Los juveniles Sub 23 coparon la escena del fútbol argentino, en la mayoría de los casos, sostenidos por veteranos con experiencia. Lo que no abunda en el fútbol argentino son los del medio: entre 23 y 30. La clase media. Escribe Gonzalo Bressan Otegui.
Este fin de semana no habrá fecha del torneo local por las elecciones, por ende no harán su exhibición habitual los Sub 23. En cada partido, de cada jornada, se destaca, por lo menos, algún juvenil. No importa si hicieron el proceso para jugar en primera, tampoco extraña si no lo hicieron para ser lideres ofensivos de sus equipos. El Covid 19 aceleró los procesos. La inestabilidad económica del los clubes, sumado a la acumulación de fechas, torneos y copas, que traen lesiones o ausencias o debido a citaciones de cada selección, los inexperimentados tomaron primera plana.
Gracias a ventas y lesiones, Julián Álvarez no solo se ganó un puesto en la delantera de River Plate, también ser el punta de flecha del equipo de Marcelo Gallardo. De ahí asume responsabilidades en cuanto a los espacios, a la presión, a la circulación y, sobre todo, a la finalización. En los últimos diez partidos marcó catorce goles y dio cinco asistencias. La importancia que tiene en el equipo es superlativa. Su influencia en los desarrollos y los resultados lo ponen en un lugar pocas veces visto en el futbol argentino.
Álvarez es uno de los seleccionados por Lionel Scaloni. Al igual que Thiago Almada. El futbolista de Vélez, de tan solo veinte años, emula ser un jugador experimentado. Él tampoco sufrió el impacto de ser titular y líder creativo del equipo de Liniers. Thiago debutó a los 17 años y pudo desarrollarse sin apuros ni precipitaciones. Le tocó ser titular, pero también ser suplente. Previo a los Juegos Olímpicos, de los últimos 17 encuentros disputados con Vélez, Almada había concluido solo uno. A la vuelta sus rendimientos cambiaron, lo que provocó que su equipo altere su situación y él se gane el puesto. En su ausencia el equipo de Mauricio Pellegrino obtuvo solo 2 de los primeros quince puntos en juego. Volvió, jugó 75 minutos con River, Vélez perdió, y luego llegó la goleada frente a Lanús por cinco a uno con un gol suyo. De los trece partidos siguientes, 1170 minutos, se perdió tan solo 54 minutos, en ninguno de ellos salió antes de los 75 minutos. En esos partidos Vélez se llevó los tres puntos en ocho, empatò cuatro veces y perdió una sola vez. El peso que tiene Thiago en el equipo no es equivalente a sus 20 años.

Es el campeonato de ellos. De Alan Velasco, al cual Julio Cesar Falcioni hace 23 encuentros seguidos que lo elige como titular, y aunque tenga 19 años, es designado de marcar los ritmos en el ataque de Independiente.
Entre el 21 de abril y el 17 de mayo de este año, Newell’s disputó ocho partidos, de los cuales perdió cinco, empató dos y ganó uno. Nicolás Castro jugó solo 3 minutos. El 21 de mayo Germán Burgos lo colocó como titular. En los siguientes 14 partidos, incluyendo el de Palestino que fue el primero, Nicolas convirtió seis goles, siendo un mediocampista de gestación, y asistió en otros cinco tantos. De los 18 goles de su equipo, Castro participó de once. Desde entonces es una pieza fija para el técnico que pase por Rosario, y un deleite para el espectador que se detenga a ver a Newell’s. Elegante, de buen pase, con llegada al área rival. Determinante.
Como Facundo Farías. Al jugador de Colón de Santa Fe le alcanzaron 958 minutos para dar la vuelta en un club que nunca lo había hecho. Marcelo Gallardo lo vio antes de su explosión en primera. Juan Román Riquelme le envió como regalo una camiseta de Boca. Diego Simeone lo quiere para Atlético Madrid, según Martin Sendoa, su representante. Entre la fecha 7 de la Copa de la Liga Profesional y la misma de la Liga Profesional, su equipo jugó 17 partidos, Farías disputó quince y participó en diez de los veinte goles. Pero su categoría queda chica si se tienen solo en cuenta los datos. Es más que eso, es desfachatez.

Los números pueden determinar la trascendencia que tiene un jugador para un equipo. Pero no explican que José Manuel López de 188 centímetros, que metió once goles en 20 partidos, de los cuales en solo 12 completó los noventa minutos, sea más que eso. Su altura, su puesto, parecen encasillarlo. Pero no, él se tira atrás, juega y muestra su ductilidad, estética y visión. El flaco de Corrientes quedó libre en Independiente siendo mediocampista izquierdo, ahora es goleador del torneo jugando de nueve para Lanús.
