Mañana el Dragón del bajo Núñez juega como local la primera semifinal de la Primera Nacional contra Instituto. Va de punto contra el candidato pero sus hinchas sueñan. Han preferido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado. Escribe Martín El Lakkis.
“El hincha es el alma de los colores, ese que no se ve, ese que da todo sin esperar nada, ese es el hincha… ese soy yo.”
Enrique Santos Discepolo
Sí, ya sé que esto no se hace, pero ya funcionó una vez y (una vez más) mi equilibrio emocional está atado a un resultado futbolístico. Para arrancar debería advertirles que si vinieron hasta acá buscando la respuesta a sus problemas existenciales pasen de publicación, sigan mirando historias o descárguense TikTok.
No vengo a hablarles de los misterios de la vida, ni de soluciones mágicas a problemas que nos van a acompañar por siempre y que posiblemente llevamos la repuesta dentro nuestro y alégamos demencia. No señoras y señores, para nada. Vengo simplemente acá a enumerar los motivos de por qué dios tiene que mirar para este lado el 19 de noviembre.

“Al final de este viaje”
Los corazones se riegan con amor, las almas se abrazan con esperanza. La historia nos ha demostrado (me perdonará esto Bilardo) que lejos de ser lo único que importa ganar, el fracaso también es bienvenido, el que gana festeja pero no aprende, el que llora absorbe saberes que más adelante traerán sus frutos.
Cualquier tarea noble en la que te enmiendes empieza con un objetivo, nadie encara una mina con ganas de que le diga que “no” para aprender, pero si no pedís la pelota y te escondes todo el partido, va a haber siempre las mismas caras, y siempre el mismo dolor.
¿Que no dice Luca que si mordes la mano del que te da de comer y escupís en la cara de quien te necesita quien te va a ayudar cuando estés viejo y solo? Los últimos dos ascensos de Defensores de Belgrano al Nacional B estuvieron precedidos de caminos dolorosos, signados por noches dolorosas, llegar a finales para quedarnos sin nada. O casi nada. De tanto ir a la cita mencionada algún día llega el amor de la vida. Y quedamos los que puedan sonreír.

“Canción del elegido”
Ezequiel Aguirre es un jugador de esos que tiene brillo propio, la joya de la abuela, el nieto del viento ha sido desequilibrante en toda su labor durante muchos años en el club. Velocidad, explosión, gambeta, atrevimiento. Como dicen que eran los wines antes que triunfen los burócratas.
Pero en los últimos años y sobre todo en estos días viene con un nivel superlativo, marcando golazos, un déficit que tuvo en algún momento, pero como toda gema debe ser forjada y pulida con esmero y amor propio.
Cualquier defensor cambiaría su almuerzo con tal de no tener que marcarlo. El “Topo” está en estado decisivo, en modo Michael Owen en el mundial de Francia 98 cada incursión suya puede noquear a un leviatán. ¡Tu sueño topo! Que se nos haga realidad a todos.

“Que nos tenga cuidado el amor”
La pasión hacia un cuadro de fútbol halla motivos razonables en cada hincha que jura y perjura que ama a su equipo. A cambio el hincha no pide nada, o casi nada, que no es lo mismo pero es igual, solamente pide ganar cada partido. Pero nada más.
Es lo único que exigimos, después de todo es lo que hacemos todos, todos los días, todo el tiempo, toda la vida desde que tenemos la fortuna y la desgracia de nacer en Argentina: GANAR, GANAR Y GANAR
Y si bien cierto es que gran parte de nuestra fortaleza emocional se juega el domingo. Somos conscientes que son días para agradecer y sobre todo para disfrutar. Pero el camino recorrido viene con ganas de decantar en un sueño a cumplir.

