¿Por qué Jorge Carrascal no es titular en River? El colombiano no encuentra equilibrio entre la lucidez individual y el funcionamiento colectivo. Escribe Santiago Núñez.
En 21 días, Jorge Carrascal fue dos jugadores distintos. Dos personas diferentes. El 17 de diciembre del 2020, mientras el mundo futbolístico veía a un equipo brillar en plena pandemia, el pibe colombiano de enorme futuro no solamente hizo un golazo sino que mostró rutilantes destellos de fútbol: gambetas cortas, transiciones fugaces, una claridad de juego implacable. Lo apodaban “Carrascrack” y el diario matutino de mayor tirada del país le puso un 9.
Pero el 6 de enero de 2021, mientras la redonda era testigo de una derrota liquidadora de River, todo parecía cambiar. El enganche, ese que aparecía como la figura del certamen, llevó su imposibilidad de liderazgo futbolístico al plano de la inconducta y a partir de un golpe voluntario dejó al equipo con 10 en una noche para el olvido. No hubo juego. y la roja generaba el interrogante de si iba a volver a ser el mismo en River. El “uno x uno” de los programas deportivos le daba, en el mejor de los casos, un 2.
El período corto entre la vuelta de los cuartos de final de la Libertadores contra Nacional y la ida de las semis contra Palmeiras marcó a fuego el pasaje de Carrascal en River. Tanto que hasta el día de hoy se mantienen incógnitas sobre ese personaje que puede ser (pero no es) la figura del River de Gallardo.

La gente se pregunta qué pasó con Jorge
Sorprende que, en el presente de River, Carrascal no sea titular indiscutido, al menos si tenemos en mente el recuerdo de su brillante aparición en el fútbol pandémico. En la Copa de la LIga 2021, el colombiano jugó seis de siete partidos (no fue convocado en la primera fecha contra Estudiantes, por lesión), pero ya los dos últimos lo hizo entrando desde el banco de suplentes (Godoy Cruz y Racing).
A su vez, su rendimiento estuvo lejos de ser lúcido: según la página web del sitio de datos deportivos Transfermarkt, Carrascal no solamente no hizo goles sino que tampoco generó asistencias y tiene un “0%” en “Participaciones de gol”. En el partido con Racing de la Supercopa Argentina que River ganó 5 a 0, el enganche fue reemplazado por Agustín Palavecino cuando el partido solamente estaba un tanto arriba, ocho minutos antes de que el equipo tenga su ráfaga magnífica de cuatro goles en doce minutos.
Hoy en día, Carrascal puede jugar el papel de “jugador nro 12” (guardense las ironías) pero no es carta segura para el once inicial. Las razones no pueden resumirse a falta de confianza o consideración del cuerpo técnico. Lo demuestra el hecho de que fue el propio Gallardo quien le dio el dorsal número 10, algo que en River tiene un valor sentimental significativo. Como dice la canción, entonces, la gente se pregunta qué pasó con Jorge.

El enigma Carrascal
Las razones que permiten explicar este presente son varias y variadas:
1-La salida de Nacho Fernández: La migración a Atlético Mineiro del ex Gimnasia generó el interrogante de si Carrascal podría ser su reemplazante. Pero son dos jugadores diferentes: mientras Nacho arrancaba de más atrás y jugaba el rol de armador de jugada, el colombiano se incomoda por detrás de los “3/4” de terreno y no siente como propia esa función. Está más acostumbrado a romper esquemas ajenos que a armar propios.
2-El esquema táctico. Las mejores actuaciones de Carrascal en River (por ejemplo la de Nacional, citada anteriormente) fueron con una alineación flexible entre “4-4-2” y el “4-3-3” con un colombiano en modo convertible: de mediocampista izquierdo a wing por ese mismo sector. Pero ese armado, si bien le sirve a Carrascal, le trajo complicaciones al equipo más allá de algunos partidos puntualmente buenos.
- Porque como mediocampista dificulta el retroceso por ese andarivel, así como también las subidas liberadas de Fabricio Angileri (una figura de altísimo rendimiento en los últimos partidos)
- Porque Matías Suárez se siente muy incómodo jugando con tres puntas. Eso lo obliga a mantenerse en un costado, pegado a la raya, lo que le reduce movilidad y sorpresa.
3-El partido con Palmeiras. La suspensión del propio Carrascal obligó a Gallardo a cambiar el esquema para el partido de vuelta de la serie con Palmeiras. River pasó a un 3-5-2 con dos laterales volantes en modo avión (Montiel y Angileri). Así, jugó uno de los mejores partidos de la era y tuvo una dinámica implacable, más vertical que de costumbre y más efectiva, más allá de la eliminación. Eso hace que el día de hoy el técnico tenga presente ese encuentro, en un esquema en el que es difícil hacer entrar a Carrascal.
4- El presente de Julián Álvarez. Las buenas apariciones del joven (medio delantero, medio centrocampista) contra Racing por Supercopa (en los últimos 25 minutos) y su gran desempeño contra Godoy Cruz, hacen de Álvarez una fija que, con Palavecino como el apuntado para reemplazar a Nacho Fernández, deja en el banco a Carrascal.

River tiene en el colombiano algo similar a lo que le sucedía con JuanFer Quintero: un jugador de enorme potencial individual, difícil de encajar en un esquema de funcionamiento colectivo. De todas formas, tener un jugador fetiche en el banco también es parte de armar un equipo: vale el once inicial pero también son claves los cambios para ganar un partido. Entre todos esos problemas está el enigma Carrascal.
Santiago Núñez
Twitter: @SantiNunez
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