Diego Schwartzman es el octavo argentino en la historia, en clasificarse al torneo de Maestros que reune a los mejores ocho tenistas de la temporada. Repasamos su año, el momento que fue un quiebre en su carrera y sus grandes actuaciones en Roma y Roland Garros. Escribe Juan Stanisci.
Los aplausos caen de a montones en el Buenos Aires Lawn Tenis. Diego Schwartzman le acaba de ganar un partidazo al uruguayo Pablo Cuevas por 5-7, 7-6 y 7-5, en tres horas y cuarenta y dos minutos. El peque salvó cuatro match points. Faltando dos games para el final del partido, sintió un tirón. Desgarrado ganó el partido. Era 15 de febrero de este año, pasaron nada más que nueve meses aunque el coronavirus haga parecer que fue hace mucho tiempo. Schwartzman, por aquel entonces número 14 del mundo, no pudo jugar las semifinales contra el portugués Pedro Sousa. No lo sabía pero el partido con Pablo Cuevas sería el último por seis meses.

En la cabeza de todo deportista de elite siempre está la idea de meterse entre los mejores. Pero el arranque de año de Schwartzman no hacía prever que terminaría el año siendo top 10 y clasificado para el Masters de Londres, torneo donde se enfrentan los ocho mejores jugadores del año.
En enero quedó afuera del ATP Cup en Australia contra Daniil Medvedev, en un partido picante donde el ruso terminó gritándole los puntos en la cara al Peque. Después vino el primer Grand Slam, donde fue eliminado por Novak Djokovic en la cuarta ronda en tres sets corridos. En el ATP de Córdoba perdió la final sorpresivamente contra el chileno Christian Garín. Finalmente llegaría el Buenos Aires Open y el desgarro.

Coronavirus y top ten
En marzo fue suspendido el ATP tour. Durante varias semanas no se supo si la temporada seguiría en pie o si sería un año sin torneos. En junio, todavía sin definiciones sobre el circuito, Roger Federer anunció que se operaría de la rodilla dándose de baja para lo que restaba del año. El deporte fue volviendo al ruedo. Con estrictos protocolos y algunos partidos con un puñado de público el circuito ATP volvió en agosto en Cincinnati.
El regreso en Estados Unidos del Peque no fue el mejor. Fue eliminado en segunda ronda por el local Reilly Opelka, número 31 en el ranking. En el US Open perdió en primera ronda contra el británico Cameron Norrie, 70 en el ranking. Dos rápidas eliminaciones en su primer paso por canchas rápidas.

En septiembre arrancó la temporada de polvo de ladrillo en el Abierto de Kitzbuhel, Austria. Tras dos partidos Schwartzman se despidió contra el serbio Laslo Djere. A partir de ahí se dio vuelta la taba. Llegó Roma. En la capital italiana el Peque ganó su primer partido contra un top 10 en todo el año. Nada menos que contra Rafael Nadal, en la superficie donde el español es rey absoluto. Fue 6-2 y 7-5 por los cuartos de final. En semifinales superó al canadiense Denis Shapovlavov, en un partido difícil que terminó 4-6, 7-5 y 7-6. La final fue contra el número 1 del mundo: Novak Djokovic. El primer set fue parejo, pero el segundo encontró mejor al serbio. El partido fue para Djokovic 7-5 y 6-3. El año de Schwartzman dio un gran giro en Roma.
Siempre le quedará París
Roland Garros es un torneo que trae buenos recuerdos a la historia de nuestro tenis. Schwartzman llegó a París para confirmar lo bien que había jugado en Roma. Superó las primeras cuatro rondas sin ceder un set. En cuartos se cruzó contra Dominic Thiem, el número 3 del ranking.

Se habían enfrentado en enero, en el ATP Cup, con triunfo para el austríaco por 6-3 y 7-6. El partido entre ambos por los cuartos de final fue uno de los mejores del año. Los primeros cuatro sets se definieron en tie break. El primero fue para el peque. En el segundo y el tercero, tuvo varios set point, pero parecía no terminar de enfocarse para cerrar el partido. En el cuarto levantó varios match point. El partido abandonaba la técnica, para transformarse en una batalla psicológica. El tie break del cuarto set fue para Diego. En el quinto Dominic Thiem estaba fundido. Lo ganó Schwartzman por 6-2. Segundo triunfo consecutivo contra un top 3. Fue una pena que semejante partido se tuviera que jugar a puertas cerradas, en otro contexto hubiera terminado con una rotunda ovación por parte de todos los espectadores de la Philippe Chatrier, la cancha principal de Roland Garros.
Después de semejante partido no fue fácil recuperarse para Schwartzman. La buena noticia era que, sin importar el resultado en la siguiente fase, a partir de la semana próxima figuraría entre los diez mejores tenistas del mundo. En semifinales le tocó otra vez Nadal. Pero una cosa es jugar en Roma a tres sets, y otra muy distinta hacerlo en Roland Garros a cinco sets. Nadal jugaba su partido 101 en el Abierto Francés. Solo había perdido dos. De esos 101 partidos, solamente dos jugadores habían podido llevarlo a un quinto set.

Schwartzman fue el jugador que más puntos ganó contra Nadal en todo el torneo, doce en total. En el tercer set consiguió llevarlo al tie break. Nadal en Roland Garros es un jugador de otro planeta. 6-3, 6-3 y 7-6 fue el resultado final. Pero el Peque ya estaba en el top 10.
Houston, tenemos un problema
Hay tenistas cuya carrera solo va en ascenso. Que desde un primer momento, parece solo cuestión de tiempo que ganen sus primeros torneos y que el ranking los muestre entre los mejores. Pero también están los que se fueron construyendo y reconstruyendo en base a caídas, errores y aprendizaje. Diego Schwartzman pertenece a esta segunda categoría.

