Mauro Boselli ya había dejado su huella en Estudiantes de La Plata donde metió el gol en la final con Cruzeiro de la Libertadores 2009 que ganó el Pincha. Varios años después recaló en el Club León de México. Se fue después de 5 temporadas, 130 goles y dos títulos. Un líder silencioso que un día como hoy del 2019 dejaba México para jugar en el Corinthians. Escribe Missael Delgado desde León, Guanajuato, México.

No le hagan una estatua. No le pongan su nombre al nuevo estadio o a cualquier calle de nuestra ciudad. No le hagan un partido de despedida con un show completo, y mucho menos, en algunos años, le realicen un partido homenaje. No lo extrañen. No es nada, sólo se va el «Matador».

Durante su paso por nuestro querido club León (México), algunas personas estuvieron a la expectativa de ver en Mauro un capitán en todo el sentido de la palabra, un jugador con presencia de guía en el campo y con la actitud de quien daría la vida por la camiseta. Se quedaron esperando. Ese referente nunca llegó. 

En cambio, tuvimos a un delantero que, en su parcela favorita del campo, se dedicó a lo que sus piernas, cabeza y mote mejor sabían hacer: meter goles. Los metió con todo y sus «limitantes»; ese caminar lento, ese trotar extraño y esa mirada seria y voz casi desconocida.

«No marca en partidos importantes » o «Sólo de penal los mete», solían decir sus detractores. Pero sus registros hablan por sí solos. ¿Cliente favorito? El Club América. Sí, aquel equipo que aspiraba a bicampeón y que el equipo recién ascendido, con goles en el partido de ida y también en el de vuelta a cargo de Mauro, acabó con sus ilusiones.

Los nostálgicos del balompié en nuestra ciudad hablan -y hablarán- de los históricos, los que dejaron huella. El brasileño Milton Queiroz, más conocido como Tita, el último ídolo del equipo, un jugador con presencias, con gol y una calidad incuestionable. Aquel que tenía actuaciones espléndidas y maravillaba a los aficionados los domingos en el Nou Camp, como se conoce al Estadio del León que fue sede de dos mundiales (1970 y 1986). ¿Y después? Jugadores que se ganaron el cariño de la gente, luego una época oscura que cada vez vamos viendo más y más lejana. Fracasos, fraudes y desesperanza para la afición.

Un ascenso, un equipo bicampeón y temido en la máxima competición de nuestro país. Ante los ojos de los rivales y de otras ligas en el mundo un sólo referente futbolístico: Mauro Boselli.

Con poco cartel y poco que contar por su paso en Europa en el Wigan de Inglaterra y el Palermo de Italia, llegó al León en 2013 para conformar al equipo recién ascendido a la primera división. Una apuesta acertada en la gestión del Grupo Pachuca. El «Matador» no sólo tuvo el reconocimiento en la Liga MX, también puso al club en el mapa. Con su nombre, y el buen paso del equipo que llegó a participar en la Copa Libertadores 2014, así el fútbol de nuestro continente vio al León de Boselli. El equipo de Gustavo Matosas hizo historia pura al pasar de ronda por más que quedó eliminado en octavos de final por gol de visitante tras empatar los 2 partidos contra el Bolívar.

Mauro Boselli marcó 130 goles en los 5 años que estuvo en León, solo seis menos que el máximo goleador de la institución Adalberto López y a más de 50 años de aquella marca, Mauro ha dejado una estadística que se antoja inalcanzable. En un fútbol moderno, revolucionado, táctico y con estándares de condición física por los aires, Boselli figuró por encima de goleadores jóvenes, de renombre y con cualidades superiores. 130 gritos de gol que seguramente hicieron rugir alguna vez al inerte león de la Calzada de los Héroes, que es el emblema representativo de la ciudad de León.

Mauro Boselli. Aquel ídolo que nunca fue, aquel que nunca empapó de sangre la camiseta, que no se le veía cantar al unísono de la gente en la grada. Ese delantero que le causó dolor de cabeza a tantos defensores y también a nosotros por su seriedad, su falta de sacrificio y su nula capacidad de capitán. El argentino que, como algunos de sus compatriotas, vino a León a darnos gloria. Nada más y nada menos.

Missael Delgado

PD: Mauro Boselli se fue del León al Corinthians donde estuvo hasta fines del 2020. Sonó para ser refuerzo de Boca para las semifinales de Libertadores pero finalmente el delantero de 35 años arregló su llegada a Cerro Porteño de Paraguay.

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