“Cuando llega el invierno y sopla el viento blanco, el dragón solitario muere pero la manada sobrevive”
Los motivos futbolísticos son uno de los principales argumentos, el Defensores terminó en la posición 12, sobre 37 equipos de los cuales solamente 8 directores técnicos no dejaron su cargo durante el transcurso del campeonato. Incluyendo a su DT Pablo Frontini.
Consiguió con dos fechas de anticipación la clasificación a la Copa Argentina del año que viene, por haberse asegurado estar entre los primeros 15. Durante todo lo que duró el campeonato estuvo dentro del G13 o a escasos puntos si alguna vez abandonó esa posición de privilegio.
Una base del equipo que peleó el ascenso hace dos torneos atrás, “Maravilla” Olivares, Ezequiel Aguirre y Nicolás Benegas, magia, velocidad y poder de fuego, en ese orden. Además, hay que agregar que se logró conformar una gran defensa, cimentada en los brazos de hierro y los reflejos de Mariano Monllor que ha sido clave abajo de los tres palos. Y con dos centrales duros y con buena salida, peligrosos en el área rival, Maxi Centurión y Gonzalo Mottes, quien metió 3 goles y dos los hizo en un partido. Los laterales Nicola Álvarez y Rodrigo Mazur, meten con la vida y van al ataque como locos.

La mitad de la cancha cuenta con la calidad y el empuje de Martín Rio, que alternó también con la calidad de Solé. Fundamental los goles y las gambetas de Pato Sánchez. El punto que vamos a nombrar ahora es a cuenta de quién suscribe estas líneas el más alto a lo largo de todo el torneo del equipo. Me pongo de pie y escribo en letras grandes el nombre de Agustín Benítez, mezcla de Casemiro con el Gordo Ortigoza: cerebro, templanza, pases precisos, valentía a la hora de pedir la pelota cuando las papas queman, goles clave cuando los papeles se prenden fuego y estrella polar en tiempos difíciles.
Las individualidades son clave para ganar los partidos, pero la fortaleza de un grupo unido y convencido de lo que quiere lo son para dar el golpe.

“¿Quién fuera el batiscafo de tu abismo?”
En un mundo en constante guerra el amor es la única forma posible de trascender, los últimos años en el país no han sido nada fáciles, y ojo que no desconozco de dónde venimos eh. Dios de argentino nada. Pero eso sí, los 4 años de un gobierno entreguista, cuyas decisiones políticas y económicas seguimos padeciendo aún hoy, y la pandemia que le siguió nos dejaron contra las cuerdas y con el agua al cuello, si existiera un deporte que combine boxeo y una pileta.
Los habitantes del bajo Núñez, y los hinchas que tenemos repartidos por el país y el mundo, no somos una excepción a la realidad, como todos y todas venimos luchando nuestras mejores batallas, aunque a veces quisiéramos solo irnos de vacaciones como un aguacero en venganza.
La realidad es que si bien comenzamos diciendo en esta nota que ganar no es lo único, hay veces en que la vida elige entre amores cobardes o amores valientes. Y ya sabemo, los amores cobardes no llegan a amores, ni si quiera a historias, se quedan allí.
¿Quieren saber que quiero que pase? Que pase lo que mis amigos quieran que pase.
“Estos años son el pasado del cielo”
¿Para qué sueña Defe? ¿Sueña? Defe? Ahora tengo que decirles algo contradiciéndome una vez más, ¿sabes qué? Ahora no quiero subir un carajo a primera, métete la gloria en el orto.

Si igual voy a seguir siendo el mismo hijo de puta, lleno de miserias, quizás como el que más. Soy malo viviendo. Pésimo esperando. Torpe queriendo. Miedoso amando. Voy a jugar al fútbol solo porque me invitan. Me la paso pensando que todo va a salir mal. Me siento inseguro todo el tiempo. Sonrió fácil y me siento vacío. Quiero quedar bien con Dios y con el diablo. No me hago hago cargo de lo que hago bien. ¿Y qué?
Ya estás de pie. Falta que lo veas. ¡Dale con toda! Estamos obligados a creer que todo lo que viene será mejor.
Martín El Lakkis
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