La semana pasada Danubio y Defensor Sporting descendieron a la segunda categoría del fútbol uruguayo. La pandemia se llevó a dos históricos y campeones charrúas. Escribe Federico Cavalli. 

La ranita de Cesar “El Picante” Pereyra fue la estocada final para que Danubio descendiera a la segunda división uruguaya. La reminiscencia con el gol que empezó a empujar a River a la B Nacional en 2011 se puede encontrar: gol abajo del arco, festejo y desesperación en el rival.  La Franja volverá a jugar en la segunda categoría después de 51 años.

 Una fecha después, Rubén Bentancourt pateó bien fuerte y a la derecha del arquero para convertir el penal que le dio el triunfo a Boston River frente a Liverpool y lo salvó del descenso, condenando a Defensor Sporting a descender después de 55 años. El campeonato uruguayo post-cuarentena se llevó puesto a dos clubes importantes.

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 El caso de Danubio viene de arrastre: la actual dirigencia, comandada por Arturo Del Campo, encontró al club en pésimas condiciones económicas, con pocas posibilidades de incorporar y con la intención de vender jugadores más por necesidad de tapar baches que de armar un equipo para pelear la situación.

La cantera del franjeado siempre fue una usina de futbolistas destacados: José María Giménez, Álvaro Recoba, Rubén Sosa, Cristhian Stuani, Edinson Cavani, Marcelo Zalayeta, entre otros, pasaron por las formativas del club. Esto despierta el olfato de cualquier hiena que ande dando vuelta. Así fue que varios representantes lucharon con Danubio por las ventas y porcentajes de jugadores.

A esto se le suma las dos bajas post parate por la cuarentena. El delantero Juan Manuel Gutiérrez Freire, jugador más joven en debutar en Danubio en el siglo XXI, incluido en la lista Next Generation 2019 de The Guardian, fue vendido en septiembre de 2020 al Almería por tres millones de euros y Rodrigo “Loli” Piñeyro se fue al Nashville SC de la MLS a principios de este año.

Para sumarle problemas al club, Sergio Markarian debió abandonar su cargo de director deportivo para no estar expuesto en la pandemia y Martín García, técnico que arrancó el año, abandonó el cargo por malos resultados. En su lugar asumió Leo Ramos, ex jugador de Estudiantes (LP) y River, para dirigir el tramo final. Los resultados no alcanzaron y Danubio cayó a la segunda división.

La caída del violeta.

El caso de Defensor Sporting es distinto al de La Franja. A pesar del buen trabajo en divisiones inferiores, en el mercado de pases previo a arrancar la temporada  incorporó a 19 futbolistas, casi un plantel entero. Entre ellos se destacaron Franco Zucullini, Christian Chavez, Tabaré Viudez y el retorno de Juan Manuel Boselli. El equipo era dirigido por Alejandro Orfila.

Pero a pesar de los refuerzos y la experiencia, que fue la excusa de varios dirigentes para armar el plantel, el violeta descendió. Consiguió 86 puntos en 74 juegos entre las temporadas 2019 y 2020, mientras que esa misma cantidad de puntos había logrado en 2017 para meterse en la final del anual, que perdería con Peñarol.

A falta de cuatros fechas enfrentaron a Boston River, quien peleó con Defensor la permanencia hasta el final, y los violetas cayeron por dos a uno, sumando siete sin ganar. Esa fue la gota que rebalsó el vaso para los dirigentes del violeta y decidieron echar a Gregorio “Goyo” Perez (sucesor de Orfila, que salió en noviembre). Goyo, antes de arribar al fútbol uruguayo, donde dirigió ocho equipos, había logrado un subcampeonato en el fútbol peruano con Universitario.

Para reemplazarlo llamaron a Eduardo Acevedo, recordado en Argentina por su descenso con Banfield y que venía de descender con la Universidad de Concepción en Chile. “No le puedo decir que no a Defensor”,  declaró ante los medios cuando firmó su contrato.  El nuevo técnico se formó y debutó en la primera división del club violeta en 1977 y jugó ahí hasta 1986. Como técnico tuvo dos pasos previos (5 partidos en 1998 y casi dos años entre 2016 y 2018, cuando campeonó en el clausura 2017). En esta ocasión, de tres partidos no ganó ninguno: empató dos y perdió uno.

El último partido fue un cero a cero frente a Cerro Largo de local. El equipo nunca se encontró cómodo y la presión aumentó hasta que fue muy difícil jugar. Las mejores situaciones las tuvieron los visitantes. Casi no pudo patear al arco. Defensor, que hasta hace poco jugaba la Copa Libertadores habitualmente, ahora lo hará en la segunda división.

Lo que viene, lo que viene.

 Para el próximo torneo de segunda división el franjeado ya anunció dos incorporaciones (que a su vez son dos retornos). La primera es la de Ribair Rodriguez, ex Boca, Tigre y Belgrano entre otros, que vuelve al club que lo vio debutar.  Es el tercer paso por el club del nacido hace 33 años, que viene de jugar en River Plate de Uruguay.

La segunda incorporación es la de Ignacio Maria Gonzalez, otro criado en el club que tiene una larga experiencia en Europa: Mónaco, Valencia, Newcastle, Levante y Estándar Lieja, entre otros, fueron los clubes que lo tuvieron. Después de cinco años en Wanderers, volvió para tratar de ascender al club donde empezó. Defensor Sporting solo anunció bajas: Emilio Zeballos, Rodrigo Rojo y Diego Coelho son los que no continuarán en el violeta

En la segunda división los esperan Racing de Montevideo, Rampla Juniors, Juventud Las Piedras, y el Atenas de Diego Forlán. Este último se transformó en agosto del año pasado en una Sociedad Anónima Deportiva (SAD) tras una asamblea donde los socios eligieron conformar este vínculo con el Grupo Pachuca.  Es el segundo caso en el fútbol uruguayo, se le suma al Torque que es parte del City Grup.

Estadio de Rampla Juniors pegado al Río de la Plata

Atenas tiene una experiencia previa que resultó fallida con un grupo inversor. A finales de 2019 celebraron un acuerdo con SELEV S.A, que tenía a Sergio Livingstone como cabeza y a Hernán “El Loco” Montenegro y Damián Castellanos (ex Chicago) como socios. El asesor deportivo elegido fue el Mago Capria. Llegaron 15 jugadores y por la pandemia ocho se fueron sin debutar. El acuerdo se disolvió a mitad de año. Existe una denuncia por “incumplimiento unilateral del contrato” de parte de SELEV S.A con el club.

Cuando comience el campeonato Danubio y Defensor Sporting se encontrarán con estadios con capacidad para dos mil personas, clubes semiprofesionales, sueldos que apenas sobrepasan los 500 dólares y mucho de amateurismo. A eso hay que sumarle a Atenas, la gran incógnita: puede ser una gran sorpresa o el mismo fiasco que otras SAD que cuando se van de los clubes no dejan nada. Será un año largo para ambos clubes, con la cabeza puesta en que en diciembre tienen que volver. Ojalá no sea con la frente marchita. 

Federico Cavalli

Twitter: @willycavalli

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