Hoy en «El deporte como excusa»: fútbol, memoria, verdad y justicia. El lunes Julian Scher presentó Socios Eternos, su último libro. Ahí cuenta 46 historias a partir de la restitución de carnets realizada por Racing en diciembre del 2021. Escribe Juan Stanisci.
La Voz retumba contra los cuatro rincones del auditorio Borges. Aunque no, no es una voz. Es un arpa con cuerdas de cobre sonando en una caverna. La Voz retumba contra las maderas que cubren las paredes y vuelve a unirse en el centro. Se eleva por sobre las doscientas personas que llenan la sala. La Voz conoce de silencios, tiempos y ritmos. Pisa las palabras como a una pelota contra línea. La Voz de Alejandro Apo dice: “la reparación que llega cuando llega, los hijos que besan fotos, las madres que zurcen lágrimas, los nietos que contemplan el cielo y dicen gracias”.
El lunes por la tarde la memoria volvió a hacerle un gol al negacionismo. La justicia le tiró un caño a quienes se empeñan en callar el horror. La verdad hizo pasar de largo a la cobardía de aquellos que sonríen frente a la muerte y la tortura. En la Biblioteca Nacional Julián Scher, uno de los escritores fundamentales de la pelota y los derechos humanos, presentó Socios Eternos. El libro donde cuenta las historias de los cuarenta y seis carnets restituidos por Racing el 7 de diciembre de 2021 a sus socixs desaparecidxs en la última dictadura militar.

Además de Alejandro Apo a Julián lo acompañaron: Tota Guede, madre de Héctor y esposa de Dante, ambos desaparecidos el 7 de octubre de 1976, y Osvaldo Santoro, actor, socio de Racing e impulsor de la propuesta – junto a Carlos Krug, Miguel Laborde, Carlos Ulanovsky y Jorge Wattes – que terminó en la histórica restitución de carnets.
Osvaldo Santoro, vinculado a la Memoria, la Verdad y la Justicia a través de Teatro por la Identidad, recordó a otro Santoro: Roberto, poeta y militante del ERP, desaparecido el primero de junio de 1977, quién escribió: “le pido que se acuerde, que aporte lo que sepa”. “Hay que contar para que no se olvide”, coincide en el epígrafe de Socios Eternos Tamara Bursuck, abuela de Julián Scher. Narrar para que el fuego sea un presente continuo.
Socios Eternos es hijo directo de la restitución de carnets y de Los desaparecidos de Racing, el primer libro de Julián, en el que se narran once historias de hinchas de Racing desaparecidos. En la presentación del lunes, Tota Guede volvió a agradecerle por contar esas vidas como si lo hubieran hecho los propios familiares de las víctimas del terrorismo de estado.

En el escenario Julián habló del negacionismo en tiempo presente. Aportó cinco puntos que muestran que la lucha por la memoria es una batalla de todos los días. El 7 de diciembre Victoria Villarruel, diputada electa por “La libertad avanza”, juró al asumir su banca por “las víctimas del terrorismo”. Ceferino Reato vendió miles de copias de “Masacre en el comedor”, libro donde vuelve a exponer la teoría de los dos demonios. En la semana de la memoria una docente en Entre Ríos difundió entre sus alumnos y alumnas, un video de Tik Tok donde se hacía referencia a las Madres de Plaza de Mayo como “madres de terroristas”. El 29 de junio pasado la Cámara de Casación Penal 2 equiparó la estructura de Montoneros con la de las fuerzas represivas. El 7 de julio al ex marino genocida Juan Carlos Rolón le fue otorgada la libertad condicional, al considerarse que cumplió su pena (tiene cadena perpetua).
Socios Eternos es parte de la lucha contra el negacionismo. Y además, es la demostración de cómo la perseverancia y la militancia lograron resquebrajar y meterse en el ámbito institucional de los clubes. Desde 2019, cuando Banfield restituyó los carnets a sus socixs desaparecidxs, se han ido sumando cada vez más equipos. Lo que hace algunos años parecía una utopía, hoy es realidad. A tal punto, que en marzo de 2021 Boca y River lanzaron una campaña conjunta para buscar a socios y socias víctimas del terrorismo de estado.

Antes de finalizar, Tota Guede pidió permiso para leer unas palabras. “A pesar de que yo no entiendo mucho de fútbol”, aclaró por las dudas. Y Tota leyó un texto que es una hermosura: “Hoy se juega un picadito. Extraños, socios y jugadores. Jugadores y socios. En un potrero que en lugar de pasto, hay estrellas. Y el arco, es el arcoíris. Empezó el partido. Patean. La pelota sube, sube, muy alto. Y se convierte en luna. Las camisetas se entremezclan con las nubes y el cielo. Las estrellas se levantan convertidas en pájaros y flores. Vuelan, vuela, son los treinta mil que nos quisieron quitar. Pero que están aquí, alegrándonos con sus trinos y envolviéndonos con sus perfumes”.
Ya no quedó espacio para nada, salvo una lluvia de aplausos. Y un grito. Varios gritos. “¡Treinta mil detenidos desaparecidos! ¡Presentes! ¡Ahora y siempre!”.
Los cuarenta y seis y los treinta mil estaban ahí en la Biblioteca Nacional. Tirándole un caño al olvido.
Juan Stanisci
Twitter: @juanstanisci
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