El Bristol City, equipo de la segunda división de Inglaterra, una camiseta que homenajea a ocho jugadores del primer equipo que en el año 1982 le salvaron la vida al club. Pasen y lean este caso y otros ejemplos de homenajes a jugadores como Abdón Porte, José Luis Chilavert y Emiliano Sala. Escribe Federico Cavalli.
Últimamente, se puede esperar cualquier cosa de parte del mundo de los diseñadores de camisetas. Colores que no son lo de un club, modelos extraños al punto de no entender a quién representan, un sinfín de camisetas idénticas con distintos colores para varios clubes, re-ediciones, algunas muy retro y otras no tanto y unos cuantos etc.
También están los homenajes a equipos, a torneos ganados, ascensos, a temas sociales, a estadios y a jugadores. El Bristol City, equipo de la segunda división de Inglaterra que hoy está puntero, fue un poco más allá y junto a su proveedor diseñaron una camiseta que homenajea a ocho jugadores del primer equipo del año 1982 que le salvaron la vida al club.

Los ocho de Ashton Gate
En 1982 el club naufragaba en la tercera división después de dos descensos consecutivos, sus cuentas estaban en rojo y se desvanecía. Después de 85 años de vida, la ciudad de Bristol estaba a punto de ver desaparecer uno de sus dos clubes (el otro es el Bristol Rovers). Según crónicas inglesas, dejarían de cotizar en bolsa y se retirarían del campeonato.
El cambio de normativa de 1978 donde se contemplaba que al terminar un contrato los jugadores podían irse a otro club dando por finalizada su dependencia con la entidad, cambió las cosas. Antes de 1978, era normal que se queden jugando sin contrato. Gary Collier, central de los petirrojos, después de siete años y casi 200 partidos, se fue de esa manera al Coventry. Entonces, en un intento de blindar jugadores cuando el club estaba en primera división, los dirigentes crearon contratos largos que a la larga serían una bomba de tiempo, ya que el equipo cayó dos categorías y no pudo mantener el presupuesto.
Pero la mañana del 3 de febrero aparecieron ocho salvadores. Con las cuentas fundidas, la solución apareció por el lado de los contratos de los futbolistas. Rescindir, esa era la cuestión. Los que pusieron sus contratos a disposición fueron Geoff Merrick, Gerry Sweeney, Dave Rodgers, Peter Aitken, Chris Garland, Trevor Tainton, Jimmy Mann y Julian Marshall. Más conocidos como Ashton Gate Eight (mezcla del nombre del estadio y los ocho jugadores).

Merrick era el capitán del equipo, había debutado en 1967 y tenía 367 partidos en el lomo cuando puso a disposición su contrato. Después de 15 años se iba del club que lo vio crecer. Jugó unos meses en Hong Kong y en 1983 volvió a Inglaterra para jugar un puñado de partidos en el Gloucester City antes de abandonar el fútbol.
Jimmy Mann venía desde Leed United y tras ocho años en el club, con 205 partidos, se tuvo que marchar. El defensor Peter Aitken venía del archi-rival, el Rovers, después de 41 partidos abandonó la institución. Su carrera nunca pudo repuntar y en 1991 le ocurrió una situación parecida en el Bath, cuando lo dejaron libre para reducir costos.
David Rogers se despidió de Bristol después de 13 años y casi 200 partidos. Mediocampista central, su carrera terminó al poco tiempo, después de jugar en un par de equipos sin contrato y convertirse en el jardinero de Bristol Grammar School. Julian Marshall era el que menos experiencia tenía en el momento de abandonar Bristol. Debutó en el Hereford en 1975 y en 1980 se mudó. Después de 1982, no existen datos de él.
Chris Garland comenzó en 1966 su carrera en el Bristol City. En 1971 se fue a Chelsea, pasó por el Leicester y en 1976 volvió a Bristol. Con más de 200 partidos y 40 goles, rompió su contrato ese febrero. Se fue a Hong Kong junto a Merrick y volvió al Bristol en condición de libre a comienzos de la temporada 82-83. Fue el único de los ocho que volvió al club como jugador y se pudo retirar ahí, en marzo del 83. Al tiempo vendía verduras casa por casa.
El escocés Gerry Sweeney se fue después de 11 años en los que jugó 400 partidos. Uno de los hombres con más apariciones con la casaca del Bristol, que hoy lo homenajea, se iba por la puerta de atrás. Jugó un tiempo más en equipos menores y colgó los botines después de casi 20 años de carrera. Volvió a trabajar para el club en 1997, como gerente interno, para luego abandonar el fútbol y ser cartero.
Trevor Tainton era el símbolo de ese equipo que se venía derrumbando. Un baluarte para el club con casi 500 partidos jugados, estaba en la plantilla desde 1965, cuando debutó. Mediocampista con poco gol, la salida del Bristol lo empujó a una vida muy complicada, a la bancarrota y a dejar el fútbol tras pasar unos meses en equipos no profesionales. Terminó como oficial de seguridad en la central nuclear de Oldbury.
Estos ocho jugadores pusieron su carrera a disposición del club, de la ciudad. Era tanto el amor que no podían verlo morir. Pero no fue una situación cómoda. Varios dijeron con el tiempo haberse sentidos presionados para hacerlo: “Pasaron muchas cosas desagradables entre bastidores, las familias fueron amenazadas y todo lo demás, y fue un momento bastante triste y difícil para todos nosotros», le contó Tainton a la BBC.

