Hoy se cumplen 70 años de la recordada final entre Racing y Banfield de 1951. El poderoso que iba por el tricampeonato y el primer club de los denominados chicos que podía ser campeón del fútbol argentino. Partido que dividió al gobierno peronista. De un lado el ministro de Hacienda Ramón Cereijo y del otro lado Eva Perón. Muchos mitos existen acá. Pasen y lean algunos de aquella histórica final. Escribe Lucas Jiménez.
El primero de julio de 2019 San Lorenzo recupera los terrenos de avenida La Plata donde estaba ubicado el Viejo Gasómetro. El mismo día pero de 1974 muere Juan Domingo Perón, político y militar argentino, tres veces presidente de la nación. Perón y el Gasómetro nos llevan al año 1951. Banfield termina primero en el campeonato regular por diferencia de gol. Nunca un club de los denominados chicos lo había logrado desde que en 1931 comenzó el profesionalismo. Comparte la primera posición con el bicampeón Racing.
El Racing del ministro de Hacienda Ramón Cereijo, la pata del gobierno en la Academia. Por aquellos años no había Ministerio de Desarrollo, Bienestar Social o Secretaría de Deporte. El primer gobierno de Perón apostaba fuerte por las políticas deportivas y la plata salía de Hacienda. Con la Ley de Fomento del Deporte se invirtieron 250 millones de pesos para ampliar o construir instalaciones deportivas.
En 1948 Perón aprueba el otorgamiento de créditos para la construcción del estadio de Racing. Fueron 11 millones de pesos, el contrato de construcción con una empresa estatal salió entre 10 y 15. Se le dio más plata a la Academia que al resto porque no era para remodelar sino para construir un estadio nuevo que se hizo en menos de dos años, muy rápido para los tiempos de ese entonces. Moderno para la época utilizó el mismo diseño que el Maracaná, también inaugurado en 1950. Por propuesta de Cereijo el estadio se llamó Juan Domingo Perón.

Eva Perón, la abanderada de los humildes, ya estaba enferma de cáncer en diciembre de 1951, en julio de 1952 esa enfermedad se la llevaría para siempre. Que Evita expresó su deseo de que Banfield salga campeón es un secreto a voces ya que nunca no lo hizo público. Mito que tomó fuerza por los mismos medios de comunicación.
La crónica del diario La Nación titulada “La gran final de 1951” dice: “Hubo expresiones de Eva Perón en el sentido de que le agradaría el triunfo de Banfield por ser un club modesto. Esa razón llevó al arquero de Racing Antonio Rodríguez a fingir una lesión ya que no quería verse enfrentado con el deseo de la esposa del presidente”. El arquero de extensa trayectoria después de la final, que no jugó, se retiró del fútbol y se dedicó de lleno a la política. Fue intendente de Vicente López por el peronismo, cargo que ocupó hasta la Revolución Libertadora/Fusiladora del 55.
Racing era el mejor equipo del país. Campeón en 1949 y 1950 iba por el tricampeonato. Contaba con estrellas como Tucho Méndez y el goleador Mario Boyé, campeones con la selección argentina del Sudamericano (Copa América) de 1947. “Cereijo se acercó para decirnos que como Evita era la abanderada de los humildes, quería que el campeón fuera Banfield, un equipo chico. Nos dijo que hiciéramos lo que quisiéramos”, contó el propio Boyé en una nota con Horacio Pagani en el diario Clarín. Los jugadores respondieron que no iban a dar ninguna ventaja y Cereijo les ofreció la recaudación de los dos partidos a los jugadores de Racing.
La primera final se jugó en El Gasómetro. 80 mil personas. Cero a cero. También habían empatado los dos partidos (1 a 1) por el torneo oficial. “Con Pizzuti que era un jugador de 25 goles por torneo, podríamos haber salido campeones pero ese año había sido transferido a River junto a Hernández a cambio de Huarte, Sánchez y Caviglia, en tanto que Grisetti fue a Racing en trueque por Graneros. Para mí el equipo del 50 fue superior al del 51 no sólo porque teníamos a Pizzuti sino también a Grisetti en la valla, al que se conocía como «el arquero suicida». Casi al final de la segunda rueda de ese campeonato les ganamos 3 a 0 en nuestra cancha cuando Racing ya festejaba el título con dos goles de Pizzuti. Me acuerdo que un diario deportivo de la época -El Pampero- tituló a lo ancho de la página: ´¿Quién es el campeón?´”, recordó el jugador de Banfield de esos años el Cholo Miguel Converti en el diario Los Andes de Mendoza. Pizzuti es Tito, Juan José, quien en 1967 sería el técnico de Racing que ganaría la Intercontinental.
