Un día como hoy iniciaba Brasil 2014, un querible y recordado mundial. Como si fuera una noche de bares, que arranca alegre y termina triste, repasamos los finales resacosos de las distintas selecciones sudamericanas en el torneo. Escribe Lucas Jiménez.
Chile se topó en octavos contra Brasil y lo tuvo contra las cuerdas, de hecho llevó el partido a los penales. El país trasandino no olvida el derechazo de Mauricio Pinilla al travesaño que le hubiera dado el pase a cuartos de final. El mismo Pinilla se tatuó esa imagen en la espalda, nunca la pudo sacar de su cabeza, igual que todo el pueblo chileno. Existe un excelente relato escrito por Francisco Vergara Perucich sobre esa jugada llamado: “A 33 minutos de la gloria: un cuento sobre el travesaño de Mauricio Pinilla contra Brasil”.

Uruguay llegó a octavos de final donde enfrentó a Colombia. Nada pudo hacer contra la exhibición de fútbol que brindó la selección dirigida por el argentino José Néstor Pekerman. Pero antes de ese encuentro una noticia lo había sacudido por completo, la FIFA suspendió a Luis Suárez por la mordida al italiano Giorgio Chiellini en la fase de grupos y lo mandó de vuelta a Uruguay, antes que su selección quedase eliminada.
El hoy delantero del Atlético Madrid no pudo participar durante cuatro meses de ningún evento que tenga que ver con el fútbol, “ni administrativo ni deportivo”. Se fue de Brasil antes que sus compañeros y en el mismo momento que la ilusión uruguaya de avanzar a la siguiente ronda.
Colombia fue quizás después de Alemania el equipo que mejor juego mostró en el mundial pero perdió bien en cuartos contra Brasil. No obstante a los colombianos les queda una sensación agridulce porque ese día su seleccionado cambió nombres en la ofensiva con respecto al partido de octavos y respetó demasiado al rival.
La imagen de Jackson Martínez en el banco de suplentes sin ingresar trae un recuerdo lejano, el de Lionel Messi sentado con los botines en el piso en la eliminación argentina del mundial de Alemania 2006 contra el local. Los dos sucesos tuvieron el mismo entrenador al mando: José Néstor Pekerman.
Brasil antes del 1-7 contra Alemania en semifinales ya había quedado eliminado psicológicamente en la jugada que el colombiano Camilo Zúñiga choca a Neymar y le provoca una fractura de vértebra que lo sacó de la copa. Esa misma noche de la lesión los programas deportivos brasileños cambiaron periodistas por traumatólogos que intentaban explicar lo inexplicable, por qué el crack de sonrisa constante no iba a poder levantar la Copa del Mundo en su país.

De hecho en las calles de Brasilia al día siguiente del partido un brasileño me dijo: “Después de la muerte de Ayrton Senna este es el día más triste del deporte brasileño de los últimos años”. Con el ánimo por el piso, Alemania le dio una demostración de fútbol al pentacampeón del mundo.
Argentina todavía no logra entender como Rodrigo Palacio no definió por abajo el mano a mano que tuvo contra el arquero Manuel Neuer en la final del mundial. De hecho los argentinos debemos haber visto más veces esa jugada que el gol de Mario Gotze que definió el pleito.
En las elecciones de 2015 el no gol de Palacio fue la imagen del afiche de campaña del precandidato a jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires Humberto Tumini de Libres del Sur. Su lema era: “¡No te arrepientas 4 años de una mala decisión! En la Ciudad votalo a Tumini”.

Lucas Jiménez
Twitter: @lucasjimenez88
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