Un nuevo intercambio entre el periodista Gabriel Casas y Ángel Cappa. Los candidatos a ganar el título del fútbol de primera división, la pérdida de la identidad en el fútbol argentino, el juego de la selección argentina y la derechización de la política.
Hola Ángel, ¿cómo estás?
Te cuento que, como siempre, el fútbol argentino está atravesando una crisis de identidad. Los equipos que pelean el campeonato no están jugando bien. No sé si será la presión en la recta final, la falta de audacia o también la ausencia de categoría individual. Sin embargo, Atlético Tucumán, Gimnasia, Boca, Huracán, River y Racing, los que estarían en la pelea hasta el final, están en el debe desde el juego. Habría que sacar a los tucumanos y a los platenses porque están haciendo una gran campaña y tanto Pusineri como Gorosito tienen menos material.
Curiosamente de los seis equipos hay cuatro que fueron dirigidos por vos. Estaría bueno que les haga saber a nuestros lectores cuáles son tus sensaciones y también lo que implican esos clubes desde la cocina misma como estuviste en otros tiempos, no tan lejanos.

Creo que la Selección Argentina que jugará el Mundial, es una excepción al momento del fútbol argentino. El equipo de Scaloni ha logrado un gran nivel e ilusiona de cara a Qatar. Además que sería el último mundial de Messi. Pero que en la lista solamente estará Armani del plano local, es una síntesis de la actualidad.
Respecto a la coyuntura política, en una cena con amigos me decían que creen que la derecha ganará las próximas elecciones. Todos son periodistas, muy bien informados en medios importantes, y entonces tiemblo.
No creo que sea tan así. Falta un año para las elecciones y en la Argentina es demasiado tiempo. Y que las encuestas son utilizadas por los medios hegemónicos, parte del poder real, para crear una sensación de un cambio de gobierno.
No voy a desconocer que el oficialismo está haciendo muchas cosas mal. Mi ideología de peronista de izquierda me hace estar bastante alejado de su gestión. Pero que la derecha se haga fuerte en nuestro país, creo que es lo peor que nos pueda pasar.
También me gustaría que el pueblo tenga memoria. Macri pasó y desvastó todo hace poco. Tanto él como Larreta, Vidal o Milei, son lo mismo. Sin ideas, ni un proyecto para debatir políticamente. Solamente son oposición para la crítica destructiva. Son parte de la clase alta dirigencial del poder real. Destruyeron a la clase media y la transformaron en baja. Porque la clase alta nunca quiere que se les sumen y atacan al resto. Es una cuestión de clase. Así que me parece que habría que apoyar a este peronismo (aunque no me guste ni medio), ante el posible regreso de la derecha recargada.
Ya quedó expuesta la mentira de que «son ricos, no necesitan robar». Destruyeron e hicieron caja desde el estado para sus negocios. Trajeron de nuevo al FMI cuando el barco se hundía y fugaron miles de millones de dólares de ese préstamo ilegal. Y dejaron condicionado al gobierno sucesor.
Sin embargo, no hay que olvidarse que Macri se fue con el 40 por ciento de los votos en el país. Es una señal de alarma.
El abrazo de siempre,
Gabriel
Hola Gabriel
La crisis de identidad del fútbol argentino se viene dando desde hace muchos años. Hay un proceso de desculturización constante y que logra, precisamente, que nuestra identidad futbolística aparezca confusa y hasta se vaya disolviendo. Te adelanto que, junto a Rubén Rossi, Mauro Navas y Fernando Signorini, vamos a abrir un canal en las redes sociales para tratar de recuperar la memoria, nuestra historia y desempolvar nuestro estilo. Vamos a ver si podemos arrimar una opinión distinta a la dominante. También procuraremos con charlas, entrevistas con jugadores, entrenadores, periodistas, hablar de la intromisión del negocio en el fútbol internacional y sus consecuencias negativas (según nuestra opinión) para el juego, cada vez más menospreciado. No tenemos fecha todavía. Es una idea que estamos elaborando.

Con respecto al campeonato actual en nuestro país la cosa está muy igualada. Yo soy un agradecido de todos los clubes que me dieron trabajo. En este caso mi preferencia es Huracán, como supondrás, del que soy hincha y socio. Pero también están Racing, por mi amistad con Rubén Capria y otros amigos racinguistas que tengo, y Gimnasia porque me gusta la filosofía futbolística de Gorosito. Claro que ahí están River y Boca que tienen más experiencia en pelear en estos tramos finales y eso es muy importante y me queda Atlético Tucumán con un mérito enorme y no puedo menos que tener una gran simpatía por lo que están haciendo.
La selección argentina está entre los candidatos, sin duda, en parte por el carácter competitivo del jugador argentino y también porque el cuerpo técnico logró formar un equipo que juega bien y se siente seguro, al que le agregaron el talento incomparable de Messi. Es decir, con inteligencia hicieron lo que creo que había que hacer y no se hacía en los últimos años, cuando se recurría a Messi para que solucionara todo. Me parece que sería un error creer que es el candidato. Mejor pensar que está entre los candidatos, cosa más realista.
En política la situación es muy complicada, según la veo desde acá. Este gobierno resultó una gran decepción para las clases populares. Y por otro lado tenemos a la derecha, neoliberal en economía y neofascista en lo político. O sea, mucho peor. Escuchando a Milei, Bullrrich, Vidal, Espert o Macri el panorama es desolador. Lo curioso es que una parte notable de la clase trabajadora se aferra a Cristina Fernández, como si no tuviera nada que ver con el gobierno. Como si fuera ajena al nombramiento de Alberto Fernández, de Massa (¡de Massa!), de Manzur y de todo el gorilaje que se autodefine peronista. Y más curioso sigue siendo que la derecha más reaccionaria y fascista también pone a Cristina Fernández en el centro de su odio de clase de toda la vida. En fin, yo creo que en el fondo el odio a Cristina es el miedo a que la vicepresidenta consiga organizar la bronca colectiva y de algún modo hacer visible a los más oprimidos. Un asunto que, desde el exterior, como estoy yo, no es fácil de entender.
La cuestión básica, la deuda (la estafa en realidad) con el FMI, la entrega de la soberanía y especialmente grave, el hambre de la clase trabajadora, son temas que parecen quedar ocultos para las mayorías. El hambre no, por supuesto, que lo sufren todos los días.
Lo peligroso, que advierto a la distancia, es la violencia que ha vuelto de la mano de la derecha. Y espero que no encuentre la respuesta que está buscando.
Un abrazo Gabriel. Y la seguimos. Ángel Cappa
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