La segunda final también se jugó en el estadio de avenida La Plata un 5 de diciembre de 1951. 100 mil personas. 17 banderas de otros clubes apoyan a Banfield, tres cuartas partes del estadio hinchan por el Taladro. El humilde contra el poderoso. Los equipos eran parejos y no se sacaban ventajas. Banfield arrancó dominando el juego pero no lo pudo traducir en situaciones de gol. Apenas un tiro cruzado de Converti que era el jugador más peligroso del Taladro. Se lesionó el tobillo en el curso del primer tiempo y tuvo que salir reemplazado. “Si en veinte minutos de acción en las cercanías del área rival, penetrando muy escasas veces en ella, apenas una sola vez se emplea al guardavalla, entendemos que en esa acción dispar salió airoso Racing”, escribió Borocotó en la crónica de El Gráfico de ese partido.
“En el entretiempo del segundo partido vinieron al vestuario Cereijo y el mayor (Carlos) Aloe (gobernador de la provincia de Buenos Aires) y me recriminaron mi actuación. Les dije antes de los 7 minutos meto un gol y listo. Lo hice al minuto desde afuera del área. Ese fue el gol más impopular de mi carrera. Pero nos significó 18.000 pesos a cada uno y era mucha plata”, cuenta Boyé. Ganó Racing 1 a 0 con ese gol. Cereijo se mete vestido de traje a festejar el tricampeonato con los jugadores en las duchas.
El diario La Unión de Lomas de Zamora titula “Banfield campeón moral. En una lucha intensa cayó inmerecidamente frente a Racing por 1 contra 0”. Muchos años Banfield tuvo una tribuna que se llamaba campeón moral. Converti recuerda que “al año siguiente en 1952 cuando falleció Evita, todo el plantel de Banfield acudió al sepelio de sus restos y transmitió sus condolencias al general Perón”. Ese Banfield su fue desarmando, en 1954 terminó último y descendió a la segunda división. Recién en 1967 un equipo de los no denominados grandes salió campeón de un torneo profesional del fútbol argentino cuando Estudiantes ganó el Torneo Metropolitano.
La gran figura de aquel Banfield del 51 era el volante de contención Eliseo Mouriño, luego vendido a Boca. Hoy en día la tribuna popular, con asientos y sin alambrados, del Estadio Florencio Sola del Taladro lleva su nombre. Debajo de la misma hay un amplio espacio utilizado para realizar distintas actividades. Está adornado con imágenes de distintas personalidades de la cultura y de la política asociadas al club. La última antes de llegar al buffet tiene el escudo de Banfield, la cara de Eva Perón y la frase “El equipo de Evita”.
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5 de diciembre del 2020. Ayer Banfield completó su participación en la primera fase de la liga profesional. Clasificó segundo detrás de River a quien le ganó bien de visitante y perdió de local en un partido parejo hasta el 0-2. Sigue en la búsqueda de tratar de perfeccionar una idea que ya mostró los dientes los primeros tres partidos del grupo. Potenciar virtudes. Ocultar defectos. De afuera lo dirige Sanguinetti, adentro lo mueve Payero, espera la vuelta del velocista Cuero. Busca ser el nuevo equipo abanderado de los humildes que sea la mosca en la sopa de los poderosos.
Los sueños de Banfield. El deseo de Evita.
PD: La mayoría de los datos fueron sacados del libro «La cancha peronista (1946-1955)» compilado por Raanan Rein. Específicamente el capítulo titulado «El Cilindro de Avellaneda: el estadio más peronista», escrito por Jorge Luis Bernetti.
Lucas Jiménez
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