Una nueva edición de nuestra sección «Pongamos a Razzotti». Hoy sobre el capitán de Banfield que está cumpliendo 35 años. Un defensor de mentalidad fuerte que debutó a los 24 años en Primera División con Belgrano de Córdoba y se mantuvo enfocado para no caerse ante duras lesiones. Penales, cabezazos y goles en partidos importantes. Escribe Lucas Jiménez.
El 20 de octubre de 2021 Banfield perdió 4-1 como local contra Huracán. Fue el final del ciclo como técnico del ídolo del club Javier “Archu” Sanguinetti, que había iniciado de gran manera con un subcampeonato en la Copa Maradona. El equipo se había subido al tobogán anímico producto de generar mucho, concretar nada y que le conviertan. La famosa mandíbula de cristal. La lupa estaba puesta sobre la defensa. El público recién estaba volviendo a la cancha y tuvo que presenciar una actuación lamentable.
Lo que era una justa derrota derivó en goleada en contra por dos goles al final del delantero uruguayo Matías Cóccaro. En el primero le tiró un caño al capitán de Banfield, Luciano Lollo, quien en el esfuerzo por tratar de cerrar las piernas se cayó al suelo. El delantero del Globo empezó a correr desde mitad de cancha y convirtió. Ya con el público silbándolo al ex defensor de Belgrano, Racing y River, este se bloqueó y vino lo peor. De un saque de arco de Huracán no saltó ni cabeceó, dejó pasar la pelota y el Zorro metió el 4-1.
Al partido siguiente, contra Godoy Cruz, en el interinato de Hugo Donato Lollo fue al banco para apagar el fuego de la calentura de la gente que lo acusaba de haber ido para atrás. A los pocos días agarró Diego Dabove como técnico y, además de ponerlo como titular, le devolvió la cinta de capitán. El equipo ganó agónicamente un partido contra Vélez de local y él se encargó de jugar siempre simple.
Lollo como defensor central es un 2 en 1. Puede cometer errores que lo traban por algunos minutos pero también mete goles claves en partidos importantes. Su fuerte es defender en la cueva y despejar todo lo que ande cerca. Jugando adelantado es un defensor cuando encima al delantero y otro muy distinto a campo abierto teniendo que correrlo.

Recién debutó en Primera División a los 24 años, cuando ascendió con Belgrano de Córdoba tras ganarle la recordada promoción a River en 2011. Jugó los dos partidos como titular en zaga central con Gastón Turus. La rueda del fútbol le volvió a dar una oportunidad ya que anteriormente habían perdido una promoción contra Rosario Central y otra contra Racing. Esta última fue en la temporada 2007/08 que Lollo debutó jugando como volante de contención con Mario Gómez como técnico.
Festejó el doble el ascenso por lograrlo en su club de origen y con compañeros con los que jugaba hacía 10 años como el arquero suplente César Rigamonti. Estuvieron 4 horas encerrados en el Monumental sin poder salir, lo único que le preocupaba era que la gente de Belgrano estaba chupando frío en la popular visitante. El partido se jugó en pleno invierno de Argentina.

A Belgrano había llegado a los 15 años del Club Los Andes de Alejo Ledesma, su pueblo en Córdoba, ubicado en el departamento de Marcos Juárez. Vivió en la pensión del club celeste cinco años. Ya de grande, en el programa Hablemos de Banfield (AM 1010 Onda Latina), explicó que a esa edad el pibe apuesta toda su adolescencia a una sola oportunidad. Si no sale queda desamparado anímicamente con toda una vida por delante. Lollo en un momento cotejó un plan B. Como le gustaba mucho el campo, empezó a estudiar Agronomía en la Universidad de Córdoba.
Esa experiencia duró tres años. Todo lo que aprendió pasa a un segundo plano detrás de haber conocido a su actual esposa Valeria en las aulas. Ella era de Zapala. A esa ciudad de Neuquén fue Lollo antes de empezar esta temporada. Aprovechó para visitar la escuelita de fútbol del Club Olimpo. Los pequeños que sueñan con ser futbolistas lo abrazaron y le pidieron fotos. Después se sentaron en el pasto a escucharlo. Micrófono en mano les dijo que usen al fútbol para incorporar valores para la vida, como saber compartir con el compañero.

Cuando le tocó hablar de su etapa Racing contó que jugó con Marcos Acuña, que es de Zapala. Lollo aprovechó la gran pegada del Huevo para meter algunos goles de cabeza, como el que valió la clasificación a la Libertadores 2016 en un clásico como local contra Independiente. Saltó más alto que todos y la puso en el ángulo.
En la etapa en Racing fue campeón y dueño de las alturas. Mostró una gran potencia para cabecear. En Belgrano la mayoría de sus goles habían sido de penal. Por ejemplo uno para ganarle a Boca en La Bombonera, otro contra Lanús en Córdoba. No sería la única vez que les convertiría. Después de una gran temporada inicial en La Academia sonó para el Hannover de Alemania, en esos sondeos de dudosa procedencia que ocurren en plena competencia. Se fue de Racing porque le habían prometido una mejora salarial que nunca ocurrió. Ya tenía 29 y quería hacer la diferencia económica porque no estaba salvado.
Lo buscó el Anderlecht de Bélgica pero presionó para pasar a River Plate. Gallardo insistió para que lo compren y él sabía que los belgas no iban a entender un problema que tenía en el dedo que arrastraba de chico. Tenía una falencia mecánica en los apoyos de los pies. La revisión médica en el Millonario lo detectó pero él logró convencerlos que en un mes estaba para jugar. Lo compraron por 3.5 millones de dólares. Estuvo diez meses hasta que pudo debutar. Fue operado dos veces por una fractura en el quinto metatarsiano del pie izquierdo, y una en los dedos gordos de ambos pies. En tres temporadas solo jugó 16 partidos. Las lesiones le quitaron timing y precisión en un equipo que juega al palo por exigencia de su entrenador.
“Aprendí un montón de cosas de Gallardo. Me hubiese gustado haberlo devuelto dentro de una cancha toda la confianza que él depositó en mí. Lamentablemente no lo pude lograr. Es una espina que me quedó que ya quedó en el pasado”, declaró esta semana en una entrevista radial en el programa Cómo te va de AM 550. No le echó la culpa a nadie de lo que le pasó. Al contrario, hizo una autocrítica por no haberle dado más importancia de joven al problema físico que le terminó apareciendo en el peor momento.

