En la navidad de 1914, durante la Primera Guerra Mundial, hubo una tregua entre los ejércitos de Alemania y Gran Bretaña. Los soldados aprovecharon para jugar un picado entre alemanes y británicos. Un símbolo de paz mundial. Escribe Federico Abbiati.
Cualquier palabra que podamos escribir a continuación, jamás justificará la angustia humana que por estas horas se vive en territorio ucraniano. Fijate, vos, querida o querido lector, que hablamos de angustia humana para referirnos a los ciudadanos de a pie (nunca más literal el calificativo) que huyen para salvar lo más preciado que tiene cualquier ser humano: la vida.
En este sentido también te proponemos, querida o querido lector, centrarnos en el hecho anecdótico, dejando de lado toda ideología y cuestión de estado. Ni pro rusos ni pro atlánticos; simplemente recordar un suceso de esos que la blanca rodante parecería ser la única capaz de generar.
Advertirte por última vez, querida o querido lector, que lo que de aquí en adelante rememoraremos nunca podrá suavizar el horror de una guerra y reiterarte que nos referimos a una gota de agua, una sola, en el más desahuciador de los desiertos.
Diciembre de 1914 significaba el quinto mes desde el comienzo de la 1ª Guerra Mundial. Británicos y franceses (en adelante “Los Aliados”) se disputaban con las tropas germanas, por esos días, territorio belga; siendo Ypres uno de los tantos focos de fuego abierto.
Cuenta la historia que el Jueves 24, los cascos alemanes se auto impusieron un alto el fuego para aguardar la nochebuena decorando sus trincheras y entonando estrofas alusivas a la fecha, las cuales eran nítidamente percibidas en las zanjas aliadas. Desde éstas, la respuesta al espíritu navideño alemán no se hizo esperar, lanzando augurios de felicidad en diversos idiomas.

Nobleza obligaba, las salutaciones se vieron inmediatamente retribuidas por los germanos. Y estos, quién sabe, ya embriagados de emoción y dadivosos, hicieron llegar la más hermosa y emocionante de las propuestas ¡Celebrar juntos! Confiaron los unos en los otros, hubo comida, bebida, cantos y hasta se permitieron darle digno entierro a los combatientes caídos.
La guerra había parado el fútbol en casi toda Europa. Sin embargo, la blanca rodante (no sabemos en qué material y color) se hizo presente durante ese inigualable acontecimiento, en un picado que reunió a unos cincuenta hombres por equipo y con victoria final de los alemanes 3:2.
Esta fue la que por siempre se conocerá como “La Tregua de Navidad”. En 1991 la banda británica “The Farm” lanzó su disco “Spartacus”, el cual contiene “All Together Now”, canción inspirada en ella. En 2005, año de la muerte del último sobreviviente del mítico partido, en Francia se estrenó el film alusivo “Feliz Navidad”.
Con el regocijo de saber que alguna vez hubo un instante de felicidad en medio de tanta barbarie, clamemos de forma optimista por un pronto cese al fuego en Ucrania. D10S todopoderoso interceda para que no haya trincheras festivas ni picados entre aliados y rusos. En definitiva, que por única vez la blanca rodante no sea mimada protagonista de un suceso mundial.
Federico Abbiati
Twitter: @FedericoAbbiat1
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