Tercer partido de la selección argentina de Scaloni como local por Eliminatorias. 1 ganado, 2 empatados, solo 3 goles convertidos, 2 de penal. Al equipo le queda más cómodo jugar de visitante donde tiene espacios en el medio para generar pases. Pero deberá acostumbrarse a estos tipos de partidos que demandan tenencia rápida y movimientos que generen desmarques. Escribe Lucas Jiménez
Para jugar bien es vital que tus volantes centrales o interiores jueguen bien. En este sentido fue mejor el partido de De Paul que el de Paredes, el 5 hacía más lenta la transición de control y pase. El primer tiempo a la Argentina le faltó un tercer hombre para triangular en la creación por el medio. Lo fue Messi cuando bajó a volantear, también Di María que no jugó abierto por las bandas. Arrancó por izquierda pero después Scaloni lo mandó a la derecha, sector de la cancha donde viene jugando hace un par de temporadas en el PSG y donde es más asociativo que velocista. La primera pelota que tocó jugando por derecha puso un pase delicioso a Lautaro Martínez que terminó en el penal cobrado por el VAR y convertido por Messi.
Después del gol hubo unos pocos minutos de la selección moviendo la pelota con un gran despliegue de Rodrigo De Paul detectando lugares libres para finalizar las jugadas con remates. Su buena pegada está necesitando un gol en selección para la confianza y que el recurso gane aceptación en el público futbolero argentino.
Chile hasta ahí solo complicaba con la categoría de Alexis Sánchez que se alejaba de los centrales para pivotear los avances. Martínez Quarta salía de la cueva a tratar de anticiparlo, sin éxito. Ese primer tiempo el delantero del Inter lo volvió loco al defensor de la Fiorentina que terminó amonestado por cometerle una falta. La renovación chilena recién está empezando a competir pero todavía al equipo le quedan vestigios de aquella generación dorada que ganó 2 Copas Américas.
En esa columna se sostienen y fue la que logró el empate cada uno aportando lo suyo. Charles Aránguiz con la pegada justa para que la pelota caiga donde menos defensores argentinos había, Gary Medel por la intuición competitiva para confiar en llegar a impulsar la pelota al medio y Alexis por la intuición goleadora para aparecer solo y poner el 1-1. Los Viejitos Piola Versión Chile que tiene como cuarto componente de la banda al terrible arquero Claudio Bravo.
Había mucha expectativa en ver a los debutantes en la selección argentina. El arquero Emiliano Martínez casi no tuvo trabajo porque el único disparo al arco fue el gol. Con la pelota en los pies se lo vio mejor que a su reemplazado Franco Armani. Tiene un partido más contra Colombia para ganarse el puesto o no. El defensor Cristian “Cuti” Romero llegaba con la credencial de haber sido elegido el mejor central de la liga italiana con 23 años. Ayer contra Chile mostró el ADN del fútbol tano. Una roca en los mano a mano (su primera intervención defensiva fue como último hombre cortar con un taco un posible mano a mano de Vargas) y gran capacidad de salto para imponerse en las alturas. A medida que fueron pasando los minutos ganó confianza con la pelota en los pies y tomó más riesgos en la salida.

Hoy día la mejor zaga central que puede colocar en cancha la selección si tomamos presente y proyección en el fútbol europeo es la que salió a jugar el segundo tiempo con el ingreso de Lisandro Martínez por Martínez Quarta. La selección necesita un central zurdo de calidad, el del Ajax cumple con los requisitos. Le falta un partido completo donde pueda demostrarlo pero ya ayer condujo con criterio las veces que le tocó intervenir en la tenencia.
Otro que salió en el entretiempo es Lucas Ocampos no porque haya jugado mal sino porque sus aportes de desequilibrio en velocidad no era lo que necesitaba el equipo. Por eso Ángel Correa para tener un tipo más en la creación interna y abrir la cancha solo por derecha. En este punto estuvo el mayor déficit del equipo. Foyth no subía y la tenencia del equipo quedaba renga sin un lateral como opción de pase por ese sector. Di María se desordenaba en ataque para ser más difícil de marcar, de esta manera recibió muchas veces en tres cuartos de cancha pero terminó resolviendo mal. El equipo y Messi mejoró con el ingreso de Julián Álvarez de extremo derecho en modo selección sub 20/23 de Bocha Batista.
A diferencia de algunos jugadores que sí o sí se puede afirmar en qué posición rinden mejor siempre. Lionel Messi es un jugador multifunción en ataque que depende del contexto puntual del partido para detectar en qué lugar de la cancha puede hacer la diferencia. Él lo sabe por eso se mueve buscando eso. En el primer tiempo el lugar era como tercer hombre de la elaboración para que avance la tenencia Paredes-De Paul. El segundo tiempo se vio lo mejor de Messi cuando entró Julián Álvarez que, a diferencia de Di María, no se cerraba siempre sino solo cuando Messi se abría y así arrastraba a su marca dejándole un hueco a Lionel para recibir. Como un 7 clásico el 10 hizo esa vieja jugada del medio hacia adentro para sacar el remate que no terminaron en gol por las manos firmes de Claudio Bravo.
Mientras avanzaron los minutos se repetía la tendencia de los dos partidos anteriores contra Ecuador y Paraguay. A la Argentina de Scaloni le cuestan los partidos de local con pocos espacios. Pero lo positivo fue que el técnico está viendo este déficit. Los 5 cambios estuvieron bien hechos. Incluso los últimos dos sobre el final del partido. Palacios por Paredes porque del doble pivote De Paul estaba jugando mejor. Nahuel Molina por Foyth porque equipo que ataca necesita laterales profundos. El equipo sigue en la búsqueda de variantes para abrir los cerrojos.

La selección no generó muchas situaciones de gol pero sí generó más que contra Ecuador y Paraguay. Se sigue avanzando en los ajustes de un equipo en vías de ser de elite, todavía no lo es. Sabe lo que le falta y también se apoya en lo que ya tiene. En los nombres propios que siguen apareciendo para llenar casilleros del equipo en base a actuaciones convincentes. En la vigencia de Messi para buscar los espacios, generar faltas y hacerse cargo que su función será distinta según lo que pida cada partido.
Pero sobretodo en el corazón de la renovación de la alegría para asumir que son protagonistas del presente de la selección. Hubo un momento del segundo tiempo que Chile abría bien la cancha con las subidas de Isla libre por la derecha que no eran tomadas por Ángel Correa como sí lo hacía Ocampos. En ese momento de zozobra Lautaro Martínez y Nicolás Tagliafico recargaron de ganas al equipo son su presión alta para taponar la salida rival y así recuperarla más rápido. Activos, movedizos. En las subidas de Taglia y la electricidad de Lautaro estuvo la chispa que encendió al equipo para el sprint final.
La selección de Scaloni volvió a jugar después de casi 7 meses. Sigue sumando puntos. Le falta gol. Cada vez genera un poco más. Avanza a paso lento pero firme. Le cuesta como local. Ya ganó en Bolivia y Perú después de muchos años. Ahora va a Colombia donde ya ganaron las selecciones de Sabella y Martino. Todavía no está a la altura de Brasil, esa no es la vara que se trazó. El equipo es mejor al del 2019 y a los años de caos después de la final perdida en 2016. El Loco de Ezeiza y La Renovación de la alegría. No es el nombre de una murga que anda tirando patadas por los barrios. Es la selección de Lionel Scaloni. Esa que está segunda en las Eliminatorias sin todavía haber desplegado las alas como local. La seguimos el martes.
Lucas Jiménez
Twitter: @lucasjimenez88
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