Solo metió un gol con la camiseta de River. Fue un mes antes de la final en Madrid de Libertadores y pocos días antes de que sufra una lesión por estrés en el segundo metatarsiano del pie derecho. Fue justamente contra Lanús en la cancha del Granate. Cabeceó un centro de Juanfer Quintero en el mismo arco donde pondría la cabeza tras un tiro de esquina de Agustín Urzi para ganar el último clásico del Sur jugado un 19 de marzo, el día del cumpleaños 117 de Belgrano de Córdoba.
De River le quedó la amistad con Enrique Bologna, que ahora continúan en Banfield, dentro y fuera de la cancha. Nacho Fernández lo nombró desde Brasil como un gran compañero de concentración. Juan Manuel Cruz y Urzi dijeron hace poco en ESPN que es un referente para ellos, que los aconseja mucho. También mitad en broma, mitad en serio dijeron que llega a las 6 de la mañana a los entrenamientos y es híper profesional. Esa rutina de llegar antes y empezar a hacer algunos ejercicios la copió de Javier Pinola que lo hacía en River. Algo que trajo de la cantidad de años en el fútbol de Alemania.
Julio César Falcioni lo quiso llevar a Independiente, equipo al que le convirtió dos veces en el Taladro. No se dio porque Banfield pidió más del triple de lo que estaba dispuesto a pagar el Rojo. Se lo había comprado a River en plena pandemia por 250 mil dólares y pidió un palo para soltarlo. Hubiera sido doloroso para los hinchas de Racing que se ponga la del Rojo. Lo recuerdan con cariño. En el campeonato ganado en 2014 el gol del título la última fecha contra Godoy Cruz lo metió Ricky Centurión, pero Lollo tuvo un quite, con despeje incluido, en el borde del área chica que valió como un tanto. Con el empate Racing tenía que jugar un desempate con River para definir al campeón del torneo de Primera División 2014.
En Belgrano lo aman. El año pasado posó con la camiseta por los 10 años del ascenso. A los 24 años ya le dieron la cinta de capitán un partido. Metió 14 goles con la camiseta de los Celestes y es, junto a Marcelo Bonetto, Sebastián Brusco y Hernán Medina, el defensor más goleador de la historia de Belgrano en torneos de AFA.

No le pudo convertir a Talleres, pero aunque sea dio un lujo un partido contra ellos por Copa Argentina con la camiseta del Taladro. Recibió la pelota en el área chica y con toda la tribuna de La T a sus espaldas silbándolo, gambeteó al delantero y salió jugando. La silbatina mutó en silencio.
En Banfield mucha gente no le perdonaba aquel partido contra Huracán de octubre pasado. En los festejos en Maipú y Alsina después de ganar el clásico contra Lanús lo ovacionaron por primera vez. Él detrás del vidrio no lo podía creer. Sabe que era muy criticado. Jugó un primer tiempo flojo contra Lanús y un segundo tiempo bestial, con gol incluido. Fue el líder de la defensa. Se ganó el abrazo de su entrenador Dabove en el vestuario. El mismo que lo había respaldado en el peor momento.

En su cuenta de Instagram sube fotos con frases motivacionales después de los partidos. Las fotos siempre son del equipo, nunca individuales. Después de ganar un partido de la vigente Copa de la Liga puso “Nunca descuidemos el poder de la sencillez”. Es un capitán que es más valorado por compañeros y entrenadores que por los hinchas, su liderazgo es hacia adentro. No lo hace visible. Realiza acciones solidarias fuera de la cancha, que tampoco hace públicas. Vive como juega.
Hoy cumple 35 años. Metió un gol agónico en la final contra Boca de la Copa Maradona que si no hubiera sido por los penales, estaría en el podio de los más importantes de la historia del club. A 5 meses del día que se fue silbado de la cancha del club que lo tiene como capitán, está esperando que pase el parate por la fecha FIFA para recibir su primera ovación en cancha. Mientras tanto sigue entrenando duro y sueña con hacer una buena Copa Sudamericana con Banfield. Si se vuelve activar lo de la Subsecretaría de Resiliencia nadie como él para encabezarla. Los entrenadores que lo tuvieron y sus compañeros están listos para dar las mejores referencias sobre él. Seguro le hablaran sobre su mentalidad para caerse y seguir.
Lucas Jiménez
Twitter: @lucasjimenez88
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