El 5 de abril de 2016 en Houston, el Peque se retiró de la cancha sin haber movido su marcador. Zapatero. 6-0 y 6-0. El chipriota Marcos Baghdatis le dio su peor derrota y un punto de quiebre en su carrera. Por si fuera poco, si Schwartzman no levantaba, podía salir del top 100. Lloró en el vestuario por primera vez en su carrera y entendió que algo había que cambiar. O más que algo, todo. “Eso marcó el final de una etapa con mi antiguo entrenador, Sebastián Prieto, quien me enseñó muchísimo. Hoy gran parte de lo que hago en pista fue gracias a él, pero tocaba cortar aquella relación después de cinco años”, le contó a Juan Pablo Varsky.
Él sentía que tenía que cortar con Prieto desde el comienzo de la temporada, pero los años juntos y la relación entre ellos, hacía que fuera muy difícil terminar de trabajar juntos. Tuvo que tocar fondo contra Baghdatis para saber que no quedaba otra que cambiar. Tres semanas después sin entrenador, solo con su preparador físico y un amigo, volvió al circuito. Perdió contra Lorenzi en Bucarest, pero se sentía diferente.
La siguiente parada era el ATP de Estambul. Si no llegaba a cuartos de final saldría del top 100. Solo perdió dos sets en todo el torneo: uno en cuartos de final contra Dzumhur y el otro en la final contra Dimitrov. Era su primera final y su rival, el búlgaro Grigor Dimitrov, terminó rompiendo tres raquetas. En un mes pasó de sufrir la peor derrota de su carrera a ganar su primer torneo.

Camino al Masters
Después de Roland Garros se afianzó al puesto número 9. Debido a la baja de Roger Federer, número 4, si se mantenía lograría clasificarse por primera vez al Masters de Londres. Faltaban dos torneos: Colonia y París. Ambos en canchas rápidas, esas donde no le había ido bien en el regreso tras el parate.
Tras unas breves vacaciones para celebrar su gran actuación en Roland Garros, volvió a competir. Schwartzman se afianzó en Colonia. Llegó a la final contra el local Alexander Zverev, número 7 en el ranking. Perdió 6-1 y 6-2. Pero el objetivo estaba cumplido, mantener el ranking.

Para el anteúltimo torneo de la temporada debía volver a Paris. Al margen de su actuación en el torneo, tenía un ojo puesto en lo que hacía su principal competidor: Matteo Berretini. El italiano fue eliminado en cuarta ronda. Schwartzman debía ganar su primer partido.
Se enfrentó al veterano Richard Gasquet a quien nunca había podido vencer. En un partido duro, ganó en dos sets 7-5 y y 6-3. Apareció otro competidor. Pablo Carreño Busta, número 15, podía alcanzarlo si conseguía la hazaña de ganar ese torneo y el siguiente. Schwartzman y Carreño Busta avanzaron hasta los cuartos de final. El Peque fue eliminado por Daniil Medvedev. Carreño Busta, debía enfrentar nada menos que a Rafael Nadal. Jugó un gran partido contra su compatriota. Ganó el primer set 6-4 y llevó a Nadal al tie break en el segundo. Pero Rafa se lo llevó por 7-5. Finalmente el tercero fue 6-1 para Nadal. Con él festejó Schwartzman su clasificación por primera vez al Masters de Londres. “Londres, allá vamos”, celebró en Twitter.
El octavo maestro
El 15 de diciembre de 1974 Vilas le ganó la final del Masters de Melbourne a Illie Nastase por 7-6, 6-2, 3-6, 3-6 y 6-4. Fue el primer torneo grande ganado por el gran Willy. Comenzaba el ascenso del mejor tenista de la historia argentina.
Vilas abrió la puerta para lo que vendría después. Diego Schwartzman es el octavo argentino en acceder a este torneo. Casi que podrían jugar un torneo entre: Guillermo Vilas, José Luis Clerc, David Nalbadian, Guillermo Coria, Gastón Gaudio, Mariano Puerta, Juan Martín Del Potro y el Peque.
Además de Vilas, David Nalbandian fue campeón del Masters en 2005. Después de entrar por la lesón de Andy Murray, el cordobés superó su grupo ganándole a Coria y Ljubicic, aunque siendo derrotado por un tal Roger Federer. En semifinales se enfrentó con el ruso Nikolay Davydenko, limpiándolo con un 6-0 y 7-5. El 20 de noviembre, en Shangai David Nalbandian venció en cinco sets a Roger Federer, quien ya era el mejor tenista del mundo. Una de las victorias más importantes de nuestro tenis.

Desde la consagración de Vilas hasta la clasificación de Schwartzman el torneo pasó por varias ciudades. En los primeros siete, la sede fue cambiando cada año. Entre 1977 y 1989 se jugó en Nueva York. Con la llegada de la década de 1990, se trasladó a Alemania: Frankfurt durante seis ediciones y Hannover en las tres restantes. Los primeros tres de los 2000 volvieron a tener cambio año tras años: Lisboa, Sidney y Shangai. En 2003 y 2004 la ciudad elegida fue Houston. Las siguientes cuatro ediciones se jugaron en Shangai. Hasta llegar a Londres, donde se realiza desde 2009. Será la última vez que se juegue ahí, a partir del año que viene y hasta 2025 la sede será Turín.
“Bienvenido Peque”, twiteó Mariano Zabaleta, junto a un dibujo donde los otros siete argentinos que jugaron el Masters reciben a Schwartzman de espaldas con una mochila de donde sale una raqueta. Un gran fin de año para un jugador que de a poco fue escalando posiciones hasta llegar a este gran momento. El Peque ya quedó en la historia del tenis argentino.
Juan Stanisci