El entrenador catalán no volvió a ganar la Champions después de haberse ido del Barcelona. Pero hay algo que siguió haciendo todos los años. Mejorar la carrera profesional de sus dirigidos. Thiago Alcántara, Kimmich y Messi hablan de él con gestos y declaraciones. Más confirman la teoría sus evoluciones como futbolistas después de tenerlo como técnico. Escribe Lucas Jiménez.

La primera temporada de Pep en el Bayern Munich fue a buscar a Thiago Alcántara que vivía a la sombra de Xavi en el Barcelona. Ya lo había dirigido y lo conocía. De andar irregular por sus lesiones, cada partido que brilló en su Bayern, Guardiola lo festejó de manera especial.”Thiago nos da la vida”, dijo en el libro La Metamorfosis, de Martí Perarnau.

El volante hispano-brasileño nacido en Italia ya no tiene 22 años como cuando llegó a Alemania sino 29. La experiencia de la cabeza la traslada a los pies y declara en consecuencia: “La verdad es que tienes menos de un segundo para pensar. O incluso, ninguno. Antes de parar la pelota, debes tener una idea y pensar siempre más rápido que tu rival. La orientación es la clave. Necesitas saber dónde estás, controlar el balón y saber dónde están tus compañeros y los rivales. Solo si tienes en una situación todo en mente, tienes la oportunidad de iniciar algo”.

En 2015 Pep fue a ver un partido del Red Bull Leipzig que estaba en la segunda división para observar de cerca a un mediocentro de 20 años que le interesaba. Se llamaba Joshua Kimmich. El pibe pensó que lo estaban jodiendo cuando le dijeron que lo quería el Bayern Munich. En el primer encuentro con Guardiola le preguntó porqué se había fijado en él y le respondió “que creía que podía jugar en posiciones distintas a la del centro del campo”, contó el joven al diario inglés The Guardian.

En 2016 ante lesiones y suspensiones, el Bayern se quedó sin defensores centrales antes de un partido contra el Dortmund. “Que se ponga Kimmich de central”, gritó Pep en pleno entrenamiento. Jugó en esa posición y al finalizar el encuentro Guardiola entró a gritarle por una indicación que no cumplió. El pibe pidió perdón por no escucharla y su entrenador dejó los gritos para abrazarlo y soltarle al oído: “Has jugado sensacional. Eres bueno, muy bueno. ¡Te dije que podías hacerlo, te lo dije!”.  A mediados de aquel año terminó siendo el lateral derecho titular de Alemania en la Eurocopa de Francia.

Pep ha reconocido que a Kimmich lo llamaba “mi hijo”. “Es joven, aprende rápido y tiene una visión panorámica y un juego de pies excelente. Este chico no tiene miedo de ir hacia adelante”, lo definió en el libro anteriormente nombrado. Hace dos años, ya con el catalán dirigiendo en el City, el futbolista marcó lo que le enseñó: “Pep me mostró espacios completamente nuevos en el campo. Yo mejoré mucho. Él se preocupa mucho por el primer toque y saber qué hacer incluso antes de recibir el balón.”

Ante el retiro de Philipp Lahm en 2017, Kimmich sumó minutos en el puesto de lateral derecho. Dos años antes en su primera conferencia en el Bayern había declarado que su referente era Bastian Schweinsteiger y que su meta era reemplazarlo. En realidad cumplió ambas cosas. Porque esta temporada fue el 5 de este gran Bayern Munich de Hansi Flick. Compartía el mediocentro con Thiago que jugaba más adelantado. Hasta que a fines de julio en una práctica se lesionó el lateral derecho titular, Benjamin Pavard, el francés que nos empató el partido en Rusia con el mejor gol del mundial 2018.

Entonces Kimmich pasó a jugar de 4, Thiago de Kimmich como 5 posicional y entró Goretzka como volante llegador. Con esa estructura el Bayern terminó de liquidar al Chelsea y arrasó al Barcelona. Contra el Lyon Kimmich encontró a Gnabry, con un pase bombeado con la velocidad justa, en el gol previo para abrir el duro partido de semifinales. En la final contra el PSG lanzó el centro perfecto y medido para el gol de Coman.

Si todos los partidos jugados por el Bayern en la burbuja de Lisboa fueran un programa de televisión, el conductor siempre fue Thiago Alcántara. Marcó tiempos y pausas. “El repartidor de cartas”, como le dice el mejor relator televisivo argentino Miguel Simón. La final de Champions fue su último partido en el Bayern ya que no renovó contrato. Quizás se reencuentre en el City con el entrenador que lo llevó a Alemania, que es el mismo que lo hizo debutar en Barcelona con 18 años. “Instauró en el primer equipo un tipo de fútbol que en la cantera también se juega igual, cuando llegabas al primer equipo, te encontrabas con un fútbol que ya conoces”, valoró Thiago cómo le ayudó el estilo del entrenador para su adaptación a la Primera.

El último partido de Pep como entrenador del Barsa en el Camp Nou fue un 4 a 0 contra el Espanyol con 4 goles de Messi. Luego de meter el último del póker el rosarino fue trotando hacia el banco de suplentes a hacer lo que hasta ahora nunca había hecho y nunca volvería a repetir: ir a saludar a su entrenador como festejo de un gol. Todos sus compañeros se sumaron al reconocimiento, incluido el joven Thiago.  «Sentí la necesidad de abrazar a Pep para agradecer de todo corazón todo lo que hizo por mí y porque me salió así. Ha sido demasiado importante en mi carrera profesional y personal”, explicó Lionel en declaraciones a una red social que se utiliza en China. No es casualidad entonces que en el momento que quiere cambiar de aire para seguir compitiendo al máximo nivel busque reencontrarse con él en el City.

Guardiola no ganó la Champions en su paso por Alemania. Cayó en 3 semifinales para confirmar que todas las ideas y todos los técnicos ganan y pierden. Pero hay un tercer grupo donde no entran todos. Los técnicos que mejoran futbolistas.

Lucas Jiménez

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