Motivos por los que Argentina debe ser campeón de América. Escribe Martín El Lakkis.
El loco de Ezeiza
Porque, como dice Lucas Jiménez, vio pasar camadas de cracks con la celeste y blanca y se mantiene todos los junios, impoluto, cada vez que le suena el teléfono desde Ezeiza, para estar al pie del cañón. El Eternauta del predio de la Afa, mítico casero, cacique con la mirada del hombre que lo vio todo y de cualquier forma va por más, siempre.
Firme, soplando casi la mitad de sus velitas concentrando con la Asociación del Futbol Argentino.
Es la historia de un Junio de no importa qué año y de un hombre pidiendo y pisando una pelota, en no importa qué viejo estadio.
Enschede, Leipzig, Maracaibo, Pretoria, Porto Alegre, La Serena, Nueva Jersey, Bronnitsy, Río de Janeiro, Buenos Aires, son las ciudades en donde festejó su cumpleaños muy lejos de su familia.

El poder de mentir por los satélites
Para que Disney y sus repetidoras come-mierda no saquen a sus sapos a botar la basura sobre nuestro héroe, que será Heraldo de buenas noticias solo si te quedas un rato más.
Aquellos perros falderos de los tipos que huelen a tigre, tan soberbios y despiadados, dueños de todo el monopolio de la información, que solo aparecen en las finales perdidas a sobrevolar arriba de nosotros. Para esos chimangos que no tienen piedad, una tapada de boca a los pies del Cristo redentor.
Para muestra basta una ilusión
Por citar solo un ejemplo, Julián Álvarez tenía tan solo 6 años cuando Lionel miraba solitario, desde el banco de suplentes, aquella eliminación por penales en tierras teutonas. Y tenía apenas 14 años, recién en sus sueños más atrevidos soñaba con debutar en River algún día, y Messi estaba más cerca y más lejos que nunca del cáliz del mundo en Río de Janeiro.
Hoy son compañeros.

Por si hay un cielo que está mejor
Porque es la primera competencia oficial que disputamos con Maradona alentando de las plateas más altas.
Revoleando la casaca, el manto sagrado, como poncho al aire, embanderado de celeste y blanco, contándole por enésima vez a San Pedro el gol a los ingleses. Una y otra vez repite, enumera, vuelve a humillar lenta y concisamente sus nombres: Beardsley, Reid, Fenwick, Butcher y Shilton. Termina y vuelve a empezar, a pedido de Odín, para calvario de Thunor (dios del trueno para los británicos) tal vez en la sobremesa en el Olimpo celestial. Probablemente haciendo reír a Atenea y a Νίκη (la diosa de la victoria).
El hecho es que ante su ausencia física no hay ya quien compare a Messi con Maradona, esa idiotez de sufrir por tener dos cracks en lugar de disfrutarlos. Hoy uno es capitán en el césped y el otro capitán en la estación para subir, ambos guardianes del faro del fin del mundo.
Vamo Argentina tenes que salir primero, por Diego Armando que te alienta desde el cielo.
«Seguir creyendo qué hay un dios que me enderece de una vez la puntería»

El rey Midas de los pies
Los motivos futbolísticos son quizás los más fuertes, líder indiscutido del grupo, jugador con más partidos, más goles y más asistencias en la historia de la selección.
Y el equipo de hoy rodeado de nuevas ilusiones, que se parecen más a los amigos del club que al club de amigos de los que bramaban los junta-migajas. Un conjunto que luce saludable, renovado, con su sonrisa como estandarte, gambetea rivales como siempre, asiste de forma majestuosa, sus tiros libres son casi siempre goles o palos o salvadas fantasmales de los arqueros.
Es estrella polar cuando el equipo se siente perdido, no sale ni loco, ni medio minuto y hasta mandó al carajo al médico con el típico gestito, para que no lo atienda porque de esa forma tendría q salir y volver a entrar. Hoy se burla del miedo.
Porque cuando se enteró que iba a ser suplente ante Bolivia le tocó la puerta a Scaloni y le pidió de ser titular, diciéndole que no podía dormir. Hay un hombre aferrado a una camiseta, y una voz que le dice pareces cansado y aún no ha salido ni el sol.

Las alas probar
Porque la ilusión es un parlante, enciende chispas e incendios en los oídos y corazones que están dispuestos a escuchar y sentir, que la gloria es el premio a los que no salen corriendo, que son más las cosas que no se compran que las que se compran, que ganar no siempre es llegar primero.
Pero fundamentalmente porque el desquite de aquella daga recibida y encallada en 2014, no debía ser sacada en Santiago de Chile, ni en Nueva Jersey, tiene y debe ser extirpada en el Maracaná, frente al local en la ciudad maravillosa.
Para volvernos un poco más locos. Porque la banda sueña con la vuelta. Para que las sombras que aquí estuvieron no estén más.
Un fuego eterno que arde desde la antigüedad
Porque una alegría cómo ésta no borraría todos los males pero animaría al corazón a seguir intentando.
Porque no se nos va la vida en una pelota pero el alma necesita abrazos. Porque es el sueño de panaderos, ciclistas, futbolistas y obreros, de todos y todas. Porque acá las picardías se gritan como los goles. Porque tuvimos, tenemos y tendremos razón en intentarlo.

Todos somos hermanos en esta lucha
Porque no tiene premio el que abandona.
No te rindas. No te dejes. Podrá venir la tormenta más fuerte, la noche más oscura. Pero el sol siempre sale. Porque ya aceptamos la injusticia, ya tragamos veneno y al final todo se equilibra.
Sé, veremos.
Para juntar los pedazos de los broqueles, de esas dos estrellas que todavía brillan, sobre el sol y bajo los laureles que supimos conseguir.
Coronados de gloria vivamos o juremos con gloria morir.
Martín El Lakkis
Lástima a nadie, maestro necesita tu ayuda para seguir existiendo, suscribite por $200.
También te podés anotar en Pase al Pie, nuestro newsletter semanal completando este formulario: