre, fue, por la derecha, como mediocampista en ambos certámenes. El uso de marcadores centrales en el lateral fue una constante en los siguientes mundiales. Nicolás Burdisso, Fabricio Coloccini, Marcos Rojo, Gabriel Heinze, Nicolás Otamendi, José Basanta y Gabriel Mercado, quien jugó gran parte de su carrera en la zaga, ocuparon el carril defensivo.

En el mundo pasaba lo mismo. España salió campeón del mundo con Sergio Ramos como lateral derecho. Todavía el cambio de Guardiola, gran influyente en el logro español, con los laterales, no tenía la primera plana en el mundo futbol. Pep, criado en la escuela de Johan Cruyff, promulgó, en su llegada al club catalán, la salida limpia de la pelota desde el fondo. Para eso convenció a todo el equipo, pero principalmente a los de la zona defensiva. El mediocampista central se arrima hasta la puerta del área grande. Los centrales se abren a los costados. Los internos toman el centro de la cancha, y los laterales tienen vía libre para sumarse al ataque. Por primera vez los laterales eran parte del ataque, ambos al tiempo. Ahora podían desbordar y poner un pase atrás, tirar centros o terminar las jugadas, sin restricción alguna. Las libertades que el entrenador del Barcelona le dio al cuatro y al tres, le dieron entidad a un modelo de juego que sumó infinitos logros y tuvo recepción en la mayoría de los equipos del mundo. Pero Guardiola se fue del Barca diciendo que ese grupo de jugadores, que habían ganado todo, no podían adquirir nuevos conceptos. El entrenador comenzaba a pensar una nueva revolución.

‘’Fijate en los laterales, ahora son jugadores decisivos, según el rol que les des. Ya no quiero laterales carrileros, lo que quiero son laterales internos’’, le contó Pep a Martí Perarnau en su libro La Metamorfosis. En su llegada al Bayern Múnich volvió a cambiar la función de los laterales. ‘’Se trata de modificar con tu comportamiento los planes del rival. Nuestro lateral va hacia dentro y arrastra al extremo rival, si este no lo sigue, entonces ya tienes un hombre libre. Si el que cubre es el mediocentro, entonces nuestro interior queda libre’’, este concepto lo pudo repetir en el Manchester City, y gran parte de la Premier League lo adoptó. En 2017 Marcelo Bielsa declaró que lo que hace Guardiola es novedad táctica. Pero el entrenador del Leeds no fue el único argentino que absorbió esta idea. Marcelo Gallardo lo hizo en la reversión de Milton Casco. El lateral izquierdo se suma al centro de la cancha, y cuando entrega la pelota no vuelve a su posición, se queda para tapar un presunto contragolpe del rival, y a la vez, ser una variante más en el circuito ofensivo del equipo.

Hasta la irrupción de Guardiola en el futbol, los laterales eran más marcadores de punta que parte del circuito ofensivo de un equipo. Ocultos en el vértice defensivo, se ocupaban de no crearle dolores de cabeza al equipo. Si desarrollaban bien su tarea y veían la oportunidad, podían pasar al ataque, pero uno a la vez. El Barcelona de Guardiola los desbloqueó de la esquina conformista y le dio libertades para unirse al sistema. Más tarde, en Alemania e Inglaterra, los sacó de la raya y los centró para que sean parte del funcionamiento cerebral. Hoy Kyle Walker y Benjamín Mendy, laterales del Manchester City, cumplen esta tarea. También Alexander Arnold y Andy Robertson del Liverpool. Así sigue la lista, y llega al futbol argentino. Entre paréntesis, Brasil. El país que tiene más campeonatos del mundo es un oasis para los laterales. Aunque estos, por su naturaleza, tienden a terminar las jugadas y no participan del entretejido interno. Los laterales del mundo pasaron del estatismo a la libertad, para luego tener un papel principal en el mecanismo del equipo. Los de la franja un día, tomaron el centro.

Gonzalo Bressan Otegui

1 Comment

  1. Entré esperando una nota sobre laterales y me encontré con OTRA nota sobre Guardiola: el maestro de los laterales que esta temporada usó 5 laterales izquierdos (Delph, Angeliño, Zinchenko, Mendy y ahora Cancelo). El viejo duelo con el viejo 7 u 11 es algo sobre lo que se escribió poco. Hay muchísimo para hablar del tema, aflojen con el porno-guardiola.

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