De esto está hecho hoy el futbol nacional. Chicos con menos de 23 años. 19,20 o 21. Ellos parecen maduros, experimentados al lado de los compañeros que están surgiendo. Por el Covid las fechas se resumieron. Más partidos en menos tiempo. Los jugadores viajan a sus respectivas selecciones, disputan tres fechas, una más que lo natural, vuelven y juegan. Algunos se lesionan antes, otros durante. Planteles escasos por las necesidades económicas alteran los procesos. Juveniles debutando antes de tiempo.
Ante la ausencia de Paulo Díaz en la zaga, Felipe Peña Biafore tuvo que asumir responsabilidades. Al igual que Enzo Fernández ante la lesión de Nicolás De La Cruz. En la actualidad la delantera de River está formada por tres chicos del club: Santiago Simón de 19 años, Julián Álvarez de 21, y con la misma edad, Benjamín Rollheiser. En junio de 2020, Pedro González, captador del equipo de Núñez, dijo que Marcelo Gallardo se propuso que en dos o tres años la mayoría de los jugadores sea del club. Hoy juegan Peña Biafore, David Martínez, Enzo Fernández, Santiago Simón, Julián Álvarez y Rollheiser. No era la idea. Incluso Gallardo no quiere apurar los tiempos, paso en la lista incompleta de la Libertadores. River cuenta con más juveniles en el platel de lo que tenía proyectado.

Lo mismo la pasa a Boca. Algo particular, atípico, para el Xeneize. A lo largo de los años el porcentaje de juveniles de inferiores que jugaron en Boca es bajo. Mucho menos los que se pudieron sostener. En junio de este año, la reserva disputó la final del torneo. Nueve de los convocados para ese día forman parte del plantel principal, incluso algunos son titulares. Luis Vázquez, Eros Mancuso, Aaron Molinas, Vicente Taborda, Agustín Sandez, Valentín Barco, Rodrigo Montes, Exequiel Zeballos y Gabriel Vega. A los que se suman otros juveniles como Cristian Medina, Alan Varela, Agustín Almendra, Agustín Obando, Marcelo Weigandt y Ezequiel Fernández.
En Independiente el factor económico influyó en las ventas. Se fueron Alan Franco, Alex Barboza, Pablo Hernández, Jonathan Menéndez, y Sebastián Palacios, entre otros. Aparecieron nombres como los de Rodrigo Márquez, Tomas Pozzo, Juan Pacchini y Ayrton Costa, y se sumaron a Alan Velasco, Alan Soñora, Sergio Barreto, Gonzalo Asis y Lucas González. Cinco de los 10 jugadores de campo que estuvieron frente a Newell’s no superan los 23 años.
Las ventas delimitan la elección de jugadores. En otros casos, aunque también pensando en la economía del club, pasa lo mismo con las compras. En el mercado de principios de este año Racing se reforzó con Aníbal Moreno, Enzo Copetti, Tomas Chancalay, Maximiliano Lovera, Joaquín Novillo y Matías Tagliamonte, todos juveniles sub 23, salvo Copetti que tiene 25 años. Muchos de ellos forman parte del equipo titular.
En San Lorenzo, frente a Godoy Cruz, terminaron jugando siete jugadores de inferiores, todos con menos de 23 años. Y aun esperaban más en el banco. En Newell`s, contra Independiente, jugaron desde el arranque seis chicos del club de 17, 18, 19, 20, 21 y 23 años. Su clásico, Rosario Central, hace 29 partidos que viene utilizando al menos cinco juveniles, menores de 23, en el equipo titular. En algunos casos ese número asciende a ocho. Y en el banco de suplentes partido a partido la mayoría son chicos de inferiores con edad sub 20. Algo similar pasa con los suplentes de Estudiantes de La Plata. Frente a Lanús diez de los doce que se sentaron en el banco de suplentes fueron juveniles de la institución. Por su parte, el Granate, utilizó ocho con menos de 23 años. Una fecha antes, en La Paternal, fueron siete titulares, con cuatro ingresos de chicos de inferiores, de cinco cambios.
En el sur, Lanús y Banfield, tienen como proyecto desde hace años apuntar al crecimiento en inferiores para luego consolidar jugadores en primera. La inclusión de juveniles, no solo en el plantel, también en el primer equipo, va desde los clubes que más títulos tienen a los que menos. En Unión de Santa Fe fecha a fecha el número limitado en 23 no es superado por ocho jugadores.
Godoy Cruz, por su parte, un club que hace años contrataba jugadores libres de equipos grandes o extranjeros en equipos sin tanto reconocimiento, asumió el proyecto de consolidar jugadores de la cantera. Frente a San Lorenzo, la zona ofensiva, es decir, los cinco titulares delante del mediocampista más retrasado, estuvo conformada con chicos que por su edad podrían ir a los Juegos Olímpicos. Gonzalo Abrego, Ezequiel Bullaude, Valentín Burgoa, Matías Ramírez y Tomas Badaloni. Todos a seguir. Ese día se ausentó Martin Ojeda, una de las revelaciones del torneo. El ex Ferro, Racing y Huracán, de solo 22 años es uno de los máximos goleadores del certamen. Ojeda es un mediocampista que juega suelto, pero en que incluso también supo jugar de lateral. Martin no tiene inconvenientes en llegar libre al área rival por cualquier vía. En el actual torneo cuenta con diez tantos. Junto a él, entre los 10 máximos goleadores se encuentran José Manuel López, Julián Álvarez y Juan Manuel Cruz, todos menores de 23 años.

