Hoy cumplen 30 años los mellizos surgidos en River. Ramiro juega en el Villarreal de España y Rogelio en el Monterrey de México donde está a 6 goles de transformarse en el máximo goleador del club. A los dos los descubrió un entrenador estadounidense. Conozcan su historia. Escribe Jonatan Scheffer.
Hubo un tiempo en el que la Argentina ardía, se arrastraba y nadie quería quedarse. Eran los tiempos del blindaje, del mega canje y de un modelo de país delincuencial que exilió argentinos y a quienes se quedaron los precarizó a más no poder. El momento de los cracks de época que no pudimos acobijar. Messi, por ejemplo. Pero también de grandes jugadores como los Funes Mori y su familia.
Los oriundos de Mendoza partieron a tierras americanas para conseguir posibilidades que en su suelo natal no pudieron tener. Fue allí donde pudieron demostrar esa genética competitiva de «talentos emergentes y éxodos permanentes», como supo explicitar Gustavo Alfaro en una entrevista brindada al diario Olé, en 2011, tiempo después de la finalización de la Copa América, organizada en Argentina.
“El día en que el fútbol soccer se convierta en uno de los deportes más populares de Estados Unidos será el día en que el excepcionalismo estadounidense disminuya en nuestras almas”, sintetizó Steven M. Warshawsky, periodista estadounidense en el periódico The American Thinker, casi marcando brechas culturales entre naciones altamente diferentes en preferencias deportivas. Sin embargo, hay quienes levantan una bandera diferente. Los que se emparentan con la pasión de millones de personas en el mundo y no quedan exentas a las genialidades de Lionel Messi, Cristiano Ronaldo o, sin ir más lejos, al argentinismo del francés Antoine Griezmann. Jeff Waldrop es un ejemplo.
¿Quién es el sujeto del párrafo anterior? Básicamente un entrenador de Soccer, como así se lo llama a nuestro ‘fulbo’ en la tierra del capitolio. Resulta que este director técnico descubrió las facultades de los mellizos Rogelio y Ramiro Funes Mori, que ya instalados en esos pagos y con un inglés impregnado a más no poder en su esboce discursivo, venían de jugar en la liga Garland, hasta que en el año 2005 recayeron en la escuela futbolística del Arlington, donde trabajaba dicho técnico.

“Ambos eran muy buenos, a Ramiro lo llamaba cada vez que teníamos un saque de esquina desde la izquierda. De repente veía que le arrebataba el balón a los adversarios muy rápidamente”, deslizó elogios Waldrop en varios testimonios, referenciando las cualidades del defensor al mismo tiempo que las de Rogelio, porque los dos pasaron por el “Sueño MLS”, un reality que agrupó a 400 participantes y entre los finalistas tuvo a los ex futbolistas de River.
Esto no fue casualidad: el D.T americano tuvo nutridas capacitaciones, es kinesiólogo y se recibió en 1998 de entrenador. Todo ese recorrido lo hizo en la misma universidad en donde entrena fútbol. Tanto es así que en 2016 logró, con el Arlington, su victoria número 200 en la entidad, tras vencer a The Eagles Desoto, por 6 goles contra 1. “He tenido la suerte de entrenar en fútbol a varios jugadores muy buenos en los últimos años, y muchos terminaron siendo parte de excelentes equipos“, aclaró posterior al encuentro.
“La personalidad de los Funes Mori es lo que más se recuerda, sobre todo la de Ramiro, creo que es lo que más lo ha hecho crecer”, insistió Waldrop ante la consulta de su pasado como cuasi padrino de los argentinos, justo cuando el defensor se aproximaba en 2015 a visitar sus antiguos pagos con la selección. Una buena para “gringolandia” en fútbol, como sustancial en el aprendizaje de dos jugadores que luego terminaron de curtir sus habilidades en River.
Jonatan Scheffer