Hoy cumple 66 años Alejandro Sabella. Mucho más que un entrenador. No por casualidad elegimos esta fecha para lanzar nuestra primera revista digital. Les dejamos fragmentos de distintas notas de la revista. Pase y lea. Si gusta también compre. Su pregunta no incomoda. Esto es “Mundial 2014, En busca de la felicidad”. ¡Vamos que vamos!
Serbia
Alejandro Sabella plantea una formación que hace ruido dentro y fuera del plantel. Cinco defensores: Pablo Zabaleta. Hugo Campagnaro, Federico Fernández, Ezequiel Garay y Marcos Rojo. Cinco defensores que, cuando argentina tiene la pelota se transforman en tres, ya que Pablo Zabaleta y Marcos Rojo se acoplan a Mascherano, Maxi Rodríguez y Ángel Di María. La idea es que siempre un hombre abajo sobre para marcar a Edin Dzeko, el mejor jugador bosnio.
La selección arranca ganando a los tres minutos con un gol en contra de Kolasinac. El resultado se abre pero el partido no. “En el primer tiempo, el seleccionado no creo situaciones de gol y se puso en ventaja gracias a un gol en contra”, dice la crónica de La Nación al día siguiente. A la selección le sobraba un hombre atrás. Dicen quienes estuvieron cerca que en el entretiempo los jugadores le dijeron a Sabella que había que cambiar. Y al segundo tiempo salieron a la cancha Fernando Gago y Gonzalo Higuaín. Se quedaron en el banco Hugo Campagnaro y Maximiliano Rodríguez.
(Fragmento de la nota “Dónde empieza una historia”)

Irán
Los jugadores argentinos en pleno mundial, sabían de la importancia geopolítica del país que tenía la otra camiseta. Sabella les había hablado en la previa de la historia de los Imperios Persa, Sasánida y Parto, la Revolución Iraní de 1979 y la guerra e intervención del imperialismo en medio Oriente. En el partido anterior ante Bosnia, habló de la ex Yugoslavia.
Pachorra entiende a la historia y a la política como algo que no puede separarse del deporte. Aprovecha como excusa el andar de los campeonatos para aportar a la formación de política, economía e historia. Cada rival era una oportunidad para ver lo que había detrás, las concentraciones eran la chance para mostrar y leer el “Plan de Operaciones” de Mariano Moreno, o películas y documentales como “La Hora de los Hornos.”
(Fragmento de la nota “La última foto de Sabella”)

Nigeria
Confirmación que entre Zabaleta y Fernández hay un problema a resolver y que los desacoples defensivos nacen de distracciones en la salida. Confirmación que Mascherano hasta que tuvo piernas fue un pulpo y además le dio un pase perfecto a Di María en el primer gol. Confirmación que Pocho Lavezzi extendió sus buenos 15 minutos contra Irán a 55 casi perfectos hoy. Confirmación que Sabella es un gran técnico y tocó las teclas justas. Cuando Argentina defendía Pocho era el 8 de un 4-4-2 y así cubría la zona más débil del equipo.
(Fragmento de la nota “Tomando forma”)
Suiza
Por un lado, el concepto de autoridad trabajado por nuestro viejito de Tolosa es distinto. “Como técnico, vos tenés que demostrar: a) que sabés de qué se trata; b) que dedicás tiempo al trabajo; c) que sos confiable como ser humano. El técnico es una persona que debe infundir respeto. Y el respeto lo infundís si sos honesto, si sabés del tema y si trabajás”. Convencer y no imponer era el punto de avance de Sabella. Así, por ejemplo, le dijo a Palacio que le bajara a “marcar el medio” (mientras movía las manos en diagonal como un acordeón) y una recuperación del ex Banfield derivó en el gol de Di María para ganarle casi en el último minuto a Suiza por los octavos.
(Fragmento de la nota “La última foto de Sabella”)

Bélgica
Sigue el partido. Argentina resiste. Messi utilitario recupera pelotas y presiona. Tiene una contra, quiere gambetear a Courtois que le adivina la intención. Vemos tropezar a Sabella en el banco.
Termina el partido. Un brasileño me convida cerveza y me dice “nos vemos en la final”. Nos abrazamos. Qué viva el fútbol hasta el fin de los tiempos. No lo podemos creer. Pasamos los cuartos de final. Mascherano hace de la remera un ventilador. Llora como un bebé recién llegado al mundo. Lo abraza Zabaleta. Messi es uno más en el festejo que es eterno. Los jugadores y la gente son una descarga acumulada de 24 años sin pasar los cuartos de final. Sabella dirá en conferencia de prensa “cruzamos el rubicón, vamos a ver qué pasa”.
(Fragmento de la nota “Cruzando el Rubicón”)
Holanda
Sabella imaginó un partido de ajedrez. Sabía que abrirse mucho era dejarle un contragolpe letal a Robben y Van Persie. El técnico argentino planteó un partido cerrado, al igual que Van Gaal. Alargue, 0-0 y penales, sufrimiento máximo. A un partido cerrado, sin embargo, lo definen las cosas pequeñas.
Dos detalles. Ni más ni menos. Una chance de gol, la única que tuvo Holanda, fue salvada de manera heroica (estilo soldado Cabral) por Mascherano, que trabó con alma y vida frente a lo que hubiera sido casi un “gol de oro” de Robben. El volante central cerró por detrás del 2, como tiene que ser y como sólo un 5 como él podía hacer. Sabella defendió ponerlo en esa posición, mientras que en su club (Barcelona) era defensor.
(Fragmento de “La última foto de Sabella”)

Alemania
El maestro los mira desde el medio de la ronda. Les habla. Los mira. Señala. Los jugadores están muertos: segundo alargue en 5 días. Están haciendo un partido bárbaro frente a un equipo que en los papeles es superior pero que no lo muestra en el verde césped. Si hay alguien que tiene que ganar son ellos. El mundial muestra esa última imagen de Alejandro Sabella.
(Fragmento de “La última foto de Sabella”)
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