La Asociación de Futbolistas Profesionales (PFA) no los ayudó, porque a pesar de haber arreglado un valor por la recisión, quedaba media temporada por jugar y tuvieron que rebuscárselas solos para conseguir club. Ninguno consiguió, al menos, quedarse en la tercera categoría.
Santos en remera vuelven si amor por amor
Si bien el modelo armado por la marca danesa Hummel es simple: rojo con detalles blancos. La marca distintiva la lleva en el interior del cuello, a la altura de la espalda. Ahí aparece un ocho grande, con la cara de los jugadores que rompieron su contrato para salvar al Bristol. También lleva los nombres en la parte baja de la espalda, del lado interior.
Los Petirrojos anteriormente vestían una marca elaborada por el club: Bristol Sports. En esta primera experiencia con Hummel la camiseta suplente es morada con verde y también es un homenaje: aquellos colores fueron utilizados en la tercera ronda de la FA Cup de la tempora 93-94, cuando vencieron en el replay y de visitante al Liverpool.
Otros ejemplos de homenajes a jugadores.
Hay varios ejemplos que, si bien no llevan las caras, están dedicados a jugadores. En el pasado campeonato argentino, Lucas Hoyos, arquero de Velez, salió al verde césped con una camiseta amarilla y naranja que recordaba al buzo usado por José Luis Chilavert el día que convirtió su primer gol, cuando se cumplían 25 años del aniversario.

Quizás el más parecido a la nueva camiseta titular del Bristol es la de Nacional de Uruguay que homenajea a Abdón Porte, jugador del Bolso entre 1908 y 1918 que después de un triunfo entró de noche al estadio y se suicidó con un tiro al corazón. La camiseta lleva el color rojo sangre y un parche con la cara del jugador, más la frase “Que siempre esté adelante el club para nosotros anhelo. Ahora y siempre, el club gigante. Viva el Club Nacional”
El 10 de febrero de 2019, Nantes enfrentó por la liga francesa al Nimes con una camiseta negra debido a la muerte de Emiliano Sala. El jugador argentino falleció en un vuelo aéreo mientras viajaba a Cardiff, para jugar en el equipo galés. Todos sus compañeros lucieron el nombre del atacante en la parte alta de la espalda. Tiempo después, volverían a homenajearlo con una camisete albiblanca a rayas.

También hay ejemplos en Brasil. Por un lado Coritiba, que hace poco lanzó un homenaje a Dirceu Krüger, ídolo de la institución tras sus pasos como jugador y técnico. La camiseta cambia los colores originales del club (verde y blanco) por dorado y cobre, tomando como ejemplo la estatua de Krüger, que fue montada en 2016 frente al estadio Couto Pereira.
En Ponte Preta, el arquero Mário Lúcio Duarte Costa, más conocido como “Aranha” (apodo conseguido en inferiores por atajar como Lev Yashlin, arquero ruso de la década del 60), fue homenajeado en 2017 por la marca de las tres tiras y el club con una camiseta de arquero que no tenía más que el color negro como predominante y una araña en el costado izquierdo.
Aranha tomó protagonismo cuando los hinchas de Gremio lo atacaron con insultos raciales mientras atajaba para Santos, en un partido por Copa do Brasil en 2014. Fue llamado “macaco” por los gremialistas y sus quejas llegaron a la Federación, que decidió expulsar al club gaucho de la competición.

Volviendo al Bristol, hoy es puntero de la segunda de Inglaterra (torneo que tuvo a muchos argentinos prendidos la temporada pasada gracias al Leed de Bielsa). Es un campeonato largo, muy complicado, y no será facil volver. Pero los once que ingresan a la cancha tendrán una ayuda extra: hay ocho más empujando desde la camiseta.
Federico Cavalli