Entre esa edad y los 30 solo se encuentran Milton Giménez, de Central Córdoba, y Manuel Castro, de Estudiantes. Los restantes cuatro superan los 33 años de edad. Ellos son Marco Ruben, José Sand, Silvio Romero y Martin Cauteruccio. Es decir, el ochenta por ciento de los diez máximos goleadores es sub 23 o mayor de 30. De estos últimos están hechos la mayoría de los equipos de la Liga Profesional. La base de cinco chicos que juegan en Rosario Central fecha a fecha es apadrinada por Emiliano Vecchio, de 32 años, Marco Ruben, con 35, Jorge Broun, de 35 y con 32, Milton Caraglio. En Newell’s pasa algo similar. Los chicos entrenan, comparten vestuario y juegan al lado de Maximiliano Rodríguez, Ignacio Scocco, Pablo Pérez y Fernando Belluschi. Dos con 36 años, uno con 38 y otro de 40. En todos los clubes encontramos experimentados que superan ampliamente los 30 años, y juegan, y se destacan. Desde Enzo Pérez hasta Luis Miguel Rodríguez pasando por Jesús Dátolo. Los juveniles y los experimentados tomaron el monopolio del futbol argentino. En el medio, los de 24 a 29. Esos jugadores que están pasando por su mejor momento, los que ocupan un cuerpo sin limitaciones físicas y, además, cuentan con la experiencia necesaria para saber qué es lo que hay que hacer dentro y fuera de la cancha, no abundan en futbol domestico.
Cuando pensamos en jugadores para la selección, esta franja etaria suele ser fundamental. La inexperiencia y el retiro cercano no son la devoción de los seleccionadores. ‘’La clase media es cada vez más difícil de sostener’’, explicó Marcelo Gallardo luego del partido frente a San Lorenzo. Los juveniles que se destacan no demoran más de dos o tres años en emigrar, lo que expone una situación con jugadores de categoría en Europa. Mientras tanto en el futbol argentino los clubes tratan de sostener a los juveniles y solicitan el regreso anticipado de los mayores de 30 con un pasado auspicioso por las grandes ligas. ‘’Los jugadores de Selección y categoría valen caros, tenemos que reforzarnos mejor, pero hay un problema muy grande con nuestro billete’’, manifestó Juan Román Riquelme.
En el presente uno de los mejores equipos del futbol vernáculo es Talleres de Córdoba. Los dirigidos por Alexander Medina se encuentran peleando los dos torneos: Copa Argentina y Liga Profesional. En el primero se encuentran en semifinales, en el campeonato están segundos. El equipo cordobés es el que más jugadores de capa media, entre sub 23 y menos de 30 años, utilizó en la fecha 19. Ocho de los once titulares están descubriendo el pico más alto, en cuanto en rendimiento, de su carrera. Guido Herrera, Nahuel Tenaglia, Juan Komar, Enzo Díaz, Juan Ignacio Méndez, Diego Valoyes, Carlos Auzqui y Michael Santos, están en un momento auspicioso. Citaciones a las selecciones, pedidos de equipos más grandes y Europa. El club intentara comprarlos a otros por su clausula. Todos de gran productividad lo que origina un gran momento para Talleres. Pero esta es una excepción.
Sin clase media la competencia internacional para los clubes argentinos no será sencilla. Con exceso de juveniles los procesos serán omitidos. Un chico de inferiores necesita debutar en un contexto adecuado, ser cobijado por un entrenador que entienda el momento en que el mismo deba volver a divisiones menores. Tendrán que aprender de sus altibajos, manejar su conducta, conocerse. De los 398 jugadores que jugaron al menos un minuto en la fecha 19 de la Liga Profesional, solo 137 pertenecen al rango de edad por encima de los 23 y debajo de los 30. Esto quiere decir que el 65 por ciento de los jugadores que habitualmente juegan jornada a jornada son juveniles o experimentados.
Este fin de semana no habrá fecha del torneo local, pero jugara la selección Argentina. En la lista confeccionada por Lionel Scaloni se pueden ver a siete chicos del fútbol argentino. Thiago Almada, Julián Álvarez, Enzo Fernández, Santiago Simón, Gastón Ávila, Exequiel Zeballos y Cristian Medina, a los que se suman Federico Gomes Gerth, arquero de Tigre con 17 años y Matías Soule, de Juventus. Está claro que el entrenador percibe el contexto local, por eso los convoca, para potenciar su futuro y colmarlos de experiencia, y dentro de un tiempo no tener el problema de la clase media.
Gonzalo Bressan Otegui
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